viernes, 13 de diciembre de 2013

El Hombre de Blanco

Hoy maese -C de Hack & Slash ha publicado una entrada corta pero genial sobre el top 10 de nombres de Dungeon Master.

Contras: screen monkey está muy abajo para mi gusto.
Pros: el número uno: agonarca.

Suena genial, sí. De hecho no es una palabra inventada, sino que realmente significaba 'árbitro' en griego clásico, tanto en el sentido deportivo como en el legal. La palabra agōn no tiene desperdicio, rolerísticamente, por sus muchas acepciones: «reunión, asamblea; certamen, lucha [especialmente de los grandes juegos como los Olympiakoì agónes]; lugar de certamen, palestra, arena; contienda, disputa, pleito; peligro, crisis». ¿Me equivoco o el director es el que se encarga de la mayoría de estas cosas?

Pero no vengo a hablar de lo que hace un director o de lo florido de las lenguas muertas, sino de que esta entrada (vale, sí, sobre todo el punto 9) me ha hecho reflexionar sobre que director a lo mejor es un término demasiado flojo para describir al agonarca de Sukero City, de modo que voy a probar a llamarlo el Hombre de Blanco.

No es necesario que el Hombre de Blanco vaya vestido de blanco, pero ayuda.

Tampoco hace falta que sea Grant Morrison.
El Hombre de Blanco existe al mismo tiempo en nuestro mundo, donde dirige interviene la partida, y en los desquiciados años 2030 paralelos donde se ambienta Sukero City. Todo el mundo que haya vivido siquiera un poco en la ciudad sabe de su presencia, no es raro verlo por el rabillo del ojo sonriendo o haciéndote el corte de mangas cuando te ocurre algo especialmente bueno o especialmente malo. Entonces sabes que el Hombre de Blanco ha tenido algo que ver, pues sus poderes le permiten intervenir directamente en el mundo. Nadie sabe cómo controla sus destinos ni con qué propósito, pero está claro que puede y que le divierte. Porque le divierte, ¿no?

Se sabe muy poco aparte de eso se sabe del Hombre de Blanco. Hay quien dice que es un poderoso hechicero o un ser de otra dimensión o un dios o Dios o un proyecto secreto del gobierno o la manifestación corpórea de la locura de la ciudad Azul o un alienígena. Hay quienes quieren destuirlo, quienes lo adoran y quienes quieren obtener algo de él. Ninguno tiene demasiado éxito, pues es sabido que solo en raras ocasiones puede entrarse en contacto directo con él. Hay quien dice que esto se debe a que solo es un holograma que proyecta desde su mansión en la luna o un reflejo producido por una intersección de realidades o un efecto óptico debido al aire enrarecido por la ciudad y aumentado por el sentimiento de paranoia colectiva. Hay quien dice que sí ha podido hablar con él, pero siempre de forma indirecta y velada, de forma que no pueden aportar pruebas.

Sea como sea, si el Hombre de Blanco te dedica una sonrisa o un dedo, devuélveselo.

(Fuente)
Gracias por leerme. Valmar Cerenor!

1 comentario:

Una limosna para la cruzada:

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