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Un hombre australiano murió 8 años después de comer una babosa

Sam Ballard, de Sydney, Australia, murió la semana pasada de una infección parasitaria llamada enfermedad del gusano pulmonar de rata.
Gusano pulmonar de rata
Gusano pulmonar de rata (Angiostrongylus cantonensis). Imagen: Wikimedia Commons

Artículo publicado originalmente por Motherboard Estados Unidos.

La extraña y trágica muerte de un hombre australiano de 29 años la semana pasada ha destacado la gravedad de una rara infección parasitaria llamada "enfermedad del gusano pulmonar de rata".

Sam Ballard estaba en una fiesta en 2010 cuando se comió una babosa en un reto.

"Estábamos sentados ahí para apreciar algunos vinos, tratando de actuar como adultos y una babosa llegó arrastrándose por aquí", le dijo el amigo de Ballard, Jimmy Galvin, a Australian news. "Salió al tema, ya sabes. '¿Me la como?' dijo Sam. Y de repente ya se la había comido. Así fue como sucedió".

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Días después, Ballard se quejó de un dolor en la pierna y, finalmente, su médico le diagnosticó una infección por gusano pulmonar de rata.

El parásito Angiostrongylus cantonensis se alberga en las ratas y puede transmitirse a caracoles y babosas, quienes a su vez pueden transmitírselo a los humanos. Una vez ingerido, el gusano puede penetrar el intestino, atravesar el sistema nervioso y entrar al revestimiento externo del cerebro.

La mayoría de las personas se recuperan solas de la infección, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Sin embargo, el bicho puede causar una forma poco común de meningitis y manifestarse como un dolor de cabeza, rigidez en el cuello, hormigueo o sensación de dolor en la piel, fiebre baja, náuseas y vómitos".

Ballard desarrolló este tipo de meningitis, llamada meningoencefalitis eosinofílica, que lo puso en coma durante 420 días. Cuando despertó, Ballard quedó con daño cerebral, al principio incapaz de mover sus extremidades. Recobró algo de movimiento, pero se volvió tetrapléjico, sufrió convulsiones y requirió atención permanente, que fue facilitada por su madre Katie Ballard.

"Desde entonces sus amigos estuvieron con él", dijo la semana pasada la periodista australiana Lisa Wilkinson, informando sobre la muerte de Ballard. "El viernes, Sam falleció, rodeado de su familia y leales y amorosos amigos".

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"Sus últimas palabras a su madre fueron: 'Te amo'".

El desafortunado caso de Ballard es un caso atípico, pero los brotes recientes de gusanos pulmonares de rata han generado una nueva conciencia sobre el diminuto parásito.

El gusano pulmonar de rata se ha diseminado a más de 30 países, incluido Estados Unidos. Ha habido al menos 2.800 casos de infección en todo el mundo. Provocó un pánico en Hawái el año pasado cuando docenas de casos fueron documentados en todo el estado. (En promedio, las islas informan de una a nueve infecciones cada año, con dos muertes relacionadas desde 2007, según el Departamento de Salud de Hawai).

The lifecycle of the rat lungworm parasite.

El proceso de transmisión de la enfermedad del gusano pulmonar de rata. Foto: Departamento de Salud de Hawái

La transmisión comienza cuando una rata escupe las larvas del gusano y luego se las traga. Después, las larvas pasan por el sistema digestivo de la rata y salen a través de su excremento. Las babosas o los caracoles sirven como huéspedes intermedios al comer la caca de la rata y contraer el parásito.

Cuando una rata se come uno de estos gasterópodos infectados, el ciclo de vida del gusano se renueva. Las larvas madurarán hasta convertirse en adultos de dos milímetros de largo dentro del cerebro de la rata, antes de viajar a tus pulmones a través de las arterias pulmonares y finalmente reproducirse allí.

Los seres humanos y otros animales pueden enfermarse si comen una babosa o caracol infectados. (Las personas que consumen gasterópodos deliberadamente son instadas a no comer alimentos crudos o poco cocidos). La infección accidental puede producirse a partir de productos sin lavar que contienen una babosa o caracol infectados, o incluso su baba, según los funcionarios de salud australianos. Con menos frecuencia, los cangrejos, camarones y ranas infectados también pueden transmitir el parásito, así como el agua potable contaminada.

"Los parásitos están en mi cerebro, moviéndose", dijo una mujer infectada de Hawaii al sitio de noticias local Civil Beat. "Mi sensación visual de lo que pasa es que de vez en cuando alguien abre la parte superior de mi cabeza, coloca una plancha caliente dentro de mi cerebro y luego presiona el botón de vapor".

Los médicos a veces realizan una punción lumbar para detectar la enfermedad. Actualmente no hay una prueba de gusano pulmonar de rata, y los intentos de crear una prueba para los anticuerpos asociados con la infección han resultado ser decisivos.

La infección dura de una a dos semanas, con un período de incubación de una a tres semanas. No existe un tratamiento estándar, aunque a veces se recetan antibióticos, analgésicos y esteroides para controlar los síntomas. Según los CDC, la mayoría de los gusanos mueren sin tratamiento, aunque los parásitos moribundos pueden desencadenar una respuesta inmune dolorosa. La enfermedad no es contagiosa en los humanos.