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El astronauta Glenn celebra los 50 años de su histórico vuelo espacial

La NASA consiguió que una nave diera vueltas a la Tierra casi un año después de Gagarin

John Glenn (izquierda), charla con el director de la NASA, Charles Bolden. durante un debate del Foro del Futuro, celebrado en la Universidad del Estado de Ohio, el pasado 20 de febrero.
John Glenn (izquierda), charla con el director de la NASA, Charles Bolden. durante un debate del Foro del Futuro, celebrado en la Universidad del Estado de Ohio, el pasado 20 de febrero.NASA / BILL INGALLS

Hace 50 años que Estados Unidos logró situar en órbita de la Tierra una nave con un astronauta. Aunque lo hizo después de la Unión Soviética, la NASA está celebrando esta histórica fecha en actos que cuentan con la presencia del protagonista, el longevo astronauta y senador John Glenn, que voló por primera vez cuando ya tenía 40 años. Además, lo volvió a hacer a los 77, convirtiéndose entonces en la persona de mayor edad en volar al espacio. Fue en 1998 a bordo de un transbordador, en la misma misión en la que participó el astronauta español Pedro Duque. Ahora, a los 90 años, Glenn ha vuelto a la universidad y da clase en la escuela que lleva su nombre en la Universidad del Estado de Ohio, donde nació.

Las celebraciones de la NASA tienen lugar en una época difícil para la agencia, que, tras ser pionera en el transporte espacial tripulado, no dispone ahora de vehículos propios.

El 20 de febrero de 1962 tuvo lugar la misión 'Friendship 7', dentro del programa Mercury

El 20 de febrero de 1962 tuvo lugar la misión Friendship 7, dentro del programa Mercury, en el que Glenn era uno de los siete primeros astronautas seleccionados en la historia de Estados Unidos. La cápsula dio solo tres vueltas a la Tierra, durante cuatro horas, 55 minutos y 23 segundos, antes de caer en el océano, pero todo fue bien y el duro golpe al orgullo del país que supuso el vuelo orbital de Yuri Gagarin en 1961 se mitigó. Ese mismo año se había lanzado al espacio el primer astronauta norteamericano, Alan Shepard, pero su nave solo hizo un salto suborbital, lo mismo que la que le siguió, de forma que la Friendship 7 se convirtió en un hito a partir del cual se desarrolló el potente programa espacial tripulado que hizo posible la llegada del hombre a la Luna en solo siete años.

Glenn, que se formó como ingeniero, se convirtió pronto en piloto militar y participó en numerosas acciones de guerra antes de ser seleccionado como astronauta cuando ya estaba en la treintena. En parte por la edad, ya que entonces no se conocía la influencia de la estancia en el espacio sobre la salud humana, dos años después de su histórico vuelo dejó las actividades espaciales para pasar al mundo de los negocios primero y al Senado después, donde estuvo 24 años, hasta 1999. Un año antes, se atrevió a volver a volar, esta vez en el transbordador espacial, lo que le convierte en un astronauta muy atípico, sumamente popular a pesar de que solo ha hecho dos vuelos en su vida, y además separados por más de 45 años.

Ahora, el mítico astronauta, considerado prototipo del patriota estadounidense, reconoce que no entiende bien la fascinación que causa su misión, comparada con otras. En su universidad ha recordado que el liderazgo en investigación y educación es lo que permitirá a Estados Unidos mantener una posición competitiva en el mundo. Sobre lo que supone la exploración tripulada del espacio, afirma: “El objetivo del programa espacial no debería ser solo ver cuánto nos podemos alejar de la Tierra, mantener a la gente viva y traerla de vuelta. Debería ser mucho más que eso. Al viajar, en cada paso, deberíamos hacer la máxima investigación en esa área. Eso es un beneficio para las personas en la Tierra, sea investigación médica o de materiales, o todo lo que se puede hacer en ese laboratorio único que es la Estación Espacial.

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