Chris Froome se encuentra a una jornada de poder entrar en La Castellana con el maillot rojo, y certificar su histórico doblete Tour-Vuelta. Pero el británico, que desde 2011 lleva luchando por una ronda española que se le resiste, sabe que la jornada de hoy tiene todos los elementos para interponerse en su logro. En una jornada donde el mal tiempo y la lluvia prevista pueden ser protagonistas, los tres puertos (dos de primera como Cobertoria y Cordal con sus peligrosos descensos) y el Angliru son terreno suficiente como para perder la carrera.

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“Recuerdo un puerto brutal, con rampas por encima del 20% donde el agua hará que no se pueda subir de pie”, comenta el líder de su experiencia en 2011. Un Froome que para colmo tendrá como rivales a dos de los corredores más batalladores del pelotón. Vincenzo Nibali, su gran amenaza a 1:37 que ya le sacó tiempo en otros rampones como los de los Machucos, y Alberto Contador, con el podio (tiene a 1:17 a Kelderman, tercero, y a 1:05 a Zakarin, cuarto) y la victoria en mente que se empeñará en reventar la carrera. “Va a ser una locura”, avisa el madrileño ante su último gran puerto y su último duelo con el británico, que no le quitará ojo de encima: “Si algo sé es que Alberto no llegará a la cima con remordimientos de haberse guardado algo, lo va a dar todo”.