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crimen y drogas

Piedras Negras: la cárcel que Los Zetas convirtieron en su 'necrópolis' particular

Las autoridades señalaron que entre 2009 y 2012, el cártel asesinó a 150 personas y las incineró dentro de la prisión, para después arrojar los restos a un río cercano. El autogobierno en los centro penitenciarios es un problema que no se ha resuelto.
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Imagen por Miguel Sierra/EPA.
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En México nadie puede negar que muchas de las cárceles del país tienen un autogobierno criminal, son regidas por delincuentes que, ante la falta personal penitenciario, controlan las actividades que ahí se ejercen, sobrepasando incluso a las autoridades carcelarias.

Casos de tráfico de armas, drogas y personas, se han documentado en distintas prisiones, controladas por reos al servicio de distintos cárteles de la droga. Sin embargo, al ser lugares con difícil acceso para los medios de comunicación y para organismos civiles, mucho de lo que pasa ahí adentro no se sabe.

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Pero el pasado martes, la magnitud del problema sobre el control criminal de los centros penitenciarios salió a la luz, cuando autoridades aseguraron que Los Zetas, considerado como uno de los cárteles más sanguinarios del país, utilizaron durante años una cárcel del norte de la República como su sede particular para realizar matanzas y desaparecer personas.

Según las investigaciones, entre diciembre de 2009 y enero de 2012, los narcotraficantes que operaban al interior del penal de Piedras Negras, ubicado en el estado norteño de Coahuila, mataron supuestamente a 150 personas, y después intentaron desaparecer los cadáveres, arrojando las cenizas a un río cercano. Sin embargo, hasta el momento, las autoridades sólo tienen certeza de siete asesinatos, pero se encuentran indagando los demás.

'Teníamos testimonios de que muchas de las personas que habían desaparecido se encontraban en las cárceles'.

De acuerdo con la versión oficial emitida por la Procuraduría General de Justicia del Estado, miembros del cártel que se encontraban operando al exterior de la cárcel, llevaban hasta la prisión a gente que habían secuestrado o capturado para asesinarla ahí y luego arrojar sus cuerpos a contenedores de acero para sumergirlos con diésel y ácido.

Una vez realizada la operación, los restos eran arrojados al río San Rodrigo ubicado entre las ciudades de Piedras Negras y Acuña, el cual se conecta con el Río Bravo, que marca los límites entre México y Estados Unidos. El punto preciso del río donde los tiraban, era cerca del rancho El Moral, asentado a escasos metros de Texas.

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Desapariciones el pan de cada día

Las autoridades federales aseguran que el número de los desaparecidos en el país es de aproximadamente 26.000 personas; no obstante, organizaciones civiles señalan que pueden ser muchas más pero no se tiene un registro fiable ya que muchos de los familiares de las víctimas no denuncian por temor a sufrir represalias por parte de los responsables de la desaparición.

Silvia Ortíz, es madre de Silvia Stephanie Sánchez Viesca, una joven que en noviembre de 2004 desapareció en Coahuila. Tenía 16 años, desde entonces, su madre ha llevado una lucha incansable por encontrarla. Por ello, en 2013, junto con otras personas que también tienen familiares desaparecidos, fundó el colectivo VIDA (Víctimas por sus derechos en Acción).

En una entrevista con VICE News, Silvia Ortíz explica que el colectivo ha entrado a varias cárceles del estado, entre éstas la de Piedras Negras, en busca de personas desaparecidas.

No sólo El Chapo, en México se fugan dos presos por semana. Leer más aquí.

"Teníamos testimonios de que muchas de las personas que habían desaparecido se encontraban en las cárceles, por ello exigimos al gobernador entrar a revisar esos lugares; pero cuando llegamos todo estaba en orden, todo pulcro, muy limpio, quizá porque las autoridades sabían que íbamos a ir", explica Ortíz.

El colectivo VIDA pudo ingresar a los penales hasta mayo de 2016; es decir, cuatro años después del punto de violencia más alto, cuando Los Zetas habían convertido al penal en un auténtico crematorio ilegal, de acuerdo con las autoridades.

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—¿Los Zetas aún controlan las cárceles del estado?

—Ha bajado su poder, pero no lo han perdido del todo. Las zonas más fuertes para ellos siguen siendo Ciudad Acuña y Piedras Negras.

Libertad desenfrenada

"Al interior del Centro Penitenciario [de Piedras Negras], los miembros de la delincuencia organizada realizaban actividades de fabricación de ropa táctica [uniformes utilizados por las fuerzas de seguridad del Estado] y modificación de vehículos en carrocería y pintura", señala el comunicado emitido por el gobierno de Coahuila.

No es la primera vez que esa cárcel se encuentra en medio del escándalo por lo que pasa en su interior, en septiembre de 2012 hubo una fuga de 132 presos, decenas de ellos fueron capturados con el paso de los meses. Algunos podrían estar relacionados con los asesinatos y las desapariciones, aseguraron las autoridades.

En 2014, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), sacó a la luz algunas de las irregularidades que se presentaban dentro de ese penal, al cuál calificó con un 6.02 en una escala del uno al 10, en su Informe del Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria.

En éste, la CNDH, asegura que en dicha cárcel "hay una deficiencia clara dentro del ejercicio de las funciones de seguridad que ejercen los órganos administrativos, y también hay una preocupante falta de elementos de seguridad, lo cual provoca que existan lugares en donde reos con posiciones jerárquicas más altas consuman sustancias prohibidas y porten armas, ejerciendo un control sobre los menos privilegiados".

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'Hay una deficiencia clara dentro del ejercicio de las funciones de seguridad'.

Además, el informe advierte que en conjunto con la "libertad desenfrenada" que ahí impera, no existen cuidados de higiene mínimos. "Hay una falla enorme dentro de los servicios médicos, ya que no se cuenta con el equipo necesario y menos con el personal".

Por los hechos en el penal de Piedras Negras se giraron cinco órdenes de aprehensión contra los supuestos responsables: David Loreto, Francisco Vélez, Santiago Peralta, Manuel Elguezabal y su presunto jefe, Ramón Burciaga, quien comandaba las operaciones. Todos ellos se encuentran detenidos.

Finalmente, el encargado de la Subprocuraduría de Personas Desaparecidas de Coahuila, José Ángel Herrera Cepeda, aseguró que las investigaciones continúan abiertas para dar con el paradero de más personas que tienen reporte de desaparición y que "de acuerdo con testimonios fueron trasladados a esa cárcel para privarlas de la vida".

Alejandro Wong contribuyó a este reportaje.

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