Stranger Things 2: los niños y los años 80 regresan el 27 de octubre

Benzo
Netflix produce o participa en una cantidad indecente de series y en ocasiones uno se llega a preguntar si realmente la propia compañía sabe en cuántas producciones está metida. Evidentemente lo sabe, es su negocio y parece que le va bien, pero si en verano de 2016 al jefe de contenidos Ted Sarandos le piden que diga sin mirar el tráfico de los servidores cuál ha sido la serie que ha revolucionado la escena seguramente no atine.

Lo cierto es que antes del 15 de julio de 2016 ninguno de nosotros hubiera respondido correctamente a la pregunta. Nadie la esperaba, no había generado expectativa, ni vino acompañada de una gran campaña de marketing. Ni siquiera la presencia de una actriz como Winona Ryder, que empezó a levantar cabeza en 2015 con su papel en la miniserie Show Me a Hero, fue suficiente para que el público pusiera sus ojos en ella. Además, sus creadores, Matt y Ross Duffer, solo tenían en el currículum haber sido guionistas de Wayward Pines y su ópera prima Hidden.

Pero pasado del 15 de julio de 2016 la respuesta que daría Sarandos y cualquier persona en la Tierra sería la misma: Stranger Things. Un año después ya no es una serie de verano, es una de las mayores apuestas de Netflix y su segunda temporada se estrenará al completo el viernes 27 de octubre.

Imagen Las búsquedas del término Stranger Things en Google se dispararon una vez estrenada la serie.

Stranger Things: Los años 80 molaron cantidubi

Actualmente compañías como HBO, Netflix o Amazon están invirtiendo una onerosa cantidad de dinero en series y películas. En el caso de las películas nada sorprende, pues Hollywood lleva años haciéndolo. También había casos en la escena seriéfila, pero hasta no hace mucho se podían contar con los dedos de las manos y eran percibidos como productos que ponían en riesgo a la propia cadena. HBO lo pasó muy mal con Roma y Disney (propietaria de ABC) despidió a Lloyd Braun cuando este dio luz verde al piloto de Lost (que costó 14 millones de dólares).

Cierto es que Roma permitió a HBO madurar, un proceso que le habilitó más adelante para gestionar mejor una serie como Juego de Tronos, o que Lost terminó siendo un éxito descomunal en un mundo que no estaba tan conectado con el actual. A la postre Braun fue un directivo que revolucionó la programación de ABC, ya que antes de ser despedido había apostado por Mujeres Desesperadas, Boston Legal o Anatomía de Grey. Pero no hacen falta decenas de millones de dólares ni una gran campaña de marketing para tener un éxito masivo.

Es difícil saber cuánto costó cada capítulo de la primera temporada de Stranger Things, pero sí podemos afirmar que la producción sufrió restricciones presupuestarias y que estas fueron un buen aliado para la serie. Lynda Reiss, property master, es decir la responsable de comprar, crear y colocar correctamente todo el atrezo, solo pudo gastar unos 220.000 dólares para hacer magia y transportar a los espectadores hasta 1983, año en el que se ambienta Stranger Things.

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Gran parte del éxito de Stranger Things es ese viaje a 1983, la década de los 80 en la que muchos nacieron y otros tantos, pequeños y grandes, protagonizaron. Todos ellos han apreciado en la serie algo que tenían, vieron o utilizaron. Una época en la que el walkie-talkie era tecnología punta, los teléfonos usaban un dial giratorio y solo servían para llamar, los relojes tenían calculadora con panel físico y existían radiocasetes lo suficientemente grandes como para incluir un asa que permitía su transporte de forma cómoda.

Hablamos de una época anterior a la existencia de Internet (para el gran público) y a la invención del teléfono móvil. Hoy, solo tres décadas después, todo esto ha cambiado. Quizás sentimos nostalgia porque como sociedad hemos crecido demasiado rápido y nos gusta volver a un tiempo en el que todo parecía más sencillo, donde las cosas pasaban más despacio. El ejemplo no solo lo encontramos en Stranger Things. En nuestro mundo más cercano, el de los videojuegos, hemos visto a Nintendo reventar el mercado con la réplica de NES, algunos títulos con aspecto gráfico de los años 80 consiguen vender millones de unidades e incluso los juegos de cartas (aunque digitales) mueven un gran número de jugadores.

Stranger Things también rinde tributo de diferentes formas a un considerable número de reconocidas películas estrenadas en los 80. La lista es larga pero podemos destacar a Los Goonies, The Evil Dead, E.T. El Extraterrestre, Star Wars: Episodio V - El Imperio Contraataca, Viaje alucinante al fondo de la mente (Altered States), Poltergeist, Aliens o varias obras firmadas por John Carpenter. Pero producir una serie en 2016 también permite evocar referencias a cintas más recientes como Minority Report (la escena de Once en la piscina como si fuera un precog).

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La música ha tenido su propio papel en la serie. Además de usar éxitos de los 80 como Should I Stay or Should I Go de The Clash o temas de Jefferson Airplane, ha encontrado en los sintetizadores de Kyle Dixon y Michael Stein inspirados por Giorgio Moroder (ganador de tres Oscar como compositor) a uno de sus grandes aliados. Estos dos miembros del grupo Survive son los autores del tema de apertura de la serie, una secuencia que ya encontramos en el museo de cabeceras célebres. Videojuegos como Silent Hill, The Last of Us y Dark Souls también han influido en la obra de los hermanos Duffer.

La elección de los actores adultos tampoco parece casual. El Dr. Martin Brenner es Matthew Modine, el soldado Bufón en La Chaqueta Metálica, una de las películas más conocidas de los 80. Joyce Byers es interpretada por Winona Ryder, actriz que empezó su carrera profesional a mediados de la década con trabajos como Beetlejuice bajo la dirección de Tim Burton.

“Los niños de Stranger Things”, como se conoce al quinteto protagonista, son uno de los pilares sin el cual no se puede entender el éxito de la serie. Más allá de su excelente interpretación representan una generación, especialmente la americana, aquella que nos vendieron en multitud de películas y que en mayor o menor medida muchos vivimos. Quizás no a mitad de los 80, pero sí a inicios de los 90. Forman parte de la última generación que salía en manada con bicis por las calles, coleccionaba películas VHS y la comunicación a distancia con los padres aún era a gritos.

La composición del grupo de niños no es fortuita, todos juegan a Dungeons & Dragons, van en bici, son aventureros, muy amigos, su imaginación es inagotable y cada uno cuenta como mínimo con una característica que le define. Mike (Finn Wolfhard) es el líder inteligente y comprometido; Lucas (Caleb McLaughlin) el chico negro que recela de Once y desafía a Mike; Dustin (Gaten Matarazzo) es un bonachón con sigmatismo siempre dispuesto a mantener al grupo unido; y Once (Millie Bobby Brown) es la niña con habilidades telequineticas (inspiradas en el Proyecto MK Ultra), un elemento extraño para un grupo de niños y la responsable de darle misterio y más oscuridad a la serie.

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El trato que la serie da al grupo de niños es otra de las claves de Stranger Things. Cuando uno es pequeño quiere ser grande y el primer paso para conseguirlo es que lo traten como tal. La serie hace justamente eso, eliminando en todo momento cualquier posibilidad de que el espectador perciba que está ante una obra para niños, lo cual consigue con el plus de ofrecer una serie que puede ver prácticamente cualquier persona independientemente de su edad. Los que nacieron a finales de los 70 o durante los 80 reviven su infancia, los más mayores recuerdan cómo se vivía entonces, mientras que los millennials de los 90 o la generación z la ven con curiosidad (pre)histórica.

En el fondo Stranger Things es una serie “correcta”, pero Matt y Ross Duffer han sabido captar tan bien toda la esencia de los años 80 que varias generaciones se han sentido atrapadas por ella. Su camino hasta el éxito no ha sido sencillo. Los hermanos Duffer han reconocido que Stranger Things fue rechazada hasta en 15 ocasiones en medio de sugerencias de hacer una serie para niños o centrarse en el sheriff Jim Hopper. Finalmente fue Netflix quien entendió su visión y se llevó el premio gordo.

Stranger Things: Un resumen para estar al loro
Spoilers sobre la primera temporada a partir de aquí.

La primera temporada de Stranger Things se centró en la búsqueda de Will Byers, que de vuelta a casa después de una partida a Dungeons & Dragons con los amigos es asaltado por una extraña criatura que se ha escapado del Mundo del Revés. Este universo paralelo a la realidad ha sido abierto por el Laboratorio Nacional de Hawkins, un complejo gubernamental dirigido por el Dr. Martin Brenner y en el que se llevan a cabo en secreto experimentos siniestros propios de la Segunda Guerra Mundial.

Los amigos de Will, Mike, Dustin y Lucas, emprenden su búsqueda mientras que su madre, Joyce Byers, parece enloquecer queriendo contactar con su hijo por teléfono y mediante luces de Navidad, a la vez que aparecen monstruos en las paredes de su casa. Al mismo tiempo el sheriff Jim Hopper se encuentra con Once, una niña con poderes telequinéticos que ha escapado del laboratorio y es perseguida por agentes del gobierno. De forma paralela se monta un triángulo amoroso entre Nancy Wheeler, la hermana mayor de Mike, Jonathan Byers, el hermano mayor de Will, y Steve Harrington, el guaperas del instituto y actual pareja de Nancy.

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En medio de la trama el Mundo del Revés engulle de forma truculenta a Barbara Holland, la amiga sabelotodo de Nancy que por algún extraño motivo ha conseguido conquistar a parte de la audiencia de Stranger Things. La muerte de Barbara sirve para unir a Jonathan Buyers, Steve Harrington y Nancy Wheeler, que viven un final de serie al puro estilo cine slasher (algo muy ochentero) cuando son asaltados por el Demogorgon en la casa de los Buyers y se defienden de él con palos y trampas para osos. Al final, los tres terminan separados después de descubrir que su amiga ha sufrido una muerte horrible.

La búsqueda de Will por parte de Jim Hopper se transforma en una historia personal que conocemos gracias a los flashbacks en los que aparece su hija, presumiblemente muerta a causa de un cáncer. También sirve para que Jim Hopper y Joyce Byers, antiguos compañeros de instituto, se acerquen.

Finalmente, con la ayuda de Mike, Dustin y Lucas, Once libera gran parte de su poder para atraer al Demogorgon y desintegrarlo. Después de este esfuerzo Once desaparece sin dejar rastro (aunque Hopper le deja Eggos en la caja del bosque) y Will es encontrado vivo. El niño regresa a casa y se recupera, pero vomita una babosa del Mundo del Revés. Este es el punto de partida para los nuevos capítulos de Stranger Things.

Stranger Things 2: Vuelve toda la basca

La segunda temporada de Stranger Things será una secuela más grande, más oscura, más compleja y más orientada al terror, durante la cual se responderán preguntas pero también se introducirán nuevas incógnitas. La trama presentará varias historias separadas que se irán entrelazando para finalmente conducir hasta el “shadow monster” (así lo llama Will Byers), un gigantesco monstruo en forma de araña que lo conectará todo. Como no podía ser de otra forma se mantendrá la inmersión en los años 80 (ahora estaremos en 1984) y las referencias a Steven Spielberg, John Carpenter o Stephen King.

Los hermanos Duffer han sido bastante rácanos a la hora de liberar información sobre los nuevos capítulos, pero esta vez Netflix sí ha promocionado la serie y el material publicado nos ha proporcionado un número de pistas considerable. Para empezar, podemos confirmar por boca de la propia Millie Bobby Brown que Once ha conseguido regresar, rompiendo con sus poderes la viscosa barrera que separa ambos mundos. Se desconoce cómo, pero Once termina en casa de Terry Ives, su madre biológica.


Si en la primera temporada Will Buyers era el protagonista ausente, en la segunda pasa a ser un personaje activo más. Él, que abrió el portal entre el Mundo del Revés y Hawkins, será el primero que note la presencia del nuevo monstruo durante la noche de Halloween. Parece que esta experiencia le costará horas de médicos y hospitales, pero como mínimo ahora Joyce Byers y el resto de adultos saben que la amenaza que atormenta a Will no es una pesadilla, está ocurriendo de verdad.

Will será uno de los personajes clave para vencer al monstruo, pero no podrá hacerlo solo, necesitará tanto a Once como a sus amigos Mike, Dustin y Lucas. La pandilla tendrá a un nuevo miembro llamado Max (Sadie Sink), una niña pelirroja con un pasado complicado que se ha mudado a Hawkins junto a su hermanastro Billy (Dacre Montgomery), con el que tiene una difícil relación, y su padre Neil Mayfield (Will Chase). Billy es nuevo alumno del instituto de Hawkins y se presenta como un chico de naturaleza violenta que se meterá en el triángulo amoroso que forman Steve, Jonathan y Nancy. Tanto Max como Billy serán personajes principales en la segunda temporada de Stranger Things.

Otra importante incorporación es la del Dr. Owens (Paul Reiser), un miembro de alto rango dentro del Departamento de Energía y responsable de contener los extraños sucesos que han tenido lugar en el laboratorio de Hawkins, instalación en la que se encuentran las respuestas sobre la existencia del Mundo del Revés. La elección de Paul Reiser para dar vida al Dr. Owens no es casual. Reiser apareció en Aliens 2: El Regreso (1986) interpretando al villano Carter J. Burke, representante del conglomerado Weyland-Yutani que es enviado a investigar el planeta Acheron (LV-426).

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Quien también se suma al reparto (y tampoco por casualidad) es Sean Astin, Mikey en Los Goonies (1985) o más recientemente Sam en la trilogía de El Señor de los Anillos. Astin asumirá el papel de Bob Newby, antiguo compañero de instituto de Joyce Byers y su actual pareja sentimental para desgracia del sheriff Hooper. Por último tenemos la incorporación de Linnea Berthelsen para interpretar a Roman, una mujer que a pesar de no vivir en Hawkins está misteriosamente conectada con los eventos sobrenaturales ocurridos en el laboratorio de la localidad.

La segunda temporada de Stranger Things promete explicar una historia más amplia que la primera con un mayor número de personajes implicados, algo que podría desmerecer su desarrollo al perder esa intimidad que encontramos en los primeros capítulos. El éxito de la primera temporada y el hecho de que Netflix haya invertido varios millones de dólares pueden ser un hándicap. El entusiasmo por parte de los seriéfilos es muy alto y un mayor presupuesto puede haber eliminado el ingenio y la creatividad que caracterizaron la primera tanda de episodios, donde por ejemplo no se usó croma para crear el Mundo del Revés.

Una vez Netflix libere la segunda temporada de Stranger Things el viernes 27 de octubre volveremos a los 80, viviremos ahí durante 9 horas, recordaremos que fuimos niños, adolescentes o jóvenes en esa época y estaremos un poco más cerca de la próxima tanda de episodios. Los hermanos Duffer tienen en mente el final de la serie y su única duda es cuánto tiempo tardaremos en llegar hasta allí. De momento Netflix asegura que como mínimo tendremos dos temporadas más de Stranger Things. Y hasta aquí puedo leer, me las piro vampiro.

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Sobre el autor » Benzo

Empecé con una NES a finales de los 80 y todos los 90 los pasé junto a SNES, N64 y una PlayStation prestada. El nuevo siglo me trajo una PS2 y más adelante una Xbox. Jugador de PC desde hace años, seguidor de Blizzard, lector y seriéfilo.

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