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La sorprendente razón por la que nunca deberías meter tu coche en un túnel de lavado, según un experto en pintura

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El invierno ya está aquí, y es importante quitarse la sal que le echan a las carreteras con nieve antes de que se convierte en polvo. La mejor manera de eliminar la sal (o la suciedad) es un buen lavado, pero que el cielo te asista si te metes en un túnel de lavado. Un experto en pintura explica por qué.

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La idea original para este artículo surgió a raíz de una conversación en Twitter con Sam Smith de la revista Road & Track y un buen amigo además de notorio bromista del que no debes fiarte. Cuando publiqué orgulloso una foto de mi nuevo Lexus pasando por el túnel de lavado, sucedió esto:

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-El primer baño del bebé-

-¡LÁVALO A MANO, INGRATO!-

-NO TIENE CEPILLOS. TODO VA BIEN. Además es solo por la sal y es un coñazo y medio tener que meterme ahí abajo a mano-

-Y un carajo todo va bien. Lo de que sin cepillos no daña la pintura es una mentira perpetuada por Big Flappywheel. No pienso hablarte en una temporada (inspira y se da la vuelta mirando al horizonte). ¡VETE A LAS MANGUERAS DE ALTA PRESIÓN QUE FUNCIONAN CON MONEDAS, INGRATO!

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Aunque Sam resultaba convincente, no llegó a explicarme por qué lo que estaba haciendo era tan grave y me lo tomé como uno de esos miedos basado en viejos prejuicios. El túnel de lavado en el que metí mi querido Lexus era de los que no tienen cepillos, y sus amorosos y suaves rodillos le quitarían la sal al auto antes de que pudiera corroer los bajos. Podía estar tranquilo.

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Error. Estaba en un error del que me sacó Paul Lamberty, responsable de investigación de acabados para la industria automotriz de América del Norte en la compañía Basf. En pocas palabras, Paul es un tipo que lo sabe todo sobre pintura de automóviles y sobre lo que pasa cuando la metes en un túnel de lavado.

“Es como someter tu automóvil a un sistema de chorro de arena”, me explicó por teléfono. El problema no son las mopas o que el túnel de lavado no tenga cepillos o que use esponjas. El problema son los demás automóviles que entran al túnel antes que el tuyo.

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Si el coche que entra inmediatamente antes que el tuyo en el túnel está muy sucio, es probable que deje los rodillos del sistema llenos de barro y arena, y ese barro y arena no son más que diminutos fragmentos de piedra, algunos tan duros y abrasivos como el granito. La porquería tiende a quedarse pegada a los rodillos del túnel de lavado y al cabo de un tiempo cualquier suave esponja termina como papel de lija. “En serio, he visto algunos túneles en los que las esponjas son grises y marrones de la mierda que tienen”, añade Lamberty.

La alta velocidad a la que giran los rodillos y el agua a alta presión frotan vigorosamente toda esa arena, polvo y piedra por todo tu automóvil. Cuando llega el aclarado, aparte de la suciedad se va una pequeña cantidad de pintura. “Me da igual qué tipo de túnel de lavado es. Si tiene un medio sucio, te puede estropear la pintura”, puntualiza este experto.

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El resultado de este trato es algo llamado telaraña de microabrasiones, que básicamente tiene el aspecto que sugiere su nombre. Por supuesto, no tienes que llevar tu auto al desguace por haberlo metido un par de veces en el túnel de lavado. Todos los automóviles salen de fábrica con un acabado transparente que proporciona un cierto nivel de protección. Incluso si la pintura sufre alguna deformación, esta puede desaparecer con solo aplicar un poco de calor. Hasta el del Sol vale. Lo que no es buena idea es que uses el túnel de lavado repetidamente a lo largo de la vida del vehículo.

Las microabrasiones no son algo que notarás al principio. Suelen ser aparentes tras unos 10 años de maltrato.

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No obstante, Lamberty avisa de que no todos los modelos vienen con el mismo grado de protección antirayones. Algunos autos solo disponen de una capa de barniz de grado intermedio. Averiguar qué grado de protección tiene la pintura de nuestro coche es muy difícil. El hecho de que sea un modelo de alta gama no significa que el fabricante haya optado por el barniz protector más caro. Es más, algunos modelos tienen diferentes acabados en función de dónde se ensamblan y pintan. El Ford F-150, por ejemplo, tiene diferentes estándares de barniz protector según salga de la planta de Kansas City o de la de Michigan. Ambos acabados están aprobados por el fabricante, pero no son iguales.

Lamberty termina recomendando que, si lo que quieres es quitarle la sal al coche, lo laves a mano. Primero se aclara suavemente para eliminar la suciedad incrustada y luego se lava con esponja. Este vídeo de media hora explica cómo lo hace un profesional.

Para terminar, le pregunté a Lamberty si él usaba los túneles de lavado:

Tengo 18 automóviles en mi colección personal, desde un modelo de 1922 en adelante. Mi favorito es un BMW M3 de 1999 y te puedo asegurar que jamás ha pisado un túnel de lavado.