Cuando Android era horrible: esto fue lo peor del sistema operativo

Cuando Android era horrible: esto fue lo peor del sistema operativo

Android fue y es imperfecto, como todo sistema operativo. No obstante, su evolución ha sido notable durante los últimos años, y es que poco o nada tienen que ver las actuales versiones que utilizamos en comparación a lo que tuvimos que sufrir en sus inicios. La época del lag y la inestabilidad están prácticamente superados, aunque al haber un número de fabricantes tan elevado es lógico que aún queden vivos algunos fantasmas.

Hoy, echamos un vistazo al pasado para recordar la peor época de Android. Un tiempo en el que incluso los representantes de la gama alta tenían un rendimiento pobre, y en el que los fabricantes no hacían más que empeorar la experiencia de usuario de sus compradores.

La peor época de Android

El lag como principal representante

Si bien los dispositivos de Samsung actualmente cuentan con un rendimiento brillante, hace unos años eran todo lo que no se le podía pedir a un teléfono en cuanto a fluidez se refiere. En este vídeo de Tolo podemos ver cómo el Samsung Galaxy S3 era incapaz de mantener el invocador de S-Voice en el botón de inicio sin ralentizar por completo la acción de volver a Home, y cómo se hacía necesario andar desactivando funciones para tener un rendimiento relativamente óptimo.

Hay que tener en cuenta que hablamos de dispositivos que arrojaban como mucho 20.000 puntos en AnTuTu, lejos de los más de 300.000 puntos que hemos alcanzado ahora. No obstante, la optmización tanto del sistema operativo como de la ROM de Samsung dejaban bastante que desear.

Cuando Android era horrible: esto fue lo peor del sistema operativo

2013 fue un año dorado para las ROMs personalizadas. Eran muchos los usuarios que, cansados del mal rendimiento de sus terminales, optaban por modificar Android por completo con una ROM nueva. En aquel entonces las cámaras y el audio no eran demasiado buenos, por lo que la pérdida de algunas librerías propietarias no era demasiado drama.

Samsung no era la única firma con mal rendimiento, y es que la escasa cantidad de memoria RAM y la poca potencia de los procesadores hacían de Android un sistema lento y tosco. Llegábamos a encontrar frecuencias en los procesadores de menos de 1 GHz, y el móvil más generoso no pasaba de 2 GB de RAM.

Algo que duró hasta hace "dos días"

Estos vídeos caseros son toda una oda a la época más indigna de Android

Siguió mejorando el hardware, pero el lag seguía. El LG G3 fue uno de los casos más flagrantes en el año 2014. Un móvil que daba el salto al QHD con un panel de dudosa calidad y un hardware que no era capaz de mover la interfaz. Las congelaciones y el lag fueron sus principales características, y tras venir del LG G2, considerado por muchos como uno de los mejores móviles de la historia, el golpe fue aún más duro.

Tampoco podemos olvidarnos de los redibujados en el launcher, algo que increíblemente sigue pasando en Android en dispositivos de 1.000 euros -eso sí, en ocasiones contadas-. El terminal no es capaz de mantener en memoria el launcher tras venir de una aplicación pesada, por lo que es necesario renderizar de nuevo toda la interfaz.

Esperar 2 o 3 segundos a que nuestro launcher fuese funcional era costumbre, y sobre todo con Google Now Launcher. Este lanzador era capaz de ralentizar a cualquier Android al pasar a su pantalla feed, falta de optimización que se hacía presente y que hasta hace poco tiempo seguía presentando estos problemas de rendimiento.

Nova Launcher adquirió el nombre que tiene ahora por ser de los pocos lanzadores capaces de acelerar el dispositivo, y es que era tan pobre la optimización de los fabricantes que Nova lograba proporcionar una experiencia de usuario totalmente distinta. ¡Un simple launcher!

Versiones que iban y venían

En todos los sistemas operativos ha habido mejores y peores versiones, pero Android tuvo una época en la que parecía no dar pie con bola. Android 2.2 y 2.3 fueron un auténtico desastre y dos tragarecursos de cuidado. Con 2.3.7 las cosas mejoraron algo -sobre todo gracias a CyanogenMod-, pero no fue una buena época para Android.

La llegada de Android 4.0 también trajo bastantes problemas. Se trató de un salto bastante grande por parte del sistema, y los usuarios notaron las consecuencias. El posterior salto a KitKat también hizo que varios móviles se resintieran. Recuerdo experimentar el salto de Android Jelly Bean a Kitkat en mi Moto G 2013. Gané lag y un par de horas menos de pantalla.

Te dejamos este vídeo por aquí del Google Nexus 5 para quitarte el mal sabor de boca.

Con Lollipop llegó Material Design, y de nuevo el lag se hizo presente. Lollipop es conocida como una de las peores versiones de nuestro sistema operativo por su mal rendimiento y falta de optimización. A partir de aquí, las cosas empezaron a mejorar. Android 6.0 Marshmallow, si bien tampoco sentó bien a todo el mundo, se planteaba como una versión más pulida, llegando a su máximo refinamiento con Android Nougat. En Oreo se pulieron los detalles que quedaban, siendo actualmente una de las mejores versiones de Android jamás creadas, y redefinida con Android 9 Pie, versión de la que estamos bastante orgullosos.

La interfaz Holo

La interfaz Holo de Android no es algo de lo que podamos estar orgullosos. Es cierto que era otra época y que los gustos siempre están sujetos a la subjetividad, pero en perspectiva, no miramos esta interfaz con demasiado deseo. Los acentos azules tenían demasiada presencia, el diseño de las aplicaciones dejaba bastante que desear, y en general el funcionamiento no era demasiado suave.

Con la llegada de Material Design Android por fin se convirtió a nivel de diseño en toda una referencia, dejando atrás esa época de iconos mal diseñados, widgets sobrecargados con fuentes antiquísimas, y ese aire 3D que acompañaba a toda la interfaz.

Drenajes de batería en reposo

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Android nunca se ha caracterizado por ser un sistema con poco consumo en reposo, aunque actualmente los números nada tienen que ver con lo que sufríamos antes. Antes de Android 6.0, nuestro sistema gastaba en reposo como si no hubiese un mañana, por lo que fue necesaria la llegada de un sistema que controlase los segundos planos.

Con Android 6.0 llegó Doze, aunque de una forma poco eficiente. El sistema entraba en reposo solo si el terminal estaba físicamente parado, algo sin demasiado sentido que provocó que los consumos fuesen igual de malos. Con Nougat Doze se activaba con más frecuencia y sin la necesidad de que el móvil estuviese parado, aunque seguía sin ser la maravilla. Los desarrolladores tuvieron que inventar alternativas como Forze Doze para que el sistema hibernase bien.

Con Android Oreo las cosas mejoraron, aunque no ha sido hasta la llegada de la batería adaptativa de Android Pie cuando realmente hemos obtenido buenos consumos en reposo.

Nuestro amigo el forzar cierre

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Los cierres forzados siguen presentes en Android, aunque nada que ver con la frecuencia de antes. En las primeras versiones de Android rara era la semana en la que no se nos cerraba una aplicación. Por suerte, con el paso del tiempo, el sistema se fue estabilizando y poco a poco nos olvidamos de los cierres forzados.

Una fragmentación aún mayor

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Si ahora nos quejamos de la fragmentación, lo de antes no tenía nombre. Los grandes fabricantes tomaban cerca de 6 o 7 meses en actualizar, y esto era visto como lo normal. Lo peor es que en muchos casos actuales sigue siendo así, aunque parece que poco a poco esto mejora. La gama alta de finales de año por fin se presenta con la última versión de Android -algo impensable el año pasado-, y todo apunta a que el ritmo de actualizaciones -al menos en la gama alta- seguirá aumentando poco a poco.

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