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Puigdemont, los presos y el 155 marcan el Sant Jordi político

Rosas amarillas frente a la Generalitat

Oriol Solé Altimira

La política y sus excepcionales circunstancias en Catalunya han compartido protagonismo este Sant Jordi con las rosas y los libros. “No es un Sant Jordi cualquiera”, ha resumido la alcaldesa Ada Colau. Un paseo por las calles de Barcelona permite comprobarlo: en varias paradas del centro la rosa roja y la amarilla se venden a pares. Por primera vez el Palau de la Generalitat no acoge el tradicional discurso institucional –ni la misa ni la bendición de rosas– de esta Diada, que para muchos no será el mejor día del año mientras haya políticos presos en las cárceles.

Especial recuerdo ha tenido el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, encerrado desde el pasado 16 de octubre. No en vano Òmnium es uno de los motores de la cultura catalana. “Jordi Cuixart hoy tendría que estar aquí, ama apasionadamente la lengua y la cultura y es gran defensor de la paz”, ha dicho Colau. Horas antes, Cuixart ha enviado un emotivo tuit desde Soto del Real, al igual que Dolors Bassa desde Alcalá Meco:

Frente a las vallas de seguridad del Palau, en las que algunos ciudadanos han colocado rosas amarillas, Elsa Artadi (JxCat) ha recordado a Cuixart, Jordi Sànchez, Carme Forcadell y los seis exconsellers que se encuentran en una prisión “injusta y descarnada”, así como los que están en el “exilio”. Hacia Berlín se siguen dirigiendo las miradas del independentismo, en especial las de JxCat, a falta de un mes para que se cumpla el plazo para precipitar la repetición de elecciones.

Artadi ha indicado que su grupo tiene “prisa” para investir a Carles Puigdemont, que “es y siempre será el candidato de JxCat”, ha añadido. La fórmula es conocida: modificar la ley de presidencia para facilitar la investidura a distancia. Un cambio legislativo que tiene todos los números para estrellarse el Tribunal Constitucional a la primera de cambio. Puigdemont ha evitado referirse a la investidura y en un vídeo grabado desde la capital alemana ha ensalzado la cultura como “la manera que tenemos de explicar lo que queremos ser y de qué forma queremos seguir viviendo como catalanes”.

Sobre el particular duelo que mantienen el juez Pablo Llarena y el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro a cuenta de la malversación en el 1-O se ha pronunciado el dirigente de ERC Pere Aragonès, uno de los cargos de la Generalitat que ha 'resistido' al 155. El secretario de Economía del Govern ha pedido al juez y al ministro “que se aclaren”. Buen conocedor de las maltrechas e intervenidas finanzas de la Generalitat, ha afirmado que no se dedicó un euro público a sufragar el 1-O.

Por su lado, el líder del PSC, Miquel Iceta, ha lamentado que la festividad de Sant Jordi se celebre con las instituciones catalanas “intervenidas” por el Gobierno central. Para darle la vuelta a la situación, ha instado a los independentistas a evitar nuevas elecciones y “normalizar” la política catalana. “Sant Jordi es tan potente que todas las reivindicaciones caben y, al final, lo que quedan son los libros y las rosas, que es lo que nos une a todos”, ha aseverado.

Y el jefe del PP catalán, Xavier García Albiol, ha lanzado la propuesta de que Sant Jordi sea la nueva Diada nacional de Catalunya en sustitución del 11 de septiembre. “Los independentistas todavía no han contaminado Sant Jordi como con el 11-S”, ha justificado.

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