El asesinato de Robert F. Kennedy
Robert Kennedy, senador de Estados Unidos y hermano del también asesinado presidente JFK, murió el 6 de junio de 1968, casi 26 horas después de haber recibido tres disparos de bala.
Cuatro horas después de las votaciones en California, Kennedy proclamaba su victoria en las primarias demócratas y se dirigió a sus seguidores en el Salón de los Embajadores del Hotel Ambassador, en Los Ángeles.
Kennedy finalizó su discurso y comenzaron a despejar el camino para que pudiera ir hasta la cocina, pero Robby quedó atrapado por la multitud y bajaron por un pasadizo por el que pasaron junto a la máquina de hielo, donde le esperaba el antisionista palestino de veinticuatro años de edad llamado Sirhan Sirhan –quien hasta hoy en día permanece encarcelado por el crimen cometido– que comenzó a disparar un arma –posteriormente se identificaría como un revólver calibre 22 Iver-Johnson Cadet.
Tres disparos alcanzaron su objetivo: matar a Robert Kennedy, quien fue trasladado a un hospital donde consiguieron reanimarlo y mantenerlo con vida sólo un día más.
Luego de la autopsia efectuada el 6 de junio, el cuerpo de Kennedy fue trasladado a la ciudad de Nueva York, donde fue expuesto en la catedral de San Patricio hasta el día 8 de junio en que se le rindió una misa fúnebre.
Luego del funeral, su cuerpo fue trasladado en tren a Washington D.C. y a lo largo del camino miles de dolientes le rendían respeto en andenes y estaciones. Fue enterrado cerca de la tumba de su hermano John, en el Cementerio Nacional de Arlington, en lo que ha sido el único entierro nocturno en la Historia.
Otras cinco personas resultaron heridas: William Weisel de ABC News, Paul Schrade del sindicato United Auto Workers, la activista del Partido Demócrata Elizabeth Evans, Ira Goldstein de Continental News Service y el voluntario de la campaña Irwin Stroll.
A consecuencia del asesinato del candidato demócrata Robert Kennedy, el Congreso modificó el cometido del Servicio Secreto, incluyendo la protección de los candidatos presidenciales. Los restantes candidatos en pugna recibieron inmediata protección amparado en una orden ejecutiva de Lyndon Johnson.