Leyes vs realidades

Hugo Balderrama F.El fallecido Bruno Leoni; es el autor de un brillante libro titulado “La libertad y la ley” (1961). A pesar de tener medio siglo de antigüedad, sigue siendo lectura indispensable para entender la doctrina liberal clásica del derecho, que por naturaleza es diametralmente opuesta al Kelsenismo (aunque esta última sea la más estudiada en las facultades de derecho).Leoni fue un brillante politólogo y jurista, pero sobre todo un realista filosófico, que entendía muy bien la diferencia entre justicia y ley (que lastimosamente no siempre son lo mismo). Siguiendo la línea argumental de Leoni (y salvando las enormes diferencias), podemos distinguir que existen leyes buenas y leyes malas. Las primeras, se ajustan al orden natural existente, por ejemplo: Los códigos penales prohíben robar, porque la propiedad, es un derecho natural y esencial para el desarrollo humano. La propiedad es algo inherente a nuestra realidad, por eso es necesaria una ley que garantice el respeto a la misma. Desde la vereda opuesta, el Kelsenismo propone que: las leyes pueden ser cualquier cosa que una mayoría decrete (sin importar que sea irreal, injusto o ilógico). Lastimosamente, aplicar ese criterio es irse de frente contra la realidad. En Bolivia, tenemos una infinidad de leyes injustas, malas e irreales, que su aplicación solo trae desbarajustes sociales. Como ejemplos tenemos: Impuestos abusivos y confiscatorios, que por sus características convierten al ciudadano en un siervo del Estado. La banca tiene el privilegio de operar al borde de la quiebra. Y El Estado tiene el permiso de endeudarse hasta el infinito. Con ese elevado costo legal, es lógico que: la gente salga a las calles a buscar una forma de ganarse la vida al margen de la legalidad. ¿Se entendió?: la informalidad es una causa de las leyes malas. Pero la locura no termina en el orden político; ahora su ataque es contra la familia, el matrimonio y el sentido común. Las leyes de género, son el arsenal legal del marxismo cultural. Su objetivo no declarado es: destruir los pilares de la civilización occidental, e incrementar el poder del Estado hasta otorgarle poderes divinos. Ejemplo: La ley cambio de sexo. Aunque me traten de “homofóbico”, ningún hombre jamás podrá ser una mujer, la razón es muy simple: nuestras esencias son distintas. Las mujeres menstrúan, se embarazan, tienen la capacidad de dar de lactar, y por mucho que un hombre se ampute el pene, se coloque siliconas y se someta a tratamiento hormonal, nunca podrá ser una mujer; por la simple y sencilla razón que jamás podrá gestar una vida dentro su vientre.Permitir que el Estado tenga el poder de “cambiar el sexo de una persona” no te hace liberal, de hecho te hace un estatista duro. Un verdadero liberal, entiende que la realidad es más grande que uno, no persigue sueños utópicos, y por eso defiende: el mercado libre, la propiedad privada, el gobierno limitado y sobre todo el sentido común.