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Junts pel Sí y la CUP fulminan la comisión del ‘caso Vidal’ en la primera sesión

Los dos grupos independentistas se unen para no investigar las declaraciones del exsenador de ERC

Santiago Vidal, en una imagen de archivo.
Santiago Vidal, en una imagen de archivo.Albert Garcia

El Parlament ha fulminado este martes, en su primera reunión, la comisión que había de investigar las declaraciones del exsenador Santiago Vidal en las que desvelaba los preparativos de la Generalitat para la secesión. Después de su constitución formal, la comisión había de aprobar el plan de trabajo y votar las comparecencias que proponían los grupos parlamentarios, pero Junts pel Sí retiró sus peticiones y sumó sus votos a los de la CUP, que no proponía a nadie, para votar en contra de cualquier propuesta. Es la primera vez desde la restauración del Parlament en 1980 que se produce un hecho así.

Bernat Solé, portavoz de Junts pel Sí, coincidió con la diputada de la CUP Gabriela Serra a la hora de justificar el carpetazo a la comisión de investigación: los trabajos de los diputados solo iban a servir para ayudar a la fiscalía a perseguir judicialmente a los líderes del independentismo. “Vivimos un momento de Estado de excepcionalidad”, aseguró Solé. “Es una comisión de persecución política hacia un montón de acuerdos adoptados por este Parlament”, apostilló Serra.

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Al final se impuso la mayoría independentista y se rechazó la lista de 155 comparecencias, entre ellas las de varios consejeros de la Generalitat, el propio Santiago Vidal, el expresidente Artur Mas o la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, quien horas antes había defendido el derecho a “hablar de todo” en la cámara tras haber declarado en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

La comisión de investigación que ha quedado liquidada se creó a petición de Ciudadanos, PSC y PP. El reglamento del Parlament obliga a constituirla si lo piden tres grupos o una tercera parte de los diputados y eso solo puede ocurrir una vez al año. La junta de portavoces aprobó la creación después de que EL PAÍS revelara que el senador de Esquerra Republicana y exjuez Santiago Vidal  explicaba en diversas conferencias que el Gobierno catalán tenía los datos fiscales de todos los catalanes obtenidos de manera ilegal o que existían listas de jueces afines al proceso soberanista, entre otras cuestiones. Tras el revuelo causado, el senador acabó renunciando a su escaño y ha desaparecido de la escena pública, de manera que no se le ve ya en ningún acto del partido ni convocatoria independentista.

Desde la restauración de la autonomía y la celebración de las primeras elecciones catalanas en marzo de 1980 el Parlament ha creado 23 comisiones de investigación, pero nunca se había producido una situación como la de ayer, en que se vetaran todas las comparecencias. Jean Castel, diputado de Ciudadanos y presidente de la comisión, aseguró que se reuniría con los portavoces parlamentarios para estudiar “una salida posible” ante lo que calificó como “un hecho sin precedentes”. Lo cierto es que una comisión de investigación sin comparecientes no tiene ningún sentido y los diputados ya la daban ayer por finiquitada.

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“Vergüenza y fraude”

Los grupos de la oposición vertieron duras críticas a la pinza de Junts pel Sí y la CUP. Carlos Carrizosa (Ciudadanos) afirmó que el carpetazo a la comisión suponía admitir la veracidad de lo que decía el senador y calificó lo ocurrido de “vergüenza, fraude y deslealtad parlamentaria”. Alicia Romero (PSC) también compartió el sustantivo “vergüenza” para definir lo ocurrido. Anunció que los socialistas suspenden, por el momento, su participación en la comisión de investigación de la Operación Cataluña sobre el espionaje a políticos independentistas.

Joan Coscubiela, de Catalunya Sí que es Pot, aseguró que era “un día negro para el Parlament” y acusó a Junts pel Sí de actuar igual que el PP en el Congreso e impedir las comisiones de investigación. Por su parte, Alejandro Fernández (PP) aseveró que era “un día muy triste” para la democracia y denunció la “ley del silencio” para referirse a la “omertá entre el clan de la madre superiora y los revolucionarios de la CUP”, en alusión a Marta Ferrusola, esposa de Jordi Pujol.

Esquerra impone su criterio al PDeCAT

Pere Ríos

La decisión de bloquear todas las comparecencias en una comisión de investigación no tiene precedentes en el Parlament y ayer sorprendió a todos los grupos de la oposición. Varios de ellos coincidían en que Esquerra Republicana impuso su criterio en el seno del grupo parlamentario de Junts pel Sí y convenció al PDeCAT sobre la necesidad de retirar las ocho peticiones de expertos que habían registrado, todos ellos catedráticos o profesores de derecho constitucional o ciencia política, además de un representante de la entidad Reinicia Catalunya.

El partido de Oriol Junqueras hubiera sido seguramente el más perjudicado por los trabajos de la comisión de investigación y la oposición habría intentado acorralar al exsenador en su comparecencia, con lo que no era descartable alguna salida de tono de Vidal, similar a las que ya ha protagonizado en algún acto electoral del partido o entrevistas a los medios, ante el sonrojo de sus propios compañeros y compañeras de filas.

Vidal fue una apuesta personal de Junqueras en su deseo de ensanchar la base social del partido y hacerlo cada vez más transversal, pero la comparecencia en el Parlament del exjuez, aún suspendido por el Consejo General del Poder Judicial, y exsenador era poco menos que jugar a la ruleta rusa.

Para evitar imprevistos, Esquerra decidió cortar por lo sano y vetar todas las comparecencias, incluidas las que había propuesto Junts pel Sí, pues no se hubiera entendido que solo evitasen que acudiera el exsenador, eje central de la comisión. Así, en un almuerzo celebrado en el Parlament poco antes del inicio de la comisión de investigación, diputados de Junts pel Sí y la CUP alcanzaron el acuerdo de fulminar la comisión y vetar todos los planes de trabajo, según explican algunos diputados.

A los anticapitalistas les pareció bien, pues desde el primer momento rechazaron las sesiones de la comisión y las comparecencia, pese a que, puestos a votar, tampoco les hubiera molestado que acudiera algún consejero de la Generalitat a dar explicaciones.

Con todas las encuestas favorables a Esquerra, el partido republicano quiere evitar a toda costa cualquier exposición innecesaria y desgaste, pese a que hace dos meses algunos de sus diputados iban diciendo que la comisión sería un buen momento para explicar los preparativos del proceso hasta donde hubiera sido posible. Pero con la fiscalía en alerta permanente y la presión judicial en aumento, mejor no correr ningún riesgo.

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