La temporada 2 de 'Stranger Things' son nueve horas de entretenimiento tan eficaz como falto de riesgo

La temporada 2 de 'Stranger Things' son nueve horas de entretenimiento tan eficaz como falto de riesgo

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La temporada 2 de 'Stranger Things' son nueve horas de entretenimiento tan eficaz como falto de riesgo

Regresó 'Stranger Things', el gran fenómeno de Netflix, con nueve episodios y la promesa de un mayor espectáculo, siguiendo la tradición de las secuelas. Hay que compensar la pérdida del factor sorpresa. Todo un evento para los seriéfilos y para los amantes del género fantástico con, además, el espíritu de Halloween en el ambiente.

Es uno de los grandes estrenos del año y quería hacer algo especial así que me he sumado a la moda del maratón, o binge-watching; como sabes, Netflix estrena todos los episodios de una sola vez por lo que, si quieres y puedes, tienes la posibilidad de tragarte toda la temporada entera en un solo día. Es tentador. Es fin de semana. Lo hice. El resultado fueron unas nueve horas de entretenimiento tan eficaz como falto de riesgo.

[Si no has visto la serie no recomiendo seguir leyendo: hay SPOILERS]

Viejos amigos, nuevas amenazas

Damos por hecho que la serie no tendrá la frescura de la primera temporada pero hay formas de mantener el interés y la intriga. Y el arranque de 'Stranger Things 2' es realmente inesperado: lo primero que vemos parece un atraco en una ciudad. Un grupo de enmascarados suben a una furgoneta y huyen de la policía. Se produce una persecución, que aburre en lugar de resultar trepidante debido a una torpe puesta en escena (nada que ver con 'Baby Driver')... hasta que sucede EL GIRO. ¡Hay otra chica como Eleven (Once)!

Los títulos de crédito. El temazo musical de la serie. Hemos vuelto a Hawkins. Hemos vuelto a los 80. Nostalgia en vena. A través de un ágil montaje con la excusa de que los chicos protagonistas han planeado ir al Arcade y dejarse en las recreativas todas las monedas que puedan conseguir, nos ponemos al día y comprobamos que, en cierto modo, todo sigue igual. No hay rastro de Eleven. Will está bien... de momento.

Al final de la primera temporada ya nos dejaron un teaser y ahora comprobamos que Will trajo algo del Mundo del Revés. Ve "cosas" que no debería. Como que hay un monstruo mucho más grande que el Demogorgon acechando al pueblo. También conocemos a nuevos personajes: el misterioso Dr. Owens (Paul Reiser), el buenazo de Bob (Sean Astin) y los hermanastros Billy (Dacre Montgomery) y Max (Sadie Sink), que vienen a perturbar el orden del grupo protagonista.

Sean Astin y Winona Ryder

Y cuando va a terminar el primer episodio llega el regreso más esperado: ¡Eleven! ¡¿Oculta por Jim Hopper?! Es un giro interesante y todas las preguntas serán respondidas. Con diálogos y con flashbacks innecesarios. Aquí está una de las grandes torpezas de los hermanos Duffer, creadores de la serie: parecen tener la necesidad de subrayar la información, de dejarla tan mascada que a veces resulta molesto.

Pueden ser algo inseguros, acerca de su capacidad para transmitir la información, o que son unos desconfiados, en cuanto a la inteligencia y la concentración del espectador. O ambas cosas. Si conviene recordar un detalle que pudo pasar desapercibido es un recurso aceptable volver a un plano o un diálogo pero aquí se hace con escenas que han pasado en el mismo episodio, o en el anterior, como cuando Will cuenta lo que ha visto y lo que ha sentido al ver el monstruo. Es una forma torpe de tratar al espectador.

Y siguen esa norma de que la acción debe mostrarse, no contarse a través de los personajes, pero si has visto 'The Leftovers' sabrás que contar con el talento de los actores y la imaginación del espectador puede ser la más poderosa herramienta para conectar con la narración. Para ponerte en el lugar de los personajes. Y en 'Stranger Things' hay excelentes actores. Lo que no hay son excelentes narradores. El arranque de la temporada es muy prometedor pero no tienen el ingenio para ofrecer soluciones a la altura de las expectativas que crean.

'Stranger Things 2' va de más a menos

Stranger Things 2

Luego está el engaño. La decepción. La promesa de que la segunda temporada iba a presentar a otras personas con habilidades extraordinarias, que Eleven no era única. ¡Los personajes del prólogo no vuelven a aparecer hasta el episodio 7! Y ahí se quedan. Una subtrama de un episodio, y sin resolver. Muy poco para lo que podría haber dado de sí. Pero claro, ya está en marcha la tercera temporada, hay que reservar tramas.

Pero sí, los Duffer amplían un poco el universo de 'Stranger Things'. ¡Qué menos! Se toman esta segunda temporada como una especie de 'Aliens' (referencia obligada además por Paul Reiser) y además de mostrar cómo se crea el Demogorgon, los multiplican, creando una situación tan amenazadora como saturada de conflictos. El gran monstruo (que además es inteligente, espía y prepara trampas), sus "perros" y un exorcismo, todo por resolver en un episodio final.

Es demasiado para que la resolución resulte creíble y emocionante. Porque además todos los personajes tienen otros asuntos personales por resolver. Complican tanto las cosas que cuando se solucionan resulta FÁCIL. Como en la primera temporada, sólo necesitaban a Eleven. ¿Un ser maligno ha poseído a Will? Dice que prefiere el frío: ¡ponlo junto a un par de estufas y enciende la chimenea! Resuelto. ¿Qué más? Oh, sí, las parejas. Todas las parejas que estaban desordenadas se colocan como deben estar. Pobre Steve.

The Duffer Brothers

No hacían falta tantos monstruos. Nos gustan estos personajes, nos preocupan, y los conflictos que surgen naturalmente de su desarrollo ya complica bastante las cosas como para sacar un ejército de perros diabólicos y apetito insaciable. Y desde luego es más interesante profundizar en el pasado o las debilidades de los protagonistas que ponerles a matar bichos. Por suerte, los Duffer arreglan el desaguisado del climax con un precioso epílogo, el baile de graduación.

Y un buen final te deja un buen sabor de boca. También te obliga a poner las cosas en perspectiva. He visto los nueve episodios seguidos y podría ver otros nueve. Los guiones podrían ser mejores, falta riesgo (¡sólo matan a uno de los personajes nuevos!), los directores tiran de rutinas y tópicos... pero la serie ofrece suficientes razones para enganchar y divertir. El reparto, la música, las referencias cinéfilas, los elementos fantásticos y de terror. Te lo pasas bien. Y claro, ya estoy esperando la tercera temporada.

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