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La vida de Teófilo tras adelgazar 200 kilos en un año: “Ahora pierdo 20 kilos al mes”

El joven, que llegó a pesar más de 390 kilos, ha reducido su peso a la mitad tras someterse a una cirugía de estómago

Teófilo Rodríguez, a la entrada de su domicilio en Turís (Valencia). En vídeo, La nueva vida de Teo.Foto: atlas | Vídeo: RAFA GASSÓ / ATLAS
Cristina Vázquez

Hace un año Teófilo Rodríguez, de 35 años, no podía andar y respiraba con dificultad debido a sus 390 kilos de peso. Padece de obesidad mórbida desde que a los ocho años sufrió un problema de tiroides. Internado de urgencia en agosto del año pasado en el hospital de Manises (Valencia), un centro de titularidad pública y gestión privada, Teo fue dado de alta contra el criterio de su familia y trasladado a su casa en un camión de mudanzas porque no había ambulancias adaptadas a su caso. Hoy, este joven se ha sometido a una cirugía de estómago y pesa 190 kilos, 200 menos que hace un año. “Pensé que era imposible estar delgado, que iba a morir obeso”, asegura.

Teo está safisfecho con el giro que ha dado su vida. “De salud, me encuentro mejor que nunca", dice pese a una complicación pulmonar recién diagnosticada. Antes, no podía ir al baño solo ni sentarse en el sofá porque luego no podía impulsarse sin ayuda de otros. En su casa de Turís, un municipio valenciano a 36 kilómetros de la capital, siempre había familiares o amigos que le ayudaban a moverse y para desplazamientos largos debía de agenciarse una furgoneta. Ahora puede montar en coche y sobra espacio. "No me he planteado ir al cine ni a una piscina pública todavía pero las cosas van cambiando. Antes me daba vergüenza salir en público, ahora me conoce todo el mundo", subraya.

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Su recuerdo de lo sucedido en agosto de hace un año [su ingreso por insuficiencia respiratoria, la polémica por su alta hospitalaria, el traslado en camión...] no es agradable. Pero, al final, el hospital valenciano volvió a ingresarlo durante cuatro meses. Su caso tuvo mucha repercusión mediática y las muestras de solidaridad llegaron de muchos lugares. Pero el gesto definitivo fue la llamada del doctor Carlos Ballesta, especialista en cirugía de la obesidad, que el pasado mayo, después de varias pruebas y de que Teo perdiese cerca de 100 kilos de peso, le practicó en un hospital privado de Granada un by-pass gástrico de asa larga laparoscópico, una operación poco invasiva para reducirle el estómago y parte de la absorción intestinal. La sanidad pública no lo prácticó tras consultar con otros especialistas “porque en sus condiciones de entonces” el protocolo médico no lo contemplaba.

"Fue una paciente del conocido doctor, quien le pidió por favor que se hiciera cargo de mi caso”, comenta este joven. Ballesta viajó a Valencia y lo visitó en noviembre del año pasado y le dio esperanzas. El doctor le intervino seis meses después sin coste para el paciente y un donante se hizo cargo de los gastos de hospitalización en un centro privado de Granada.

Antes de la intervención, el joven consiguió perder unos 130 kilos a base de dieta y diuréticos porque retenía mucho líquido. Y desde entonces hasta ahora se ha dejado por el camino otros cerca de 70 kilos, asegura. En 12 o 16 meses debe quedarse en unos 100 kilos, según la indicación del médico.

Asegura que come de todo. “No hago dieta. ¿Para qué? No puedo comer mucho, los platos que cocina mi madre: cocido, alubias, guisado, arroz...". No tolera la leche y no almuerza ni merienda a pesar de que debería hacer ocho comidas al día. "Tampoco puedo forzarme porque vomito”, advierte. Dice que tiene el hierro un poco bajo pero toma suplementos, y le han retirado las pastillas para una afección cardiaca. Se siente bien y, de momento, hace ejercicios en una piscina desmontable instalada en el patio de la casa de sus padres, donde vive ahora tras romper con su anterior novia. Ahora tiene otra relación.

El joven de Turís, en el patio de su casa, al lado de la piscina desmontable donde hace ejercicio.
El joven de Turís, en el patio de su casa, al lado de la piscina desmontable donde hace ejercicio.RAFA GASSÓ

“Lo estoy consiguiendo. En un futuro, no sé... Hay que ponerse en manos de especialistas porque la obesidad es una enfermedad”, apunta. Teo vive de una pensión por invalidez, de algo más de 500 euros. Y después de meses de papeleos ha añadido otros 47 euros mensuales por su dependencia. Quiere trabajar porque como dice: “Quiero tener un futuro mejor y no vivir de una minusvalía. No soy delicado; si tengo que barrer las calles o fregar platos, me pongo", afirma este joven con estudios básicos.

De los pleitos judiciales entre Teo y el hospital de Manises y viceversa (también personal del centro lo ha denunciado a él) en aquellos días de “mucho estrés”, recuerda Teo, no se ha sustanciado nada todavía. Al centro hospitalario, que adquirió una cama bariátrica [que soporta 500 kilos] para el segundo ingreso de Teo, no le han notificado ninguna denuncia. “Fue impactante que me mandaran a casa en un camión, sin ningún sanitario dentro, solo con dos celadores”, recuerda mientras el hospital subraya que "se pusieron todos los recursos técnicos, humanos y materiales que había disponibles" para el joven. Este centro lleva el seguimiento de su salud, salvo lo que tiene que ver con la operación. El trato es "espectacular", afirma Teo.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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