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Columna
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Reorientación

Cristina Serrato conducirá este lunes un programa producido por el canal Decasa sobre estilismo y mujeres XL

Juan Jesús Aznárez

Cristina Serrato conducirá este lunes un programa producido por el canal Decasa sobre estilismo y mujeres XL. El activismo de la soriana es asombroso, marciano, porque se atreve con todo: escribe, cocina, nada, canta, baila, actúa, practica la jardinería, y reflexiona sobre metafísica, cultura, filosofía y etnias. Le encantan la naturaleza y las mascotas, danzó con un grupo africano y presume de sentido del humor. Se considera creativa, asertiva, inquieta, sensible y apasionada, pero lo más extraordinario es que le gusta escuchar a los mayores.

Aunque la mitad de las virtudes declaradas en su biografía del alma fueran propaganda, Serrato no deja de ser un torbellino. "Modelo curvy y entrenadora de comunicación, habilidades personales y gestión emocional, ayuda a mujeres de tallas grandes a encontrar su Estilo súper", informa el canal del estreno. "Les ofrece su experiencia para que puedan experimentar un cambio radical en su aspecto y, en definitiva, en su forma de sentir la vida".

Desde hace 20 años, desfila como modelo de tallas grandes. Empezó después de que una señora la parara en la calle para proponérselo. Eran pocas y se las miraba raro. El canal español incluido en la parrilla de Movistar + se dedica a la decoración, el bricolaje y el bienestar personal. El lunes abordará la angustia de una esteticista que sueña con las pasarelas sin poder acceder a ellas por sus curvas y un estilo deslavazado, el trajín de una actriz y monologuista que busca y rebusca y no encuentra su vestido de boda, y el dilema de una mujer que va cumpliendo años y quiere volver a sentirse joven y guapa.

Tres casos a la medida de Serrato, que sabe de pasarelas, de tallas 44, y ha demostrado tener labia y tablas. Seguramente acertará más que este columnista cuando escribió sobre el sensacionalismo de la serie estadounidense Mi vida con 300 kilos. Utilicé algunos términos percibidos como ofensivos. No hubo mala fe, pero me arrepiento y pido disculpas.

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