LA RUTA DE LA VUELTA

Un ciego de la ONCE descubrió el Angliru

En 1993 se corrió la voz entre los cicloturistas asturianos de una subida terrible, en la ruta que los montañeros tomaban hacia el Gamonal... el Angliru.

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Un ciego de la ONCE descubrió el Angliru

En 1993 se corrió la voz entre los cicloturistas asturianos de una subida terrible, en la ruta que los montañeros tomaban hacia el Gamonal. Tres años después, Ciclismo a fondo publicó un reportaje: ‘Atrévete con el puerto más duro de España’. Aquella revista llegó a manos de un aficionado al ciclismo, asturiano de Sama: Miguel Prieto Randino, oficialmente ciego, con menos de un 10% de visión, en aquellas fechas director nacional de informática de la ONCE.

Prieto subió a conocerlo en julio de 1996, para desesperación de su mujer, Marta, que hizo de chófer en un día de frío. Luego repitió la visita. Siempre con un altímetro digital al cuello, cuyos datos consulta con la lupa que le permite leer y ver la televisión. El 27 de septiembre de 1997, Prieto envió una carta a Unipublic, que Alberto Gadea, entonces director técnico, mostró al patrón, Enrique Franco.

Un año después, en las últimas jornadas de la Vuelta de 1998, Franco reveló en la SER que habían descubierto “el Mortirolo español”. Chava Jiménez sobresalía aquel año. Y fue él quien revisó el puerto para AS tras correr en el Naranco. Aquello resultó decisivo para estrenarlo en 1999 con su nombre oficial: Angliru. Ganó el Chava.

Prieto dijo en La Nueva España: “Como ya no tenemos ni siderurgia ni minería, hay que hacer patria vendiendo el Paraíso”. Otros lo llaman Infierno.