El día de Griezmann es hoy

Hace una semana, en octavos de final contra Argentina, Kylian Mbappé no sólo dejó sentado a Mascherano y a Rojo con una impresionante velocidad. También adelantó, por la izquierda y por la derecha, a Antoine Griezmann. Porque con su maravillosa actuación y su doblete, el delantero del PSG apareció en el papel que parecía reservado al jugador del Atlético. El de líder, el de estrella de la selección francesa. Por estatus, por fama y por experiencia, Griezmann debía echarse al equipo Bleu a la espalda y conducirle hacia los cuartos de final. Pero, sin realizar un mal partido, Antoine estuvo otra vez muy lejos de su nivel y no consiguió hacer olvidar su pésima fase de grupos con tres actuaciones lamentables y tres sustituciones (justificadas) antes de tiempo. Así que hoy frente a Uruguay, el jugador nacido en Mâcon no tiene otra alternativa que brillar más que los demás, ayudar de forma decisiva a Francia a alcanzar las semifinales y demostrar que sigue siendo el número uno.

Las cosas como son, Griezmann se ha equivocado, y mucho, en su comunicación y eso ha afectado a su imagen con la camiseta azul. No sólo sacó de quicio a los aficionados colchoneros con el paripé sobre su futuro y el patético documental en el que anunciaba su decisión. En Francia se considera que el delantero se ha servido de la selección para promocionar sus temas personales y que no ha estado centrado en el Mundial. Tampoco gustó que, junto con Lucas Hernández y Thomas Lemar, haya firmado su nuevo contrato en la concentración de los Bleus en Rusia, pocos días antes de un partido. Se consideró además como una muestra de debilidad por parte de Didier Deschamps, el seleccionador. Griezmann tiene mucho que hacerse perdonar. Y hoy es un buen día para ello.