- Por Emma Paoli
- Dra. en Ciencias de la Educación
En artículos anteriores hemos observado que la Universidad trabaja en su esencia o visión hacia el emprendedurismo, transfiriendo conocimientos técnicos, capacitando a los recursos humanos en función a la necesidad del mundo laboral y a la generación de nuevos empleos; la Universidad se vuelve núcleo de ideas y en ella se gestan emprendedores, dando lugar a una serie de transformaciones que permean en la comunidad.
Es en la Universidad donde se generan los nuevos conocimientos y las innovaciones, es la institución universitaria el motor que conduce a la evolución continua, la que produce la mencionada Sociedad del Conocimiento.
Sobre el conocimiento, recordemos las palabras de Tylak, quien menciona que "el conocimiento es un concepto amplio, cuyo enlace y fronteras son difíciles de definir" y Sther dice que "el conocimiento es la capacidad de actuar". Según David y Foray, "el conocimiento dota a sus poseedores de la capacidad de acción manual e intelectual" y según Fritz Machlup, "el conocimiento es cualquier actividad humana eficazmente diseñada para crear alterar o confirmar en la mente humana una percepción significativa, comprensible o consciente". Asimismo, Dosi establece que el conocimiento incluye categorías cognoscitivas, códigos de interpretación de la información, habilidades tácitas y soluciones de problemas. En cambio, para Foray y Lundvall "el ser humano posee cuatro tipos de conocimientos: 1) el saber qué, 2) el saber por qué, 3) el saber cómo y 4) el saber quién". De acuerdo con Polayni, es necesario comprender y distinguir entre el conocimiento tácito y el conocimiento explícito; y estos, según Seuker y Faulkner, no son opuestos sino más bien complementarios. Todas estas definiciones se concluyen en el enunciado de Saviotitt, quien establece que a través del conocimiento es posible la innovación.
Tal como lo indican Coombs y otros, "las economías que tradicionalmente se habían concentrado en los bienes de capital y del trabajo homogéneo como importantes factores de la producción, ahora se esfuerzan por participar en la generación, distribución y uso del conocimiento".
Todos estos enfoques coincidentes expresan que la economía de hoy y la producción, la tecnología, la competitividad, el desarrollo, el trabajo, el empleo, la educación, la investigación, el intercambio y todo tipo de entrenamiento en el ámbito social y cultural dependen del factor "conocimiento". Esto nos lleva a reflexionar que todas estas acciones citadas sufren y sufrirán transformaciones ajustando su velocidad a lo que el Siglo XXI exige.
Es necesario instalar este tipo de debates en nuestras Universidades, en las agendas políticas del Gobierno y en los gremios industriales, empresariales y docentes, a fin de procurar una reforma de pensamientos para así tomar conciencia del valor del conocimiento que transforma la acción en realidades positivas y de desarrollo.