Escritor, filósofo, literato, pintor, político y geólogo, el artista Gerardo Murillo fue prácticamente todo un hombre renacentista. Sus campos de estudio y natural erudición lo llevó a posicionarse como uno de los primeros intelectuales que le tocó vivir la problemática época de finales del siglo XIX e inicios del XX en México: el fin del porfiriato, la revolución y el inicio México posrevolucionario.
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Destacado en el campo de la pintura por ser uno de los grandes maestros que terminaría por enseñar y llevar la técnica que, tiempo después, se convertiría en el muralismo, no obstante que nunca se profesó partidario del movimiento. Entre sus alumnos destacaron figuras como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, a quienes alentaba a salir de la norma y a expresar libremente sus inquietudes estéticas.
Nacido el 3 de octubre de 1875, hace 142 años, Gerardo Murillo comenzó su carrera artística desde muy temprana edad bajo la tutela del maestro Felipe Castro. Mostrando proeza en el oficio, recibió una beca por Porfirio Díaz recibió una beca para estudiar pintura en Europa, esto mientras estudiaba en la Escuela de Bellas Artes, en la Ciudad de México.Polémico en temas de política y sociedad, el Dr. Atl fue activo en los años de la revolución, regresando de una indefinida estancia en París para tomar cartas y apoyando al partido constitucionalista de Venustiano Carranza, organizando protestas y sirviendo como allegado y consejero suyo. Uno de los momentos más destacados de su envolvimiento en la revolución fue cuando, por encomienda de Carranza, Murillo habló con Emiliano Zapata, el 28 de julio de 1914, para que éste se uniera a la causa en contra de Victoriano Huerta, quien había consumado el golpe de estado a Madero tan sólo un año antes. Años después, durante la Segunda Guerra Mundial, Dr. Atl cambiaría sus posturas políticas y filosóficas en contra de cualquier tipo de marxismo, comunismo y socialismo, declarándose abiertamente anitsemita y simpatizante de Mussolini y Hitler, colaborando en la revista Timón, dirigida por José Vasconcelos, que después sería cerrada por el gobierno mexicano por sus inclinaciones facistas y nazistas.
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Dr. Atl, 1934: Vista del Popocatéptl.
Dr. Atl, 1943: Paracutín.
Como todo hombre, fue un personaje de varias escalas de grises y negras que siempre tuvo dentro de su concepción filosófico el bien y amor por el pueblo mexicano, responsable en gran medida de la cara cultural e intelectual que forjó a México en los años después de la revolució. Su seudónimo, Dr. Atl, hace referencia al autoproclamado doctor en filosofía y al agua en náhuatl, cambiado por sugerencia del poeta argentino Leopoldo Lugones. Falleció en la Ciudad de México el 15 de agosto de 1964.El día de hoy, Google decidió hacerle un homenaje a su legado artístico poniendo una imagen suya como "doodle del día":
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Nacido el 3 de octubre de 1875, hace 142 años, Gerardo Murillo comenzó su carrera artística desde muy temprana edad bajo la tutela del maestro Felipe Castro. Mostrando proeza en el oficio, recibió una beca por Porfirio Díaz recibió una beca para estudiar pintura en Europa, esto mientras estudiaba en la Escuela de Bellas Artes, en la Ciudad de México.Polémico en temas de política y sociedad, el Dr. Atl fue activo en los años de la revolución, regresando de una indefinida estancia en París para tomar cartas y apoyando al partido constitucionalista de Venustiano Carranza, organizando protestas y sirviendo como allegado y consejero suyo. Uno de los momentos más destacados de su envolvimiento en la revolución fue cuando, por encomienda de Carranza, Murillo habló con Emiliano Zapata, el 28 de julio de 1914, para que éste se uniera a la causa en contra de Victoriano Huerta, quien había consumado el golpe de estado a Madero tan sólo un año antes. Años después, durante la Segunda Guerra Mundial, Dr. Atl cambiaría sus posturas políticas y filosóficas en contra de cualquier tipo de marxismo, comunismo y socialismo, declarándose abiertamente anitsemita y simpatizante de Mussolini y Hitler, colaborando en la revista Timón, dirigida por José Vasconcelos, que después sería cerrada por el gobierno mexicano por sus inclinaciones facistas y nazistas.
