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La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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Séptima entrega del registro colaborativo de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, realizada por la fotógrafa de lavaca Lina Etchesuri.

Toda la producción será entregada a ambas organizaciones de Madres y al Archivo Histórico Nacional. Invitamos a quienes tengan registros de las rondas realizadas estos 40 años a que los envíen por mail a [email protected] para sumarlos a estos archivos. Esta iniciativa es totalmente autogestiva.

Ese jueves hacía 38 grados de calor pero parecían 43. El calor quemaba y picaba.

Faltaba el aire, el que había estaba caliente y la humedad pegoteaba.

El día que acompañé a la Ronda haciendo fotos para este proyecto, fui descubriendo imágenes a medida que los pasos y las sillas de ruedas daban vuelta como siempre, hace 2392 jueves.
La ronda siempre me emociona. Mucho. Las miro a las madres y veo proyectada las fotos de sus hijxs en su mirada, hacia delante, repitiendo Presente como un mantra de presencia y resistencia. Lxs veo a ellxs en imagen, mirando de frente en su juventud detenida. Veía a Elia, que ronda en silla de ruedas, con la foto de su hijo Hugo Meidan, desaparecido el 18 de febrero de 1977, hace 47 años, y pensaba si ese día hizo tanto calor, si la luz tenía esta misma inclemencia.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

En las rondas transcurre un tiempo extraño, persistente y atemporal. Las hermanas abrazan las fotos de sus desaparecidxs, gritan sus nombres con contundencia, caminan junto a las madres, junto a nosotrxs.

Transforman el tiempo y la imagen en un futuro posible.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Sobre Lina

Soy Lina Etchesuri. Fotógrafa, editora y docente

Soy parte de la cooperativa Lavaca desde hace más de 12 años donde hago todo lo que me describe y más. Me hace sentir muy orgullosa y feliz.

Estudié con Filiberto Muganini en el Rojas durante los 90s. Hice la carrera de fotógrafa en la Escuela de foto y artes visuales de Avellaneda, durante el 2001 y los años siguientes. 

Me seguí formando en talleres visuales con mi querida Julieta Escardó y muchxs más.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Viajé haciendo fotos durante algunos años: conocí al subcomandante Marcos y le saqué una foto en la que se está riendo. Estuve en Cisjordania, Palestina, durante 3 meses, viviendo retratando la vida bajo la ocupación. 

Junto con algunas personas y amigxs fundamos MAFIA en 2012, un colectivo de fotógrafxs que sigue hasta hoy.

Coordino talleres de foto e imagen.

Soy mamá de Fermin.

Y me encanta hacer todo lo que hago.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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Juan Kiehr, y la aurora de la agroecología

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Hace un tiempo Juan Kiehr recibió –como recibía siempre– a  decenas de productores agropecuarios de todo el país que querían conocer La Aurora, su campo de 650 hectáreas en Benito Juárez, provincia de Buenos Aires. Desde hace décadas La Aurora se convirtió en un imán para productores y estudiosos, porque desnudó al modelo de agronegocios: demostró que se puede producir sin agrotóxicos, y además generar más rentabilidad. La FAO (Naciones Unidas para la alimentación) declaró a La Aurora un campo emblemático de la agroecología a nivel mundial. Esas cosas hacían sonreír a Juan, un hombre a contramano de las patologías actuales: con mucha personalidad, y muy poco ego.

Cuando los productores se iban Juan tomó del hombro a su asesor, amigo y compinche de décadas en la transición hacia la agroecología, el ingeniero agrónomo Eduardo Cerdá. Le dijo: “¿Vio Eduardo? Qué linda esta gente, y qué alegría que me genera poder compartir todo esto. Compartir da felicidad ¿no? Pero felicidad real: no es la misma felicidad de andar en crucero o comprar algo nuevo”.   

Este lunes 3 de junio Cerdá me mandó un whatsapp: “Ayer partió Juan, no pudo superar una intervención quirúrgica en el corazón. Una excelente persona y un gran amigo, un gran compañero. Se fue, pero dejó mucho”. Cuatro días antes había fallecido Norita Cortiñas. Malos días. Imposible olvidar el deseo que una vez me planteó María Elena Walsh “Abrir los diarios y que haya muerto un gran hijo de puta, y no la gente buena. No personas queridas y valiosas”.

Juan Kiehr, y la aurora de la agroecología

Las manos de Juan Kiehr, productor agroecológico. Foto: Lina Etchesuri para lavaca

Cerdá agregó otro mensaje: “Siempre estará presente con su gran enseñanza de vida, de respeto de cuidado y de amor con su familia y todos los que lo conocimos. Nos abrió su corazon, junto a su familia y a su lugar tan querido como La Aurora. El quería dejar ese suelo igual o mejor de como se lo dejaron sus padres. Lo logró y lo superó, desde los últimos análisis de suelo, químicos, físicos, biológicos. Por todo lo que se demostró que la Agroecologia es posible, rentable segura y sana. Juan nseñó un camino de vida. Extrañaremos tu abrazo y tu consejo”.

La RENAMA (Red Nacional de Municipios y comunidades que fomentan la Agroecología) publicó en su redes lo siguiente:

“Hoy se fue de esta tierra Juan Kiehr.
Era sabido que llevaba un campo agroecológico de 650 hectáreas, un faro para quienes lo conocían y que fue seleccionado como una de las 52 experiencias a nivel mundial en agroecología por la FAO.
Quizás no tan conocido fue lo que su presencia irradiaba, que su manera de habitar este mundo nos cambió la vida para siempre y generó procesos colectivos y transformaciones humanas profundas en quienes tenían la oportunidad de compartir su compañía y conocer su obra”.

Juan Kiehr nació en 1943. El 12 de junio cumpliría 81 años, pero es de esas personas a las que la muerte no borrará de los mapas ni de los corazones. El suyo no funcionaba mal, diga lo que diga la medicina: su corazón funcionaba demasiado bien. Por eso es (perdón, fue) de las personas que generan respeto, pero además afecto. La Aurora fue motivo de contagio para cantidad de productores que escuchaban hablar o leían sobre el campo, y se acercaban a conocerlo. Escuché muchas veces frases como “me abrió la cabeza”, o “me cambió la vida” en Guaminí, Lincoln, Bolivar, Córdoba, Santa Fe. Sin ser agricultores, la fotógrafa Lina Etchesuri y yo podríamos decir lo mismo tras haber tenido el enorme privilegio de pasar un par de días en La Aurora en nombre de la revista MU.

Compartimos aquí una edición del programa radial Decí MU dedicado a La Aurora.

Y aquí reproducimos el artículo publicado en la revista MU 79 (La que se viene) que es además el capítulo “Producir mañanas”, del libro Agroecología – El futuro llegó.

En tiempos tan oscuros, un homenaje a la aurora.

Por Sergio Ciancaglini

Juan Kiehr, y la aurora de la agroecología

Encuentro en Guaminí, uno de los lugares contagiados por la experiencia agroecológica de La Aurora. En el centro, sombrero blanco, el pionero: Juan Kiehr. A su derecha, el ingeniero Eduardo Cerdá. Los rodean Martín, Maurcio, Fabián, Norman, Cecilia, Chiquito, Esteban, Sebastián, María Ester, Cristian y en primera fila, sin boina, Marcelo Schwerdt.

La que se viene

La Aurora, en Benito Juárez. ¿Se puede trabajar en el campo sin agrotóxicos ni fertilizantes, y ser rentable y eficiente? Un establecimiento agroecológico bonaerense muestra sus cultivos, su ganadería y sus resultados. La alianza entre productor y agrónomo, y un nuevo paradigma sobre cómo independizarse del modelo transgénico para hacer una agricultura sana.

Implantes mamarios fondos buitres precio de los jugadores de fútbol guerras sin tregua concursos de cocina internas políticas divorcio en la farándula torturas para la paz premios instantáneos homicidios por bicicletas virus asesino tráfico de efedrina mes del niño pedófilos abusadores boliches con prostíbulos despidos en cuotas todo para tu hogar editoriales apocalípticos beneficios grieta exclusivos incertidumbre global tratamientos de belleza noticias verdaderas y falsas y avisos y operaciones de prensa y palabras palabras palabras.

Si se levanta la vista de la pantalla, el paisaje desde la ventanilla del micro es un océano de campos sojeros que se cruza a 90 kilómetros por hora por la Ruta 3, hasta que se llega a Benito Juárez, 15.000 habitantes, Capital de la Amistad, 400 kilómetros al sur de Buenos Aires.

Y luego a un campo de 650 hectáreas llamado La Aurora.

Otro paisaje y otras palabras.

Allí, junto a un tractor está Juan Kiehr, manos grandes de trabajar en el campo, botas de caña alta, sombrero de ala corta, productor agropecuario que concibió un proyecto casi épico a esta altura de la historia: vivir tranquilo.

La 4×4 y la F100

Juan Kiehr nació en 1941, es nieto de daneses, cordial, hospitalario y con tendencia a la perseverancia: se casó una sola vez, hace más de 40 años, con la suiza Erna Bloti, tiene dos hijas, y no anda en una vulgar 4×4, sino en su F100 de casi 50 años y una cantidad incierta de mundos recorridos, ya que hace mucho se le rompió el cuenta kilómetros. “Y si tengo que viajar, uso el Mégane, que es una joyita”.

Juan Kiehr, y la aurora de la agroecología

Foto: Lina Etchesuri para lavaca

En la F100 llegamos a una loma desde la que se ve el campo en perspectiva. Cuenta con su voz cascada y serena: “Esto era de mi padre. Yo me hice cargo en 1981 cuando él falleció. Los primeros años seguí un poco la corriente, como cualquier productor. Pero el tiempo, sobre todo en los últimos 15 ó 20 años, me mostró lo que producen los agrotóxicos en el suelo, y eso sumado a las estadísticas de lo que se usa en Argentina, es una cosa escalofriante”.

No habla para convencer a nadie, sólo cuenta su experiencia. “Pensé: no quiero dejarle un cadáver a los que me sucedan. No me sumo a ese modo de trabajar. Quiero que este campo quede tan bien o mejor que como lo encontré”.

Dejar las cosas igual o mejor que al encontrarlas: si esa idea sencilla se propagase, el planeta estaría en una situación menos patológica.

Sigue la caminata: “Tengo desde siempre como una alergia psicológica a trabajar con venenos. No es que tenga miedo a manejarlos, pero veo lo que le hacen al suelo y al agua, que son cosas muy difíciles de recomponer. Y yo estaba aquí con mi familia. No quería eso para el lugar en el que vivimos”.

Diagnóstico práctico: “Para colmo, todos esos productos son carísimos. Y como van perdiendo su efecto, tenés que usar cada vez más. Empezaron con 2 litros por hectárea, y ya están en 12 ó 14. O sea: gastar más, envenenar más, para obtener lo mismo”.

Juan tenía otro sueño resbaladizo: vivir, en lo posible, sin sobresaltos económicos. “Que a la familia no le falte. Uno trabaja todo lo que puede porque es el rol de la paternidad con responsabilidad, digo yo. No es decir: me voy a pescar y que se arreglen”.

Corazón + rentabilidad

Rumiaba Juan sus proyectos cuando su camino se cruzó con el de un ingeniero agrónomo, Eduardo Cerdá, que desde 1990 asesoraba a varios productores de la zona organizados como cooperativa. El grupo se fue desmantelando por distintas razones, fallecimientos (cáncer) y miradas diferentes sobre cómo trabajar el campo. En 1997 Eduardo se convirtió en asesor de Juan. Un año antes había ocurrido la vertiginosa aprobación menemista de la soja transgénica, en base a un informe de la propia interesada: Monsanto.   

Cerdá había estudiado en La Plata, donde conoció al ingeniero agrónomo Santiago Sarandón, profesor de la Cátedra de Cereales, de la que Cerdá fue adjunto. Sarandón venía tratando de encontrarle un sentido a su carrera, más allá del estereotipo de una agronomía reducida a aplicar recetas y recomendar productos químicos. Creó la primera cátedra de Agroecología del país, ciencia que combina la agronomía con la ecología.

Definición técnica: “Agroecología es la aplicación de conceptos y principios ecológicos en el diseño y gestión de agroecosistemas sostenibles. La agroecología aprovecha los procesos naturales de las interacciones que se producen en la finca con el fin de reducir el uso de insumos externos y mejorar la eficiencia biológica de los sistemas de cultivo”.

Los insumos externos son los herbicidas, plaguicidas, fertilizantes y demás inventos de la industria química, que crearon la superstición de que es imposible trabajar sin su uso masivo, sumado a los cultivos transgénicos como soja, maíz, colza, girasol, algodón y arroz.

Cerdá venía con este equipaje de ideas sobre la agroecología que hacia fines de los 90 chocaba con un territorio cada vez más inundado de fumigaciones masivas y monocultivo sojero. “El argumento de la agroecología era teórico, pero no adaptado a situaciones productivas concretas, sobre todo en esta zona”, recuerda.   

En Benito Juárez, a Juan le fertilizaban la desconfianza: “Venían ingenieros agrónomos que en realidad son vendedores de productos. A lo mejor no tienen otra alternativa que esa, pero al productor lo endulzan, lo llevan de la nariz como a una vaca de exposición, le regalan una gorrita, le hablan de tecnología de punta para vender productos y maquinarias, todo un aparato propagandístico que se ve en Chacra Clarín Rural” (folletería de venta libre).

Abre sus manos: “Uno es un agricultor, no un explotador agropecuario. Pero es como una vorágine que te quieren hacer sentir: estás en la tecnología que te venden, o sos un pobre atrasado. No quiero acusar a nadie por lo que hace, pero no es cierto que eso sea lo único ni lo mejor que hay. Y además, ¿quién es el que se beneficia en serio? ¿El productor, o las empresas que fabrican y publicitan todo eso?”.

A nivel nacional, la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE) señaló que el consumo de pesticidas aumentó 858% en las primeras dos décadas del modelo transgénico, la superficie cultivada sólo en un 50% y el rendimiento de los cultivos un 30% (dato de la Red Universitaria de Ambiente y Salud).

El negocio que encabezan corporaciones como Syngenta, Bayer y Monsanto significó la aplicación de 317 millones de litros de pesticidas en Argentina durante la campaña 2012/13 (200 millones de glifosato), con una facturación de 2.381 millones de dólares. Para 2020 se había pasado a 500 millones de litros, confirmando lo que decía Juan.   

En La Aurora, en cambio, había recorridas por los lotes en la F100, charlas que armonizaban lo que Cerdá traía de la universidad con lo que Kiehr sabía del suelo.

No fue un cambio de un día para el otro, sino de una vida para otra.

El campo se fue rediseñando agroecológicamente, con gente capaz de tener el corazón, la cabeza y los pies en la tierra.

El corazón, porque es el campo familiar que Juan heredó, ama, y que dejará a los suyos.

La cabeza, para pensar cómo gestionarlo de un modo que no empobrezca o mate el suelo, ni sea un peligro para los seres vivos, incluyendo a los humanos.

Y los pies en la tierra, para que ese trabajo valorice el campo en lugar de vampirizarlo, y permita una producción que, además, sea eficiente y rentable.

Queda pendiente un pequeño detalle: ¿cómo se hace?

Juan Kiehr, y la aurora de la agroecología

Perfil de un pionero. Foto: Lina Etchesuri para lavaca

República Transgentina

La Aurora aparece como caso de estudio en uno de los libros más interesantes y revulsivos del momento, aún no publicado pero que puede ser descargado gratuita y libremente de Internet googleando Agroecología: bases teóricas para el diseño y manejo de agroecosistemas sustentables. Lo editó la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad de La Plata, escrito por el ingeniero agrónomo Santiago Sarandón y su colega Cecilia Flores, con aportes de otros profesionales.

O sea: un trabajo científico y técnico que estudia la producción, describe nuevos paradigmas para comprender la situación rural, y traza propuestas. Por ejemplo, el Capítulo 1 se llama La insustentabilidad del modelo agrícola actual. 

Plantea entre otros problemas:

  • La dependencia agroquímicos (insecticidas, herbicidas, fungicidas, fertilizantes).
  • Contaminación de alimentos, aguas, suelos y personas por pesticidas y productos derivados del uso de fertilizantes sintéticos.
  • Desarrollo de resistencia a los plaguicidas de ciertas plagas y patógenos.
  • Pérdida de la capacidad productiva de los suelos, debido a la erosión, degradación, salinización y desertificación.
  • Pérdida de nutrientes de los suelos.
  • Pérdida de biodiversidad.
  • Contribución al calentamiento global y disminución de la capa de ozono.
  • No ha solucionado el problema de la pobreza rural.

El último capítulo está dedicado a La Aurora, y fue escrito por Sarandón y Flores junto al propio Cerdá, en su doble condición de agrónomo y asesor del campo. Allí se explica la situación pampeana, donde se reemplazó a la ganadería por la agricultura dependiente de insumos tóxicos, se incrementaron los costos y eso expulsó a productores de escala intermedia de tipo familiar: en 20 años, la cantidad de establecimientos agrícolas se redujo a la mitad en la región, concentrando en pocas manos la propiedad de la tierra. Con ese paisaje, vuelve la pregunta: ¿cómo hicieron para concretar un modelo sin agrotóxicos y eficiente, que ahora describen hasta los libros científicos?

Estilo campo

La casa es amplia, bella, cálida. No es “estilo campo”, sino campo. O estilo Juan-Erna. Hay muebles de madera que se trajeron del Chaco, un living con bibliotecas y recuerdos familiares, un HD, reproductor de videos, una salamandra para pasar el invierno y una gran cocina comedor por la cual a estos lugares se los llama hogar. Hay una segunda casa para los huéspedes. Juan habla orgulloso de sus hijas: Teresa es médica y Sara fisioterapeuta. Ambas casadas, le han dado 3 nietos. Sara vive en Alemania, donde la familia suele visitarla todos los años.

Juan ceba mate y traza una pincelada geográfica: “La Aurora está rodeada por una naturaleza muerta. No hay ni pájaros”. Se queda pensando: “Uno espera el aroma de primavera, pero lo que llega aquí es el aroma de los pesticidas”.

Pasa el mate al ingeniero Cerdá: “La clave en el comienzo surgió del intercambio con Juan sobre el diseño de la producción. Por ejemplo, había mucho girasol, pero él propuso cambiarlo”. Kiehr justifica: “Lo hicimos durante años con herbicidas preemergentes (previos a que crezca el cultivo). Pero dejaban el suelo polvoriento, raro. Después había babosas y había que fumigar otra vez, y otra más por las malezas, y después por plagas como la isoca, hasta que dije: basta. Decidí volcarme más a la ganadería”.

La Aurora tiene 297 hectáreas para agricultura, y 334 (cerros y bajos) más aptas para el ganado.

Eliminaron el girasol y comenzaron un trabajo de consolidación de lo ganadero (haciendo cría y además invernada), como base para relanzar así la producción agrícola, pero sin agrotóxicos. Cerdá: “La ganadería no dejaba tanta plata como la agricultura, pero servía como una gran base y complemento para pasar a tener una producción de trigo, avena, cebada y sorgo, no dependiente de los insumos”.

Juan Kiehr, y la aurora de la agroecología

Juan Kiehr y Eduardo Cerdá en La Aurora: el campo, y los números que muestran una transformación ambiental y económica. Foto: Lina Etchesuri para lavaca

Números

La agroecología aplicada a La Aurora, en pocos trazos:

  • La ganadería sana, libre, alimentada a pastos naturales, con terneros que llegan a 500 kilos y se venden como novillos de exportación, alimenta el suelo con bosta y orín. Hay entre 600 y 700 cabezas. Juan instaló estratégicamente 25 bebederos (donde los animales bostean naturalmente) para cubrir la superficie del campo.
  • El suelo así se fortalece, se enriquece, se fertiliza y conserva mejor la humedad y los nutrientes. Detalle: así como un feed lot voltea a kilómetros por el olor a podredumbre sobre el que viven los animales, en La Aurora jamás hay olor a bosta.
  • Las plantaciones sobre esos suelos se hacen con cultivos asociados. Por ejemplo los cereales junto a leguminosas como el trébol rojo, que evitan el nacimiento de malezas y fijan el nitrógeno, nutriente fundamental del suelo. Así el policultivo evita, desde 2001, que haya que comprar fertilizantes como la urea.
  • El suelo nutrido y vital, sumado a sistemas que permiten el hábitat natural de insectos que, además, aportan beneficios al ecosistema, anula la necesidad de herbicidas, fungicidas, insecticidas, y fertilizantes químicos.

Todo esto es más fácil escribirlo que hacerlo, pero el resultado es que sin contar las ganancias ganaderas, por la agricultura Juan obtiene casi el mismo rendimiento que los campos vecinos (un 10% menos), pero el gasto es menor: 300 dólares menos por hectárea en el caso del trigo.

En las 80 hectáreas que está cultivando en estos días, este ahorro representa 24.000 dólares, y salva al suelo, al agua y a todos de los diluvios de venenos cada vez más inútiles, y de químicos que fertilizan poco y mal: aportan solo dos o tres de los nutrientes, contra los 16 del proceso natural de La Aurora. Al faltar esos nutrientes la planta está débil (aunque estimulada artificialmente por los fertilizantes) y así se convierte en víctima de hongos y enfermedades que obligan a usar más fungicidas y químicos, calesita eterna que beneficia ya se sabe a quiénes.        

Juan Kiehr evita todo eso, cubre sus costos velozmente, gasta menos, obtiene prácticamente lo mismo, pero sano y sin estimulantes artificiales, y tiene una ganancia mayor. Datos del libro de Sarandón y Flores, por hectárea de trigo.

Rendimiento

Campo convencional, 5.423 kilos. La Aurora: 5.119 kilos.

Margen bruto (ganancia)

Convencional: 549 dólares. La Aurora, 762 dólares.

Costos directos

Convencional: 417 dólares. La Aurora: 148 dólares.

Rendimiento necesario para cubrir costos

Convencional: 2.200 kilos. La Aurora: 1270 kilos.

Retorno por cada dólar invertido

Convencional: 1,13 dólares. La Aurora: 5,15 dólares.

Cerdá: “Si el sistema trabaja con transgénicos y agrotóxicos, es por su enorme ineficiencia y porque reina una lógica empresarial, desnaturalizada, yo diría que como la del drogadicto, basada en la química y la plata. Nosotros apuntamos a una agricultura con salud, que restablezca los procesos biológicos, no degrade los recursos y tenga eficiencia en la producción. Esto es una mirada de independización, de no quedar atado a un modelo que intoxica y empobrece”.

Cómo funciona   

El campo utiliza semillas propias. Cerdá: “¿Cómo vas a patentar algo vivo, que es lo que pretenden los laboratorios, por más que le hayas metido un gen? Es algo que te muestra que lo transgénico no es conveniente para el país, los ciudadanos y los productores. El alimento tiene un principio activo en la planta, destinado a lepidópteros, isocas, plagas, que lo consumimos las personas sin conocer sus efectos y capacidad de transfigurar evolutivamente. Esas semillas y transgenes no ayudan al productor, sólo lo endeudan, y terminan provocando una extracción de la riqueza del suelo que regalamos vía exportación de granos para animales y aceite, sobre todo para China”.

Juan acota: “Y no es cierto que sea para alimentar a la humanidad, porque sobran alimentos en el mundo. El problema es que están mal distribuidos. Lo hacen por puro interés comercial. Además, la Ley que quieren sancionar para Monsanto por las semillas me hace pensar en lo que vi sobre Colombia: la gente no puede tener sus propias semillas, es ilegal. Se las queman si no son las que venden las corporaciones. Aquí hubo gobiernos que parecían progresistas apoyando esa Ley que es de derecha, y a la vez proponen cosas para la agricultura familiar. No se sabe qué es izquierda o derecha pero, claro, puede ser que me equivoque”.   

La agroecología aplicada a este establecimiento permitió el aumento de stock ganadero, engorde más eficiente, y alta estabilidad en la producción (95 toneladas anuales). En una de las mayores sequías de los últimos 70 años (2008/9) murieron 15.000 cabezas por falta de alimento en la región. La Aurora no tuvo pérdidas, gracias a que el suelo y los pastos así trabajados resistieron la debacle.

Juan se queda pensando en la sequía: “Uno quisiera manejar las nubes, pero no se puede. Entonces hay que concentrarse lo que uno sí puede manejar”.

¿Lo agroecológico tiene que ver con lo orgánico? Cerdá: “Los orgánicos en esta zona hacen el mismo modelo convencional, pero sin pesticidas”. La certificación de “orgánico” termina siendo el nicho supuestamente sano del mismo mercado fumigador, a precios prohibitivos. “Cuando veo a productores orgánicos, hablan de qué negocio hicieron, cuánto ganaron. Nunca hablan del suelo, de cómo trabajarlo. Sus campos son buenos, pero rinden mucho menos que La Aurora (1.000 kilos de trigo por hectárea contra 5.000 en el campo de Juan), y usan fertilizantes químicos, que es como drogar a las plantas para que luzcan bien, con productos que perjudican el biosistema del suelo, y drenan hacia las napas subterráneas generando contaminación y toxicidad por nitratos y nitritos. Comprás una lechuga crujiente y colorida pero por los fertilizantes no sabés qué perturbaciones pueden traerte. Lo orgánico no está teniendo una mirada agroecológica”.      

Tener o ser

“Es importante destacar que las tecnologías que se utilizaron en este campo son de fácil apropiación por parte de los productores, dado que no requieren importantes sumas de capital, dependen más del ingenio, la complementación asesor-productor y la motivación que genera entender lo que uno está diseñando y manejando”, dice el libro de Sarandón-Flores en el capítulo sobre La Aurora.

Destaca que los resultados obtenidos “muestran las potencialidades de este enfoque para ser aplicado en sistemas extensivos (traducción: grandes campos) de clima templado como los de la Región Pampeana Argentina”.   

Sigue circulando el mate, con Cerdá al micrófono: “Juan pudo vivir sin sobresaltos, sus hijas pudieron estudiar, viajan, y aunque algunos vean la F100 como un símbolo de pobreza, Juan no se compra la 4×4 porque no le interesa estar simulando gastos para achicar impuesto a las ganancias, ni tener todos los costos que implica la 4×4. Está al día con todos sus impuestos, y tiene todo el campo en blanco”.

Kiehr agrega otra hazaña: “Jamás tuve que pedir un crédito”.

El INTA y otras entidades empezaron a acercarse de modo a veces sinuoso, y se han visto obligadas a pronunciar con mayor frecuencia la palabra “agroecología”. Los visitantes se entusiasman. No es difícil ante esa combinación de aire limpio, vitalidad de las plantas y energía que se percibe al estar allí.   

Cuentan que en la Facultad de Ciencias Agrarias de La Plata, Kiehr y Cerdá tuvieron 400 estudiantes como público. “Esas cosas me hacen muy bien”, dice Juan, como retomando algo que su esposa Erna describe como años maravillosos. Se conocieron en Chaco a principios de los 70, ella como enfermera y él como integrante de una iglesia luterana, ambos colaborando con el pueblo qom, al que entonces llamaban toba.

“Aquel trabajo me transformó”, dice Juan. “Entendí qué significaba eso de no tener tantas cosas, pero ser más persona. Cuando volví me costaba adaptarme. Mis vecinos se la pasaban hablando del culo de esta o de aquella, ese tipo de conversaciones, ¿no? Y yo sentía un vacío. Ahora estoy contento, haciendo algo que siento útil, conectándome con otra gente, con otras mentalidades. Son cosas que agradezco, y me cambiaron la vida”.

Noticias sobre pájaros

Indicios de cambio, según Cerdá: “En distintos lugares del país estoy trabajando con productores sojeros que empiezan a desandar el camino de lo transgénico. No se hace de golpe, como un adicto no se cura de un día para el otro, pero se va confirmando que es factible hacerlo”.

No solo es factible: la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) destacó a La Aurora como uno de los 52 emblemas mundiales de la agroecología, al haber demostrado que una agricultura sin agrotóxicos es posible y rentable.

Tal vez algún día, como lo suele plantear Santiago Sarandón, la agroecología sea el nombre de toda la agronomía.

Mientras tanto Cerdá está asesorando a un campo cercano. La documentalista Valeria Mapelman vio La Aurora, se contagió, y en apenas dos años hizo su propia reconversión agroecológica. Ya le está resultando más rentable de lo esperado y de lo que hubieran ganado arrendándolo a pooles de siembra que entran al negocio hasta que vuelan buitrescamente hacia otras burbujas. 

En este campo ocurre algo diferente: no son los buitres sino otros los pájaros de visita. Ejemplo: las garcitas boyeras, que defienden a las vacas de unas langostas llamadas tucuras.

Juan sonríe. Y deja que se escuche el fresco silencio del aire libre en La Aurora que

–como su nombre lo indica– significa también alba, amanecer y mañana.

Juan Kiehr, y la aurora de la agroecología

Foto: Lina Etchesuri para lavaca

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Descuentos a docentes por parar: responde el Ministro de Educación de Misiones

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Entrevista al ministro de Educación de Misiones, Ramiro Aranda, en medio del conflicto docente: qué piensa del reclamo y por qué se mantienen alineados al gobierno nacional. Los 6 puntos clave del efecto motosierra que explican la situación límite. Los números: un básico de 100 mil y un neto de 400 mil pesos. Los descuentos (de hasta más de 300 mil pesos) por parar: la prueba de un recibo, frente a la versión del ministro. El ministro pide “paciencia”, y le contesta desde Eldorado Luján Ñiripil, maestra mapuche.

Hoy una mesa de diálogo entre el gobierno y representantes gremiales negociarán una suba mayor al 34%, la última oferta no aceptada por las y los docentes. En vísperas de esta reunión, el gobierno desalojó el acampe en Posadas.

Crónica, fotos y entrevista urgente desde la provincia, en una cobertura especial de lavaca.org y revista MU.

Por Francisco Pandolfi desde Misiones. Fotos de Lina Etchesuri

“Hay docentes a quienes les están llegando descuentos de entre 20 mil y 300 mil pesos por haber parado. Esto se da en paralelo a que hasta mayo el salario mínimo estuvo en 270 mil pesos y con el aumento del 34% a partir de junio llegamos recién a los 400”.

Luján Ñiripil es maestra y una de las fundadoras del Movimiento Pedagógico de Liberación, sindicato que tiene la mayoría de sus afiliados en el interior de la provincia. Luján está en el acampe que las y los docentes sostienen en Eldorado y donde se quedarán, de mínima, hasta hoy, cuando se desarrolle la mesa de diálogo entre el gobierno y los representantes gremiales que no aceptaron la suba del 34%, ya que insisten en una recomposición salarial mayor.

Corte de ruta y asamblea en Eldorado, a 199 km de Posadas. Foto: Lina Etchesuri para Lavaca

Clase abierta

El campamento se instaló hace 18 días. “El gobierno juega al desgaste”, sintetiza Luján. La unidad les hace la fuerza: en distintos horarios del día la ruta nacional 12 se corta por una multitud de maestras y maestros que exigen una respuesta en esta localidad situada a 199 kilómetros al norte de Posadas. Esto mismo se replica en distintos puntos del país.

En Eldorado se soporta el frío de la mañana, el calor potente por la tarde y otra vez el frío, aunque mucho más intenso, por la noche. Cuando hay alguna novedad o cuando hay que organizar algo puntual de la vigilia, se llama a asamblea. Son mucho más que reuniones para decidir acciones concretas: son clases abiertas de ciudadanía, de democracia participativa, de política, de economía. Ahí está viva la universidad de la calle, de los barrios. Es una postal de cómo incluso en momentos de conflictos (o “más todavía” en momentos de conflictos) la transformación pasa por el aprendizaje colectivo.

Rubén Ortiz es el referente del MPL. Es un libro abierto que no se hizo en facultades ni en bibliotecas (o no solo en ellas). Tiene su carpa ahí, porque el convencimiento se da con el ejemplo, mucho más que con la palabra. Y con la palabra también: “Con las operaciones que hace el gobierno buscan dividirnos, quebrarnos para darnos menos plata y no devolver lo descontado. Para nosotros lo principal es la unidad, ya que no representamos a una porción de trabajadores, representamos a toda una clase. Somos unidad en acción”.

Descuentos a docentes por parar: responde el Ministro de Educación de Misiones

Rubén Ortiz, referente del MPL. Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

En El dorado la asamblea parece un aula: “Lo más importante de estar acá es que logremos la democratización del saber. El salario es político, y por eso todos los que estamos acá debemos comprender lo que discutimos para poder defendernos; lo que debatimos es nuestra comida”. En la ronda se define elaborar una especie de cartulina con la grilla de cada uno de los 118 cargos de docentes de los tres niveles y cuánto se cobra en cada uno. “Nos hacen creer que es imposible de entender, pero no es así. Nadie debe irse a dormir sin saberlo”, propone Rubén.

Agrega: “El salario básico es miserable, no puede estar en 100 mil pesos. Y el neto también, ¿qué hacemos con 400 mil pesos? Para eso necesitamos una recomposición que suba el básico y que suba el neto, como para empezar a hablar”.

Daniela López es la presidenta del Consejo General de Educación, órgano que rige el salario docente. El pedido de entrevista ni lo contesta. Quien sí lo hace es Miguel Pintos, el interlocutor que puso el gobierno para negociar con los sindicatos docentes. Responde: “No hablo con ningún medio. Es decisión personal”.

Descuentos a docentes por parar: responde el Ministro de Educación de Misiones

Foto: Lina Etchesuri para Lavaca

Responde el Ministro

El que rompe el bozal comunicacional que tiene el gobierno de Misiones sobre el tema es el Ministro de Educación Ramiro Aranda. Tanto él, como Daniela López, fueron “apartados” de las negociaciones.

A continuación, la entrevista con lavaca:

¿Qué opinás sobre el reclamo docente?

–Desde ya, entendemos que el reclamo salarial es justo, más en el contexto de crisis nacional que estamos viviendo donde a Misiones le toca, como a todas las provincias, una caída grande de la coparticipación, que son fondos propios nuestros, no regalados. A su vez, hay una caída terrible de la recaudación de la propia provincia, producto de políticas que tampoco son locales y que nos perjudicaron mucho más siendo una provincia de frontera. Nosotros tenemos paritaria todos los meses para ver de qué manera recomponemos el salario íntegramente de fondos provinciales, porque no tenemos el financiamiento de la Nación, como también le pasa al resto de las provincias. A partir de la falta de recaudación, lastimosamente a la docencia le pedimos paciencia. Obvio que es complejo este contexto de crisis económica a nivel nacional. La crisis inflacionaria, con el salto que pegó en diciembre y enero, hizo que todos perdamos el poder adquisitivo. En las aperturas de sesiones del 1 de marzo, el gobernador (Hugo Passalacqua) dijo que la plata no alcanzaba y que de a poco se iban a recomponer los salarios, algo que ninguna provincia pudo hacer. Con la suba del 34% que ya impacta en los salarios de junio, estamos con los sueldos de la media para arriba a nivel nacional y los más altos a nivel regional. Hay provincias que están pagando los sueldos en cuotas, acá eso no pasa.

–El gobierno nacional también dejó de pagar el FONID.

–Sí, Nación dejó de enviar el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), fijado por la ley de financiamiento educativo. Sin eso, había un 13% del salario que perdían todos los docentes de la provincia. Para que no sucediera creamos el FOPID, como fondo ya no nacional sino provincial. Esto no lo tomamos como un aumento, sino lo que estamos haciendo es paliar una situación por el corrimiento de Nación. Otro aspecto es que hasta el año pasado había una paritaria nacional y eso permitía que se fijara un piso, por lo que no había tanta diferencia de sueldos entre las jurisdicciones. Por último, y algo que no empezó con la gestión de Milei sino que venimos reclamando hace muchos gobiernos, es que estamos entre las 10 primeras provincias que aportamos recursos al gobierno central, pero entre las últimas cinco que nos devuelven en coparticipación. Eso es muy injusto.

–En tus respuestas marcás seis puntos clave cuya política del gobierno nacional influye en que no puedan solucionar el conflicto: coparticipación, caída de la recaudación, falta de financiamiento nacional, FONID, ausencia de la paritaria nacional, y lo mucho que dan y lo poco que reciben. ¿Por qué frente a esta situación, el gobierno provincial decide ser aliado del nacional?

–Nosotros tenemos muy en claro que desde el Frente Renovador de la Concordia a la democracia la defendemos muchísimo y no solamente en el discurso, sino en los hechos. Nosotros no acompañamos a Milei en las elecciones; el candidato al que apoyamos perdió. Sin embargo, somos representantes de la población, que hoy acompaña el modelo nacional. Por eso debemos ser una oposición responsable y dar herramientas de gobernabilidad.

–¿Cuánto creés que debería ser el salario mínimo docente?

–Con el aumento que ya dimos estamos en los 400 mil, arriba de la media nacional. El cargo testigo en la provincia es el de una maestra sin antigüedad por cuatro horas. Como soy ministro de Educación los docentes me han planteado que ese sueldo debería ser de 850 mil pesos. En este momento del país, absolutamente ninguna jurisdicción, ni la que tiene petróleo ni los mayores recursos, está en condiciones de pagar eso y no lo está pagando. Hay docentes que ganan arriba del millón y me dijeron que no les alcanza y yo les digo que los entiendo, porque la situación económica a nivel nacional es muy compleja. Por ejemplo, ahora vuelve a subir el combustible y no por una decisión del gobierno provincial. Entonces, sabemos que siempre el dinero va a parecer poco. Todos los docentes, te lo digo yo como ministro de Educación de la provincia de Misiones, merecen ganar más, merece ganar mejor.

–¿Cuánto merecen ganar?

–Lo que pasa es que es muy relativo. A ver… es una terrible injusticia, una terrible injusticia que el cargo testigo siempre sea el de maestra o maestro, porque siempre son los que menos ganan.

–¿No tenés injerencia para modificarlo como Ministro de Educación?

–A ver, te cuento: estoy recién hace cinco meses como ministro, yo estaba dentro de un aula, soy profesor de ciencia política de toda la vida. Hay siempre un rechazo a la modificación del estatuto y tiene que ver con ideas conservadoras. Nosotros venimos a proponer cuestiones más progresistas con la docencia.

–¿Te parece lógico y progresista que el salario básico haya sido hasta ahora 70 mil pesos y que a partir de junio sea de 100 mil?

–Quiero ser muy responsable; el monto es lo que negociamos en cada mesa salarial, porque el salario es complejo y se compone de otros ítems remunerativos; no queda exclusivamente en el básico.

–¿No creés que es fundamental subir su piso?

–Sí, obvio que sí; hay una centralidad en el básico, pero no te puedo dar un número. Yo tengo 16 años de docencia y empecé a entender la composición del salario a partir de que me senté en la primera mesa paritaria en diciembre junto con el Ministro de Hacienda y los gremios. Uno también va aprendiendo, yo nunca fui Ministro de Educación anteriormente.

–¿Creés justo que le hayan descontado a los docentes por hacer paro?

–Hubo grupos de docentes que no tienen personería gremial y que al no tener un marco legal que las resguarde del derecho a huelga, para el Ministerio de Trabajo es un día que se descuenta.

–Para que sea como decís, el Ministerio de Trabajo debió haber dictaminado que el paro era ilegal. ¿Lo declaró así?

–No, no fue declarado ilegal. Pero no es lo mismo que el sindicato convoque a una medida de fuerza, a que lo haga un grupo de personas que no pertenecen a un sindicato con personería.

–No tienen personería, pero sí inscripción gremial. Además, anteriormente mencionaste que el descuento fue solo para los docentes afiliados a un gremio sin personería, cuando también le descontaron a maestros de sindicatos con personería gremial.

–No puede ser.

Descuentos a docentes por parar: responde el Ministro de Educación de Misiones

Recibo de un maestro afiliado a UDNAM. Le descontaron 309 mil pesos por dos días de paro. Casos similares le ocurrieron a cientos de docentes.

–Sí, tengo recibos de diferentes gremios, con o sin personería. Sobre el mismo tema, ¿cómo explicás que a docentes le descontaran por parar y a la policía, que también fue al paro, les otorgaron una amnistía?

–Desconozco las medidas que se tomaron con la Policía.

–Como Ministro de Educación, ¿no estás al tanto de ese arreglo?

–Estoy abocado a la paritaria docente. No te voy a mentir, desconozco si hubo o no descuentos.

–Los sectores que no arreglaron el 34% plantearon un aumento del 100% en el salario neto. ¿Estás de acuerdo con esa suba, que llevaría el sueldo mínimo a los 540 mil?

–El 100% es… no sé cómo explicarte, es un número relativo. Por ejemplo, hay provincias que aumentaron el 56% y tienen el salario más bajo que el nuestro. No queremos hablar de porcentajes, sino hablar del neto y nosotros dimos el máximo que podíamos, que fue llevarlo a 400 mil.

Sin paciencia

Luján Ñiripil, maestra, mapuche, fundadora y afiliada al Movimiento Pedagógico de Liberación, le contesta al pedido del ministro de Educación de tener “paciencia”.

“Yo creo que los docentes de Misiones somos pacientes. Somos muy pacientes. De hecho, costó mucho que los docentes salgan a la calle. Creo que la paciencia está demostrada. Como ministro es muy irresponsable al decir que tengamos paciencia, cuando no tenemos plata para llenar la olla de nuestra familia, cuando no tenemos plata para pagar los servicios. Con paciencia nosotros no vivimos, no comemos, no pagamos servicios y no compramos medicamentos. A veces la paciencia se acaba y uno debe salir a luchar. En febrero empezamos a acampar, estamos en junio y ya perdimos la paciencia. Todos los años hacen lo mismo, aunque ahora se excusen en culpar a la política nacional cuando se alinearon con ellos votando la Ley Bases. Este gobierno provincial le está abriendo el camino a Milei para que ejecute las medidas sin piedad. Es el brazo ejecutor de sus políticas, que a nosotros nos está matando de hambre”.

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Luján Ñiripil, maestra en Eldorado, Misiones. Foto: Lina Etchesuri para lavaca

Al cierre de esta nota, en la madrugada del sábado, llega al acampe docente en Posadas una orden de desalojo firmada por el juez Walter Balor. Más de 40 policías de la provincia de Misiones (la misma que tomó por 12 días el Comando Radioeléctrico en reclamo de sus magros salarios y el miércoles pasado arregló con el gobierno levantar su campamento por $15.521) se apostan a un par de cuadras para avanzar sobre los docentes, que definen en asamblea replegarse a las veredas a esperar la mesa paritaria que se llevará a cabo hoy en Eldorado. Denuncia Rubén Ortiz: “El gobierno provincial convoca hoy a la reunión de mesa paritaria, pero al mismo tiempo violenta todas las condiciones mínimas para que ese diálogo se dé. En primer lugar ha desalojado el acampe de Posadas y a nosotros nos anunciaron a altas horas de la noche que si queremos sentarnos tenemos que ceder los descuentos que nos hicieron a los docentes. El Gobierno ha puesto en marcha el proceso de represión y violencia”.

Un policía lee el acta de desalojo esta madrugada, mientras Mónica Gurina, secretaria general de la CTA Autónoma, le sostiene el megáfono.

Descuentos a docentes por parar: responde el Ministro de Educación de Misiones

Calle desierta, veredas alertas. El desalojo se consumó a las 3 de la madrugada. Foto Lina Etchesuri para lavaca.

La Policía organizada para desalojar el acampe docente, mientras las y los docentes se replegaron a la veredas tras el desalojo por orden judicial. Foto: Lina Etchesuri para lavaca.

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Nota

Desde Misiones: la policía negoció, pero la provincia sigue en conflicto con los docentes a la cabeza

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Contra todo lo que venían diciendo sus voceros, la policía levantó la huelga tras un aumento de $15.521 (2kg de carne). Las y los docentes, en cambio, marcharon ayer a la Legislatura de la capital misionera y continúan un acampe para reclamar por mejores condiciones salariales y de vida. Hoy convocan a una gran Jornada Provincial por la Dignidad de Misiones en todas las localidades del país. Para muchos medios, si no es policial, no hay conflicto.

Desde Posadas, relatos en primera persona: las cuentas que no cierran; los agujeros que la propia comunidad venía tapando desde hace años (“No podemos comprar comida para la escuela, porque ya no podemos comprar ni para la olla propia”); la actitud política local y nacional frente a la pobreza; el feudalismo; la escasa cantidad y mala calidad de alimentos que reciben las y los chicos. Una imagen de lo que pasa: “Damos un mate cocido y una galleta; y como las galletas nunca alcanzan, las partimos mínimo en dos: entera no la podemos dar nunca”.

Crónica de otro día movido en Misiones, donde se ve un reflejo de la decadencia política, el deterioro social y la organización como única salida frente a una crisis profunda.

Por Francisco Pandolfi desde Misiones. Fotos de Lina Etchesuri.

Esta crónica no arranca en Posadas, ni en la frontera imaginaria en que Corrientes le deja paso a Misiones viajando por la ruta 14 desde el sur hacia el norte. Esta crónica empieza en el micro semi-cama que sale del barrio porteño de Retiro: Hugo Alegre, un trabajador de la seguridad privada, está sentado en uno de los últimos asientos. Quizá sea por su vozarrón, o porque tiene bronca o quizá un poco y un poco, pero a Hugo se lo escucha desde todo el bondi: dirá que sus compañeros están cobrando salarios “como en África”, y que ese salario “es de 200 mil pesos” y que en Buenos Aires un trabajo similar “se paga cuatro veces más: 800 mil”.

Al ratito nomás, le cuenta a lavaca que está viajando a la capital misionera para apoyar a sus compañeros del gremio de vigilancia privada 17 de Octubre


Desde Misiones: la policía negoció, pero la provincia sigue en conflicto con los docentes a la cabeza

Fotos Lina M. Etchesuri para lavaca


Horas después, ya en plena madrugada del miércoles, la Policía que acampaba desde hacía más de una semana a metros de las y los maestros levanta la protesta. Es la misma policía que había prometido no abandonar la protesta hasta que el incremento de sus salarios fuera del 100%; que iba a luchar en conjunto con el cuerpo docente; y cuyo vocero Ramón Amarilla había afirmado –con llamativa seguridad– que si el gobierno no daba una respuesta a lo exigido la situación se iba “a agravar” y que además se quedarían “hasta las últimas consecuencias”. Según consta en el acta firmada esa policía acordó un aumento de $15.521, además de la amnistía para que los efectivos protestantes (ahora ex-manifestantes) no sean sumariados.

Con esta módica suba (que representan aproximadamente dos kilos de asado), el sueldo inicial de un agente llegará a los $620 mil.

Hugo se entera del pacto Policía–Gobierno justo antes de bajarse en Posadas y de cómo la fuerza de seguridad festejó el acuerdo. Se escucha su vozarrón: “Seguimos aplaudiendo a nuestros verdugos, que nos hacen vivir en condiciones de esclavitud”.

Fotos Lina M. Etchesuri para lavaca

Cómo se vive en un feudo

A lavaca la recibe el miércoles a la mañana una nueva marcha docente, esta vez dirigida hacia la Legislatura provincial. Es la enésima movilización si se tiene en cuenta no sólo a las últimas semanas, sino a un reclamo salarial que lleva años. Y cuando se dice años no es una tergiversación ni una exageración: son años de sueldos por el subsuelo. “Estamos así porque hay una política de hace 20 años del Frente Renovador (de la Concordia Social) que agravó Milei en la última etapa y que terminó de quitarnos derechos y salarios, de robarnos los sueños”, relata Mónica Gurina, docente desde hace 31 años y secretaria general de la CTA Autónoma de Misiones. “Este es un proceso provincial y nacional que nos deja en la indigencia y en la pobreza. Lo que hizo la Policía nos abrió el cerco mediático, porque nadie sabía que nosotros hicimos paro 70 días el año pasado; nadie se enteró tampoco que no hubo clases a principio de este año con paros de 24 y 48 horas, además de cortes de ruta y toma de ministerios. La Policía posibilitó que los medios vinieran acá y le cuenten al país que esta hermosa provincia de las Cataratas, del Moconá, de la selva, tiene gente empobrecida”, cierra Gurina.

Una de las que camina hacia la Cámara de Representantes es Carmen Torres. Pese a que sugiere dialogar con su hermana Susana (ambas maestras), porque ella “habla mejor”, se anima a hablar: “Hace años que venimos mal, aunque todo empeoró sin paritarias provinciales y con los tarifazos del gobierno nacional. Tenemos sueldos de indigencia, sí, y una fuerza y una unión impresionante”.

Susana, como su hermana, es docente de la escuela 729 de Posadas, en el empobrecido barrio Yaciretá. Está llevando una enorme bandera celeste y blanca. No lo hace sola. Un telón de casi una cuadra de largo, sostenido en caravana, con firmeza, por cientos de personas en guardapolvo tapados por el frío de un otoño autopercibido invierno. “Nosotros también tenemos la culpa”. Susana hace una pausa incómoda. Luego invita a pensar: “Fuimos responsables de haber tapado el agujero que dejaban los gobiernos, arreglando nosotros mismos los techos, los vidrios; no tenemos ni libretas y entonces vamos y las compramos. Hace años que esto es así, lo que cambió es que ahora ya no nos alcanza ni para sostener nuestras casas. No podemos comprar comida para la escuela, porque ya no podemos comprar ni para la olla propia. Estamos en la lona y viviendo en un feudo”.

Fotos Lina M. Etchesuri para lavaca

El diámetro de la galletita

Durante toda la movilización hay un ruido ensordecedor: se multiplican los bocinazos de los autos que apoyan la marcha, así como los propios instrumentos que llevan los docentes para seguir despabilando a quien todavía no la vio.

Leandro Sánchez es docente de la escuela 608 de Puerto Panambí, lindante a la frontera con Brasil. Enmarca el contexto que va más allá de la lucha salarial, punto central del conflicto actual: “Hay tres ejes que generan que se haga inviable la vida. Además de lo salarial, por un lado hay obras edilicias en las escuelas paradas desde noviembre pasado. Por el otro, es gravísimo lo que sucede con la comida”.

–¿Qué sucede?

–Para garantizar el desayuno y el almuerzo, el gobierno provincial le da a cada escuela 220 pesos por día por alumno.

Marta y Claudia, maestras en un colegio del municipio de Garupá, a las afueras de Posadas, confiesan que están cansadas, que llevan a cuestas un desgaste emocional. Más datos sobre la mala alimentación: “Para hacer una copa de leche nos dan 100 pesos por día por chico. ¿Qué hacemos con esa plata? Nada”. Entonces hacen por demás: “Rifas, pastelitos, o lo que haga falta para juntar la plata y aunque sea puedan desayunar”.

Viviana, también maestra en Garupá, describe en una ronda en donde todos los ojos se angustian porque no naturalizan lo que pasa y lo que pesa: “Damos un mate cocido y una galleta; y como las galletas nunca alcanzan, las partimos mínimo en dos. Entera no la podemos dar nunca”. ¿Son muy grandes? “No, ponele 7 centímetros de diámetro”. Agrega: “Muchos días no damos el almuerzo porque no hay; y cuando sí, el alimento no varía y menos que menos es nutritivo”.

Fotos Lina M. Etchesuri para lavaca

Señor de las tres décadas

Al llegar a la casa legislativa, la multitud empieza a gritarle directo a Carlos Rovira, quien maneja los hilos políticos de la provincia desde hace casi 30 años. Fue intendente de Posadas entre 1995 y 1999; gobernador de Misiones de 1999 a 2007 y desde ese año hasta hoy Presidente de la Cámara de Representantes del distrito que lo vio nacer como pichón y delfín de Ramón Puerta.

Rovira impulsó el Partido Renovador de la Concordia Social, un espacio que logró la rara avis de atraer a peronistas y radicales, y que en general siempre se mantuvo cercano al gobierno nacional de turno. El vínculo con la gestión actual no es la excepción. Este frente gobierna ininterrumpidamente la provincia desde 2003, con una nómina no tan variada: el segundo mandato del propio Rovira; dos periodos de Maurice Closs; Passalacqua; Herrera-Ahuad, y de nuevo Passalacqua, mandatario actual y familiar de Rovira, al estar casado con su prima hermana.

(Los pedidos de entrevista al gobernador provincial así como al vocero policial no fueron respondidos).

Desde la puerta del recinto, los docentes gritan hacia arriba: “Tiene miedo, Rovira tiene miedo”, apuntan las gargantas a quien consideran el máximo responsable de los salarios miserables. Son los mismos gremios docentes que el 25 de mayo pasado, y por primera vez en la historia, movilizaron directamente a la casa del “señor feudal”, como lo llaman.

A través del megáfono, exigen a los diputados que les permitan ingresar a la reunión de la comisión de educación. “No está en el plan de la labor del día”, argumentan los legisladores que se niegan a recibirlos. La respuesta no tarda en llegar, en forma de canción: “Somos docentes, no somos delincuentes”.

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Entre ranchos y letrinas

El gobierno provincial asegura que no tiene más plata, en sintonía con el combo motosierra y licuadora del gobierno nacional. Existe la promesa de que el sábado los reciba el Consejo General de Educación en la localidad de Eldorado. “Veremos si se da finalmente. Sabemos bien cómo se maneja el gobierno provincial y también que nosotros estamos dispuestos a la radicalización de la protesta, así que deberán bancarse las consecuencias. La bronca de la gente viene desde hace tiempo pidiendo mejores salarios. Esperemos que el diálogo se dé, y si no se dan los resultados que queremos, el reclamo va a continuar”. ¿Alcanza con la suba salarial? “Deben arreglar las escuelas y activar las obras que faltan; además de construir nuevas escuelas”.

Estela Genesini es la secretaria general de la Unión de Docentes Nueva Argentina de Misiones (UDNAM). Plantea un contexto intolerable: “Esta provincia se cae a pedazos; hay escuelas donde llueve más adentro que afuera, hay paredes electrocutadas; no hay agua potable, no existen cloacas; colegios donde sigue habiendo letrinas, ranchos con los pozos ciegos a cielo abierto”.

Exequiel Ferreyra integra la Corriente Nacional Docente Conti-Santoro y es maestro rural en cinco colonias. Problematiza: “En la educación rural se agudiza la precarización, porque por un lado está el contexto social complejo y por el otro las distancias, que hace muy difícil la movilidad ya que los caminos son muy feos”. Profundiza: “En la ruralidad sucede una ficción educativa”. ¿Cómo es eso? “Hay muy poca alfabetización, los chicos están muy atravesados por el trabajo rural; suele pasar que en estas épocas muchos de los gurises van a la cosecha de la yerba y algunos, en septiembre, a la de mandioca, por lo cual la realidad es que esos chicos no están escolarizados”. Sigue: “Acá entra la deserción escolar en secundaria. El promedio en la provincia está entre el 50 y el 60%, mientras que en la ruralidad llega al 80, 83%”.

Introduce otra arista: “También es una ficción por la plata que se ahorra el Estado. Por un lado, el diseño curricular dicta que funcionamos con pluriaños, o sea grados acoplados. Primero, segundo y tercero, juntos; cuarto y quinto también; a esto se le suma la reducción de la carga horaria. A ese ahorro se le suma que todas las secundarias rurales de la provincia de Misiones funcionan en edificios prestados de escuelas primarias o edificios abandonados, con las ventanas y las puertas rotas. Muchas clases las damos en ranchos, que son casas avejentadas y de madera”.

El desaire de la política no tiene continuidad en la calle. Cuando la movilización regresa al campamento donde las y los docentes permanecen desde el 21 de mayo, la gente sale a los balcones a aplaudir, a sacudir pañuelos blancos. Una señora que supera los ochenta les dice una palabra que abarca un montón: “Gracias”.

Desde Misiones: la policía negoció, pero la provincia sigue en conflicto con los docentes a la cabeza

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Lo que no cierra

En el acampe emplazado en la calle Uruguay hay fogoneros y garrafas; carpas y gazebos; pasacalles, cartulinas, telas de todo tipo, tamaño, color y grosor, con lemas claros y concretos: “La docencia no se vende”, “Recomposición salarial, ya”, “Nuestra profesión: somos docentes; nuestro sueldo: somos indigentes”. En la esquina, el acampe del sector de Pediatría. A cinco cuadras, la vigilia del resto de las y los trabajadores sanitarios, en la puerta del Ministerio de Salud. En todo el país, cortes, piquetes, reclamos varios de yerbateros, desocupados y distintas organizaciones sociales. 

Explica Leandro Sánchez: “Hasta mayo, el mínimo de un maestro de grado inicial, sin antigüedad, era de 230 mil pesos; y 200 mil una bibliotecaria. A partir de junio, y sobre todo a partir de este plan de lucha, habrá un aumento del 34%. Aumento que la mayoría de los gremios no aceptamos, ya que exigimos el 100%. Hay profesores que tienen que dar clase en cuatro escuelas para intentar que les alcance la plata, pero ya están dejando el cargo que les queda más lejos porque es carísimo viajar”.

En poco más de un mes se cumplirán los 20 años de la inauguración en Misiones de la Central Hidroeléctrica Yacyretá-Apipé, construida en el alto del Río Paraná entre Argentina y Paraguay. Para llegar a aquel 7 de julio de 1994, antes aconteció el desarraigo de muchas familias y la pérdida de territorio para la construcción de la represa. Y antes, también, una promesa se sembró a viva voz: como la central transformaría energía hídrica en energía eléctrica, la población de la provincia iba a pagar más barata la luz. Pero eso nunca sucedió. Y con la quita de subsidios a las empresas y los tarifazos del gobierno de Javier Milei, la situación social se recrudeció. “En la provincia, el que menos paga de luz son 100 mil pesos. Hay una compañera que es el único sostén de su familia, tiene dos hijos y le vino 164 mil, es una locura”, dice Estela Genesini, docente de matemáticas desde hace 32 años.

Su compañera se llama Lilian Quevedo, es profesora de educación física y acaba de terminar de cocinar para todo el campamento. “De almuerzo hubo pastel de papas, pero como no alcanzó hubo que sumarle unos fideos”, desliza, sonriendo, hasta que recuerda la factura eléctrica y ya no le quedan ganas de reir. “Cuando vi la boleta, lo primero que leí fue 16 mil, jamás me hubiera imaginado que eran 164. Mi sueldo era de 500 mil y 200 me salía el alquiler. O sea, pagamos las consecuencias de tener a Yacyretá, con lo que significó en el pasado y las seguimos pagando ahora, ya que se multiplican los mosquitos, las plagas y pagamos la luz más cara que en cualquier provincia”.  

En ronda, hay nueve mujeres sentadas en reposeras. Son de diferentes escuelas y turnos, de diversas edades y gremios. Llueven cifras de la asfixia abrupta: “12 mil pagaba de luz y de repente me vinieron 100 mil”; “12 mil pagaba un tanque de combustible y ahora sale 60”; “De agua me vino 27 mil”; “El boleto sale 900 pesos”. De los números pasan a los cuerpos: “El gobierno dictaminó que para usar la SUBE ya no se usa la tarjeta sino solo la app. O sea, si no tenés celular tenés que pagar el doble. Hay dos hermanitos en la escuela que no tienen celular y que la mamá los está mandando sólo una vez por semana porque no puede pagar el boleto”.

Hay más Misiones: “En la escuela pública no existe gabinete psicológico. Si hay un chico con alguna discapacidad, no hay ninguna ayuda complementaria”. A contramano del tiempo, la temperatura de las palabras escalan: “No hay más margen. Estamos en una situación muy amarga, y el mate no tiene nada que ver”.

Fotos Lina M. Etchesuri para lavaca

Manos arriba

A las seis de la tarde, después de una obra de títeres, empieza la asamblea docente del día para resolver los pasos que vendrán. “¿Quién modera? ¿Quién toma nota? ¿Quiénes se anotan en la lista de oradores?”.

Luego de las ponencias, se define a mano alzada cada punto:

–“Se vota por unanimidad sostener el acampe por unanimidad”.

–“Se repudia el Encuentro por la Paz y la Libertad, que desde los resortes gubernamentales se convocó (para este jueves a las 16) en apoyo del oficialismo, como si nosotros fuéramos quienes vulneramos a la democracia”.

Antes de cerrar la asamblea, llega una resolución del Juzgado de Instrucción 6: la apertura de una causa penal “por daños” a una docena de referentes docentes, sindicales y autoconvocados, en la movilización del jueves pasado a la Legislatura.

Minutos después, agentes policiales aparecen en el acampe para notificar sobre la causa. Esa misma Policía que hasta hace pocas horas era aliada.

Alza la voz Estela: “Sabíamos que la Policía iba a arreglar y que el gobierno los iba a priorizar a ellos porque son quienes tienen las armas, un elemento de mayor presión. Para nosotros no cambia nada esa decisión: estamos acostumbrados porque luchamos en soledad toda la vida y así lo seguiremos haciendo, con nuestras propias armas: las tizas y los borradores”.

Ante la persecución judicial, se propone otra moción para profundizar la lucha:

–Se convoca a una gran Jornada Provincial por la Dignidad de Misiones, este jueves en todas las localidades del país.

Cientos de manos alzadas aprueban la iniciativa por unanimidad.

Con la docencia a la cabeza, el pueblo de Misiones sigue en asamblea permanente.

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