Tenía el Betis una buena ocasión de pescar en un Camp Nou revuelto y vuelve a gozar el equipo verdiblanco de una gran posibilidad en El Madrigal, remozado para este inicio de Liga pero con un equipo y un afición de capa caída por culpa de los malos resultados, la dudosa imagen y la plaga de lesiones que lo han diezmado aunque hoy Escribá recupere a varios futbolistas. El entrenador valenciano anda en la cuerda floja y eso afecta: lo sabe seguro Setién, y más allá de intentar consolidar su apuesta por el toque, seguramente el entrenador valenciano intente jugar con los nervios que ahí y los que puede provocar en una grada que desconfía de su equipo y no se enganchará a poco que el Betis sepa enfriar el partido.

Cuidado con Carlos Bacca, goleador de infausto recuerdo para el beticismo desde aquella noche de derbi europeo en la que con su 0-2 (entre la calidad, la velocidad y cierta pillería, tras empujoncito a Jordi Figueras) provocó la prórroga y luego unos penaltis con Nono como protagonista que quedarán para la historia de los dos clubes sevillanos. Controlar al colombiano y al potente Bakambú será una nueva prueba de fuego para una defensa que titubeó contra Messi pero que, con algún altibajo, supo controlar las embestidas del Celta, sobre todo en la segunda mitad. Feddal y Mandi torean esta noche dos Miuras.