"Es momento de exigir más": 17 años marchando por la liberación de la mariguana

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Drogas

"Es momento de exigir más": 17 años marchando por la liberación de la mariguana

La lucha por fumar libremente es más importante que nunca.

Algunas personas esperan en el Monumento a la Madre mientras una nube de mariguana se acerca lenta pero ruidosamente por el paseo de la Reforma. Patinetos, ninis, estudiantes, fotógrafos, periodistas, abogados, doctores, funcionarios, padres de familia y niños: a lo largo de 17 años, la marcha por la liberación de la mariguana en México se ha vuelto tan diversa como los usos de la planta. Sin embargo, mientras algunos festejan la reciente aprobación del uso medicinal de la yerba por parte del Congreso, el tema central de la marcha es claro: "Es momento de exigir más".

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"Nos están dando atole con el dedo", dice Jorge Hernández Tinajero, especialista en política de drogas y de los principales impulsores de la marcha cannábica desde sus inicios. Desde una tarima móvil —un camión con enormes bocinas que por hoy es el epicentro del movimiento por la mariguana en México—, Jorge habla sobre la reciente aprobación de los usos medicinales del cannabis en el país:

"Llevamos 17 años marchando", afirma, "pero no es hasta ahora que podemos hablar de un verdadero cambio". La multitud que rodea el camión chifla y prende porros mientras otros siguen llegando por docenas a esta fiesta de humo entre Reforma e Insurgentes, las avenidas más importantes del país. "Pero más que un cambio; es el principio de un cambio", aclara.

Me reuní con Jorge unos días antes de la marcha para platicar sobre este dictamen así como de la evolución del movimiento en el país. Desde su escritorio en La Semilla —una tienda de cultivo al sur de la Ciudad de México— Hernández Tinajero me explica que el reciente dictamen quedó muy corto comparado con las verdaderas necesidades de los usuarios de mariguana.

"No sé que me molesta más", me dice, "el que se haya aprobado ese dictamen como está, o que haya personas —tanto funcionarios como activistas del movimiento cannábico— pavonéandose con estos resultados".


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Una semana y un día antes de la marcha, la Cámara de Diputados aprobó el dictamen para reformar la Ley General de Salud y el Código Penal Federal para permitir el uso medicinal del cannabis. En pocas palabras, los productos que contengan derivados de la cannabis en concentraciones del 1 por ciento o menores de THC, podrán comercializarse, exportarse e importarse cumpliendo los requisitos establecidos en la regulación sanitaria. Se trata de una iniciativa enviada por el presidente que además contemplaba elevar la cantidad de gramos permitida de 5 a 28, algo que finalmente no fue aprobado.

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"Es bueno que estas personas ya puedan tratarse con cannabis, aunque por ahora solamente puedan importar tratamientos", me dice Jorge. "Sin embargo este dictamen no tiene ningún verdadero impacto social".

Para Jorge, una verdadero cambio en cuanto a políticas de drogas tendría que despenalizar el consumo, permitir al autocultivo y, principalmente, respetar el derecho de las personas al desarrollo libre de su personalidad, reconocido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en noviembre de 2015. "Los derechos no se crean; se reconocen", me explica. "Y al tratarse de derechos, no pueden funcionar solamente para algunas personas, sino que tienen que ser aplicables para todos".

Además, afirma Jorge, la división entre los usos de la mariguana medicinal y lúdico es absurda: "Yo prefiero llamarle uso privado", me dice, y agrega que el separar estos usos también divide al movimiento cannábico. "Se le está dando mucha importancia al tema del cannabis medicinal porque políticamente es más fácil de respaldar. Lo que pasó es que al haber tantos debates e iniciativas se obligó al Congreso y al presidente a debatir y legislar el tema", continúa. Sin embargo, la respuesta del congreso fue ignorar todas las iniciativas ciudadanas y recortar la iniciativa presidencial para quedar con un dictamen que tiene un impacto nulo en los usuarios de mariguana en México.

Para Jorge, se trata de un tema que va mucho más allá de la mariguana y del uso de drogas: Se trata de establecer los límites del estado ante el individuo, qué tanto se pueden meter en la vida de las personas. Además, agrega, la única forma de hacer que se reconozcan los derechos que tienen los usuarios de la mariguana en México es haciéndolos valer: "La Corte ya reconoció el derecho que tenemos las personas a nuestro libre desarrollo de la personalidad, y estableció el autocultivo como la forma de lograrlo". Por eso, ahora es más importante que nunca hacer una conversación tan grande que sea imposible para nuestros dirigentes ignorarla o encontrar tangentes; hablar cada vez más del tema, autocultivar, fumar y marchar.

"Lo peor que podemos hacer es conformarnos", exclama Jorge antes de bajar de la tarima móvil en el Monumento a la Madre, "¡Es momento de exigir más!" El humo se levanta mientras el xilófono de un grupo de dub en vivo acapara las bocinas para continuar esta fiesta anual, que paso a paso y año con año acerca más a los usuarios de la mariguana entre sí, desestigamitza el uso de la planta, y abre un hueco cada vez mayor en las herméticas políticas nacionales.

@limonsaurio