El lavavajillas esese fiel amigo que nos ahorra tanto tiempo en limpiar los platos, vasos y cubertería variada. Quizás una de las mejores cosas de disfrutar de una deliciosa comilona en casa es saber que no tienes que estar ahí parado lavando cada utensilio: este electrodoméstico se encargará de realizar esta tarea por ti.

Pero no todo es apto para que lo laves aquí. No todos los artículos hechos para la cocina pueden resistir las altas temperaturas que estos aparatos deben alcanzar para matar los gérmenes y limpiar de manera efectiva. Y algunos son demasiado valiosos como para arriesgarse destrozarlo por no hacerlo a mano. Para ayudarte a optimizar tu rutina de limpieza y asegurarte de no romper la preciada cazuela de la abuela, te contamos ocho cosas que no deberías meter:

Además de todos los los que tenemos para cortar los filetes u otros alimentos, siempre hay algunos que son mucho mejores que otros y no utilizamos para cualquier cosa. Está claro que es una de los cubiertos que más pereza da a la hora de fregar, pero si no quieres que se rompan en poco tiempo, deberías hacerlo a mano, especialmente si su mango es de madera.

Los detergentes que se utilizan en estos aparatos suelen ser demasiado agresivos para los aceros y, además, no todos los lavaplatos disponen de una rejilla adecuada donde se puedan colocar sin que se dañen de los golpes de otros utensilios. “Hazlo tú mismo y sécalos cuidadosamente en lugar de dejarlos al aire”, asegura Chantay Bridges, coach y agente inmobiliario en California a ‘Reader’s Digest’.

Debido a las altas temperaturas de este aparato al estar funcionando, este material también corre el riesgo de alterar su consistencia. Suponiendo que no eres un fanático de las astillas, lo mejor es lavarlos a mano. “El agua caliente puede disolver o alterar las cosas hechas de madera”, dice Hristo Rosenov, propietario de Exclusive Repairs, una empresa de reparación de electrodomésticos en Londres. Para mantenerlos adecuadamente, humedece una almohadilla de fregar de nylon en agua tibia y jabón y lávalos con ella. Luego, enjuaga los utensilios con agua tibia otra vez. Además, engrásalos una vez al mes como truco para mantenerlos como nuevos.

Puede que tengas miedo de limpiar tus preciosas copas de vino a mano, pero el lavavajillas podría causar aún más daño. “Con el tiempo, la altas temperaturas, su ciclo de limpieza y la proximidad a otros artículos pueden hacer que el material se agriete, astille, quite el brillo o directamente se rompa”, dice Rosenov. Para limpiarlo de forma adecuada, calienta dos tazas de vinagre y viértelo en un recipiente más grande. Coloca los vasos o tazones ahí y déjalos en remojo de tres a cinco minutos. Luego enjuágalos con agua limpia y seca con una toalla sin pelusa para obtener un brillo perfecto.

No es la mejor opción. Son excelentes para llevar almuerzos al trabajo o guardar comidas para otro día, pero cuando se trata de lavarlos aquí, ten mucho cuidado. Si un artículo no está claramente etiquetado como ’apto para lavavajillas’ por el fabricante (siempre puede verificarlo online si ya has tirado la caja donde lo compraste), esto significa que no es seguro. “El calor del agua o durante el período de secado puede derretir o cambiar la composición química del recipiente, por lo que no es seguro colocar y reutilizar los alimentos”, dice Bridges.

Ten en cuenta que, si tienen dibujos o medidas para el cocinado, pueden desaparecer. Si aún así quieres seguir haciéndolo, acuérdate de ponerlos siempre en la bandeja de arriba para que no se deformen. Recuerda siempre: mientras el lavado es más suave en el estante superior, en el inferior es más intenso.

La razón por la que probablemente compraste las compraste es por su aspecto Feng-Shui, que obviamente no quieres alterar. Sin embargo, dejarlos en el lavaplatos cambiará su color a algo un poco más rústico. Esto también incluye esas tazas Mule de Moscú que tanto te gustan. Incluso si las usas diariamente, lávalas a mano si deseas que permanezcan brillantes.

También vale para el aluminio o hierro sin esmaltar, utilizado en moldes de repostería. En él pueden aparecer manchas debido a las altas temperaturas y a las sustancias abrasivas del detergente. Su limpieza debe hacerse exclusivamente con agua y, como mucho, un estropajo no abrasivo. En cambio, cualquier programa de lavaplatos estropeará el acabado y favorecerá la aparición de óxido.

Puedes considerar que tu perro o gato es como de la familia, pero sus gérmenes no se deberían mezclar con los tuyos. ¿Has escuchado alguna vez la leyenda urbana que dice que la boca de un perro está más limpia que la de un humano? No es cierto. “Piensa dónde ha estado la boca de tu mascota: es muy probable que contenga bacterias que podrían enfermarte a ti y a tu familia”, explica Bridges. “En cambio, lava sus cosas a mano y deja que se seque al aire”. Estos platos de comida definitivamente están más sucios que la taza del inodoro.

Seguro que tienes tarros reutilzados de algún producto conservado (genial, reciclar está muy muy bien), pero la mayoría de ellos tienen etiquetas pegadas. Si quieres meterlos en el lavaplatos, asegúrate de quitarlas antes o limpiarlo a mano. ¿Por qué? Podrían terminar atascando el desagüe. Si en alguna ocasión acaban en este electrodoméstico, recuerda revisar el filtro después del lavado para retirar los pegotes de papel que se habrán quedado obstruyéndolo.