La ambulancia sexual de Copenhage ya está a pleno rendimiento

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La ambulancia sexual de Copenhage ya está a pleno rendimiento

La sexolancia se creó para facilitarles el trabajo a las trabajadoras sexuales de la ciudad, aunque hasta hace muy poco nadie la utilizaba.

Varios meses después de su inauguración, la Sexolancia una ambulancia adaptada para facilitar a las trabajadoras del sexo del distrito de Vestebro, en Copenhague, un lugar cómodo y seguro en el que desempeñar su trabajo no parecía tener mucho éxito en su propósito de atraer a prostitutas o a sus clientes. Sin embargo, parece que las cosas están cambiando gracias a tres sencillas adiciones al vehículo: un espejo, un radiador y un cojín sobre el que poder arrodillarse.

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Ideada por Michael Lodberg Olsen en noviembre de 2016, la Sexolancia surge para mitigar la violencia y la explotación a las que con demasiada frecuencia se ven sometidas las trabajadoras del sexo en las calles de la ciudad. Un informe realizado por el Centro Nacional de Estudios Sociales de Dinamarca reveló que el 41 por ciento de las prostitutas danesas que trabajan en las calles han sido víctimas de agresiones por parte de los clientes, cifra que contrasta con el 3 por ciento en el caso de las que ejercen la profesión en recintos cerrados.

Michael Lodberg Olsen

Pese a la buena acogida que tuvo la iniciativa de Lodberg Olsen, hasta febrero de este año solo una persona había utilizado el vehículo para ofrecer sus servicios. Varias prostitutas aseguraban que la Sexolancia no era tan cómoda ni segura como sus creadores pretendían. Basándose en estas opiniones, Olsen y su equipo decidieron incorporar una serie de modificaciones al vehículo. "Cuanto más se amolde a sus necesidades, más la percibirán como un espacio propio", señala Olsen.

Después de los cambios, la Sexolancia se ha hecho mucho más popular, y ya son cerca de 55 las mujeres que la han utilizado en los últimos meses. Antes de poner en marcha el proyecto, Olsen y su equipo consultaron con la Organización de Trabajadoras del Sexo de Dinamarca, formado por mujeres que ejercen o han ejercido la prostitución. Susanne Møller, portavoz del grupo y trabajadora sexual, explica que una vez que las mujeres empezaron a usar la ambulancia, también se involucraron en la introducción de posibles mejoras. Sus opiniones fueron mucho más útiles que las de cualquier otra persona.

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"Nos comentaron que se hacían daño al arrodillarse en el suelo para practicar sexo oral, por lo que les hacía falta un cojín", añade Olsen. Lo siguiente fue colocar un espejo junto a la cama, un detalle esencial que permite a las prostitutas controlar que los clientes no se quiten el condón. Un estudio llevado a cabo en abril por el Columbia Journal of Gender and Law reveló un aumento de casos de hombres que se quitaban el preservativo durante el sexo sin el consentimiento o el conocimiento de su pareja sexual. Además, un estudio europeo reciente señalaba que esta práctica era aun más frecuente en hombres que practicaban sexo con prostitutas de la calle.

Aunque Møller que ofrece sus servicios en una habitación no ha probado la ambulancia, considera que, además del elemento práctico, es importante mejorar su aspecto.

"Para las trabajadoras sexuales de la calle es esencial disponer de en un entorno de trabajo cómodo", me explica. "La ambulancia representa la seguridad, pero darle un aspecto agradable es una muestra de respeto hacia nuestro trabajo. No se trata solo de hacer que entre el cliente, si no de ofrecer un espacio mínimamente acogedor".

En el interior de la sexolancia se han puesto algunos estampados de leopardo para darle algo de vidilla

Al principio, las trabajadoras sexuales se quejaban de que la Sexolancia era demasiado aséptica. Para remediarlo, el equipo de Olsen forró una de las paredes con papel con estampado de leopardo e instaló un calefactor para las noches más frías. Las prostitutas también comentaron que era difícil saber cuándo estaba libre la ambulancia, así que se añadió una sirena roja que parpadea cuando el vehículo está ocupado.

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"Antes de tener la luz, los clientes tenían que llamar a la puerta para saber si había alguien", explica Olsen. "Tenía que ser todo mucho más fluido".

Møller afirma que estos cambios no solo hacen de la Sexolancia un sitio más cómodo, sino que también la convierten en un entorno de trabajo más seguro. "Es importante que sientan que ese es su espacio y que son ellas las que invitan a los clientes y las que ponen las reglas", señala. Ninguna de las prostitutas con las que hablé y que habían usado la Sexolancia quiso contarme su experiencia, pero los estudios coinciden con Møller en que el aspecto del control es esencial para evitar que se produzcan abusos. Un estudio publicado por la Biblioteca Estadounidense de Medicina reveló que era menos probable que las trabajadoras sexuales que tenían más control sobre su entorno de trabajo sufrieran agresiones sexuales.

"El quid de la cuestión está en que los clientes se sientan como invitados. De esa forma se reduce el riesgo de violencia", añade Olsen.

Pese a que la consulta a las propias trabajadoras sexuales ha sido un gran acierto, todavía queda mucho por hacer. Olsen explica que las mujeres han pedido que la ambulancia se quede en un punto fijo de Vesterbro, lo que permitiría a Olsen y su equipo ofrecer a las chicas recursos médicos, además de un espacio de trabajo seguro.

Møller está de acuerdo: "En general, las trabajadoras sexuales no necesitan ayuda para obtener servicios de salud, pero su situación es distinta a las de las mujeres que trabajan en la calle", afirma. "La mayoría de ellas no son ciudadanas danesas, por lo que encuentran más trabas para acceder a los servicios sanitarios". Esto, a su vez, supone un aumento del riesgo de que las trabajadoras sexuales contraigan ITS.

Astrid Graugaard Jepsen trabaja como voluntaria para el proyecto de la Sexolancia y cree que la iniciativa sirve también para poner el foco sobre el debate en torno al trabajo sexual: "Nos centramos en ofrecerles herramientas lógicas y sensatas que no esperarían recibir de instituciones ajenas a su colectivo. Con este proyecto estamos abordando aspectos que no suelen tratarse en el debate ético sobre el trabajo sexual en Dinamarca", añade. "Sea cual sea ese debate, la realidad es que esa actividad existe, por lo que debemos esforzarnos porque sea segura. Es así de simple".