LABORATORIO DE DATOS
Laboratorio de datos
Tuvo que ganar pero nunca golear a tenor de la calidad de sus tiros

El Barça, las ocasiones y la realidad del partido contra el Alavés

Messi se lamenta de una ocasión fallada en el Alavés-Barcelona
Messi se lamenta de una ocasión fallada en el Alavés-BarcelonaLINO GONZALEZ
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El Barcelona dejó escapar dos puntos en su visita a Mendizorroza que han supuesto abrir la primera crisis de la temporada, al acumular cuatro jornadas ligueras sin ganar. Y decimos que dejó escapar porque, a tenor de los números podemos apuntar que así fue.

Fueron 25 remates frente a cuatro, nueve tiros a puerta contra tres, además de un 80% de posesión a favor. Con estos pocos datos, el que no viera el partido debe pensar que el Barcelona tuvo que golear claramente al Alavés. Sin embargo, el fútbol actual se puede medir de una manera un poco más precisa gracias al avance de la tecnología y la estadística en favor del deporte rey.

Hoy en día contamos con una métrica nueva que cada vez se utiliza más -los clubes ya lo hacen e incluso la Premier League y la UEFA, que la ha tenido en cuenta en su informe sobre la pasada Champions League publicado hace pocos días, y en MARCA venimos haciéndolo- que es la de los goles esperados.

También conocida en inglés como expected goals o por sus siglas -xG-, es una métrica que, a través de un modelo estadístico nos dice la probabilidad de que un tiro acabe en gol en función de las características de ese tiro y de los eventos que le sucedieron, como son la distancia a portería, el ángulo, la parte del cuerpo con la que se remata y el tipo de pase que recibió el lanzador. A partir de ahí, se da un valor de 0 a 1, donde 1 es un gol seguro. La suma de todos los xG de un equipo en un partido nos dice cuántos goles debería haber marcado ese equipo en ese partido.

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Explicada la teoría, pasemos a ver qué ocurrió realmente en ese Alavés-Barcelona. Ya hemos visto que el equipo azulgrana disparó muchísimo y que unos cuantos de esos disparos fueron entre los tres palos. Pero, ¿desde donde tiraron? ¿Había rivales delante? ¿Tuvieron un buen ángulo de disparo?

En el siguiente gráfico podemos ver todos sus disparos. Cada círculo es un disparo y una estrella es el gol. El tamaño del círculo nos dice la probabilidad de gol: cuanto más grande, mayor probabilidad. En este sentido, vemos que la mayoría de sus círculos -disparos- son muy pequeños. De hecho, los más grandes son la estrella -el gol de Griezmann-, que tuvo una probabilidad -gol esperado- de 0,36 y un tiro de Ansu Fati desde una posición similar en el minuto 12, que fue de 0,32.

La suma de probabilidades de todos esos tiros, es decir, sus goles esperados, fue de 2,08. Es decir, que pese a todos esos tiros, el Barça sólo debería haber marcado dos tantos. La importancia de la calidad del disparo por delante de la cantidad. Y la importancia de saber elegir cuándo efectuar un disparo. El Alavés sólo tiró cuatro veces pero su sumatorio de xG fue de 1,11, es decir que tenía que haber metido un gol y lo hizo (marcó Rioja a puerta vacía y eso es un gol prácticamente seguro).

De hecho, si vemos la evolución de esos xG a lo largo del partido, desde el gol de Rioja (minuto 30) hasta el gol de Griezmann (minuto 60), el Alavés fue por delante en ese 'merecimiento' en función de las ocasiones generadas.

Por lo tanto, a tenor de lo sucedido podemos decir que sí, que el Barcelona mereció ganar el encuentro. Pero que ni mucho menos debió golear, al menos si nos atenemos a la estadística de los disparos. Evidentemente, podemos meter otras variables en la ecuación como la posesión, los toques en área rival, los pases clave, centros y muchas otras para defender que debió golear. Pero nunca si nos remitimos a los disparos.

Los goles esperados no es una métrica perfecta, como ninguna lo es, pero está en constante evolución y cada vez es más precisa. Por todo ello hay que tenerla cada vez más en cuenta a la hora de valorar el rendimiento ofensivo de un jugador o de un equipo.