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Rommel, el 'Zorro del Área': ídolo en Tenerife y leyenda en Panamá

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Rommel, el 'Zorro del Área': ídolo en Tenerife y leyenda en Panamá

El 6 de mayo se cumplieron 25 años del fallecimiento de Rommel Fernández en accidente de tráfico. Ídolo en Tenerife, respetado en Valencia y Albacete. Leyenda en Panamá. Su recuerdo sigue muy vivo.

Rommel Fernández nació el 15 de enero de 1966 en Ciudad de Panamá en su popular barrio de ‘El Chorrillo’. La tremenda influencia de Estados Unidos hacía en aquellos tiempos que el béisbol y el baloncesto fueran los deportes más populares en este país. Pero felizmente a nuestro hombre le dio por el fútbol. Sus portentosas facultades físicas y un privilegiado físico (1,86 metros) le forjaron como un rematador formidable. De ajustada técnica en el manejo del esférico, era un rematador maravilloso e inteligente. Siempre bien situado. Por ello, en su etapa con el Tenerife algunos empezaron a llamarle ‘El Zorro del Área’ en comparación con el mariscal Erwin Rommel, ‘El Zorro del Desierto’, una de las pocas figuras respetados de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.

Rommel Fernández se dio a conocer en España durante un ‘Mundialito de la Emigración’. Este era un torneo de selecciones formadas por equipos de emigrantes españoles y descendientes de los mismos. México, Perú, Chile, Alemania… Algunos de estos jugadores llamaron la atención de ojeadores y se quedaron en equipos españoles. Fue el caso de Ricardo Albisbescoechea, ‘Albis’ que fichó por el Málaga. O Rommel Fernández que pasó del Atlético Panamá al Tenerife. Era el primer panameño que firmada por un club español. Lo hizo en una pizzería: “Sin mirar. Lo que quería era jugar en España”. En poco tiempo pasó de jugar en las categorías inferiores al Tenerife. Año 1987. Un equipo que venía de pasar años complicado. En Segunda B y a borde de la desaparición fue rescatado por Javier Pérez, un ginecólogo apasionado por el ‘Tete’, como se conoce popularmente al equipo en la Isla. Supo gestionar su deuda (hasta disolverla). El primer paso se dio: ascenso a Segunda División.

En su primera temporada en el Heliodoro Rodríguez marcó ocho goles y ya se metió a la gente en el bolsillo. Su explosión vino en el ejercicio siguiente, el 1988-89 donde obtuvo 19.El Tenerife, contra todo pronóstico, se clasificó para disputar la promoción de ascenso. Su rival fue el Betis. En una noche memorable el equipo entrenado por Benito Joanet bordó el fútbol y arrasó a los verdiblancos por 4-0. Rommel marcó dos tantos. En el duelo de vuelta en el Villamarín, 1-0 insuficiente para los béticos. El Tenerife regresaba a Primera 28 años después para iniciar su etapa más gloriosa.

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Comía en el bar de su pensión

Para afrontar el reto de la Primera División Javier Pérez intentó confeccionar un equipo potente. Fichó como entrenador a Vicente Miera, con exitosa trayectoria en Sporting y Oviedo e incorporó a futbolistas de campanillas como el portero uruguayo Zeoli, Quique Estebaranz o Felipe Miñambres cuya salida del Sporting fue unilateral y polémica, Un juez tuvo que fijar la cantidad que los canarios abonaron a los asturianos. Desde entonces los clubes impusieron a los jugadores que firmaban elevadas cláusulas de rescisión.

Rommel era un jugador de costumbres sencillas. Vivía en una pensión en el centro de Santa Cruz y comía todos los días en el bar de abajo. Eran tiempos donde los jugadores de fútbol estaban menos blindados por los directores de comunicación, responsables de marketing o el circo mediático. Por ello para acceder a Rommel solo hacía falta llamar al bar durante su hora de comida. Siempre atendía con maravillosa amabilidad. Esto hoy es impensable.
A pesar de que marcó 10 goles y Estebaranz otros 10 fue una temporada complicada. El equipo sufría horrores. Miera fue destituido y en su lugar vino Xabier Azkargorta. En la jornada 37 el Tenerife fue derrotado por el Cádiz en el Heliodoro por un autogol de Manolo Hierro en un partido que pasó a la historia porque los gaditanos no chutaron ni una sola vez a puerta. ¡Y ganaron! El Tenerife consiguió la permanencia en una emocionante eliminatoria de ascenso contra el Deportivo. 0-0 en casa y triunfo 0-1 en Riazor con gol de Eduardo.

En la siguiente temporada el Tenerife sufrió menos para seguir entre los grandes pero volvió a cambiar de entrenador, Jorge ‘Indio’ Solari, por Azkargorta. Ese año, el fichaje estrella fue Fernando Redondo, un argentino de 21 años que vino gratis y, con los años, triunfo también el Real Madrid (que pagó 3,28 millones de euros que era mucho dinero en 1995). Rommel encandilaba a la afición ‘chicha’ y tenía en vilo a Panamá. Anotó 13 goles y su nombre empezó a ser asociado con el de los mejores equipos de España y Europa. Finalmente fue traspasado al Valencia por 300 millones de pesetas (1,8 millones de euros).

No se adaptó al Valencia

El Valencia llevaba tiempo trabajando para volver a ser un grande y olvidar su doloroso descenso a Segunda de 1986, el primero en 55 años. Para ello contrató un entrenador de prestigio, Gus Hiddink. Tenía grandes jugadores como Quique Flores, Leonardo, Camarasa, Giner, Voro, Fernando, Roberto, Eloy, Ochotorena y sobre todo, Lubo Penev con quien se pretendía que formase pareja de arietes. Pero aquello no cuajó. Rommel jamás se adaptó y su carácter humilde y cercano contrastaba con el glamour y ambición desmedida de Penev. Además Hiddink prefería jugar con un ariete de referencia con lo que el panameño pasó a ser el reserva del búlgaro. Penev hizo 13 goles y Rommel, solo dos. Por eso aceptó irse cedido al Albacete que entonces era conocido como ‘El Queso Mecánico’. Rommel recobró sensaciones aunque solo anotó siete goles en 26 partidos, suficientes para meterse en el bote a la hinchada manchega. El equipo logró la permanencia tras superar en una eliminatoria de promoción el Mallorca.

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Aquel maldito 6 de mayo

Rommel Fernández tenía 27 años. La misma edad que otros grandes deportistas como el piloto Elio de Angelis o el baloncestista Fernando Martín, ídolos del deporte que como él, se dejaron la vida en la carretera. Aquel día Rommel iba acompañado por su primo Ronny Rojo y perdió el control de su Toyota Celica para estrellarse contra un árbol contra el que Rommel golpeó su cabeza falleciendo en el acto. Esto sucedió en la Carretera de Tinajeros en las afueras de Albacete. Su muerte conmocionó a todos. En plano dolor, la Federación Panameña de Fútbol decidió que el Estadio de la Revolución pasara a llamarse Estadio Rommel Fernández. Cada 6 de mayo directivos del Albacete junto con la peña ‘Curva Rommel’ depositan flores en este árbol. También recibió un cálido emocionante en el mural del Heliodoro Rodríguez en su honor y que es un lugar de culto. Ha pasado un cuarto de siglo y el recuerdo de Rommel Fernández, el chico que comía en el bar de abajo pese a ser un ídolo de Primera sigue muy vivo.

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