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El auge de las sillas calientes cambia la cultura organizacional de las empresas

hot-desking

Los empleos designados para un único trabajador son historia. El teletrabajo está reemplazando la necesidad de asignar una silla a cada empleado con la implementación de las llamadas sillas calientes, que pueden ser compartidas por varios trabajadores que no comparten el mismo horario laboral físico.

Según el más reciente informe de la consultora inmobiliaria CBRE sobre el sector de oficinas, la corriente actual se inclina hacia el también llamado ‘hot-desking’, favoreciendo un enfoque de trabajo más colaborativo y flexible.

Rediseño presencial

El estudio señala que, como resultado de la pandemia, se está reduciendo la cantidad de puestos de trabajo individuales, abandonando la proporción de un puesto por cada empleado. La nueva relación es ahora de 0,74.

Aunque la adaptación a estos cambios varía según los sectores profesionales, el sector público se encuentra más retraído en la adopción de estas transformaciones. La clave radica en que las empresas están aumentando sus inversiones para modernizar las oficinas y atraer a los trabajadores.

Según detalla este informe en nuestro país, la asistencia promedio a la oficina es de tres días a la semana, mientras que la media europea se sitúa en 1,8 días. El estudio destaca que, tras la crisis sanitaria, en nuestro país se ha consolidado un modelo flexible con una predominancia de la oficina.

Beneficios del ‘hot-desking’

Como decimos, se trata de una solución especialmente impulsada por los espacios flexibles, que tienen una gran capacidad de adaptación a las cambiantes necesidades de las empresas y a las variaciones en la plantilla. Destacan cuatro motivos clave para implementar el ‘hot- desking’:

  1. Optimización del espacio: La mayoría de las organizaciones que adoptan este modelo tienen jornadas de trabajo híbridas. En este contexto, la implementación del ‘hot-desking’ permite reducir el espacio de trabajo total necesario y facilita la creación de estructuras basadas en proyectos o líneas de negocio.
  2. Distribución más eficiente: Con el ‘hot-desking’, la ubicación de los empleados puede variar según sus necesidades.
  3. Mantenimiento del orden: Al no haber una presencialidad diaria ni una ubicación fija, al finalizar la jornada laboral, los empleados recogen su material de trabajo y contribuyen a crear espacios más ordenados.
  4. Mejora del ambiente de trabajo: La flexibilidad es cada vez más valorada por los empleados y, gracias al ‘hot-desking’, se promueve un ambiente de trabajo abierto y cercano que facilita proyectos basados en objetivos y relaciones construidas en un alto grado de confianza.

Al final, es algo que tiene un impacto positivo en el ambiente laboral y en la productividad de los profesionales, dos aspectos cruciales para atraer y retener el talento.