El fiasco de Bahía de Cochinos
El fallido intento de invasión de Cuba por tropas anticastristas apoyadas por EE UU, en abril de 1961, fue el primer revés de la presidencia de Kennedy.
La llamada invasión de Bahía de Cochinos –o batalla de Playa Girón– fue una operación militar decidida por Eisenhower y diseñada por la CIA, en marzo de 1960, con el fin de derrocar a Fidel Castro y acabar con la Revolución cubana. Pero, por distintos factores, la misión se iría aplazando y acabaría siendo una "patata caliente" heredada en enero de 1961 por el recién elegido nuevo presidente de Estados Unidos, el carismático John F. Kennedy. De este modo, es su nombre el que ha quedado asociado al gran fiasco –y gran victoria castrista– en que acabó todo.
JFK y su secretario de Estado, Dean Rusk, modificaron el plan inicial para camuflar y reducir todo lo posible la implicación directa de fuerzas estadounidenses en el asalto, temerosos de la reacción internacional. Así, a la Brigada 2506 (exiliados cubanos anticastristas, entrenados y equipados por la CIA, que fueron el grueso del cuerpo invasor) se le suministró mucho menos material de lo previsto y el apoyo desde el aire se redujo a la mitad: de 16 a 8 aviones. Ello tuvo una influencia directa en el fracaso de la invasión y llevó al "traicionado" exilio de Miami –cuyo apoyo había sido decisivo en las elecciones– a darle la espalda a Kennedy.
La invasión estuvo precedida, el 15 de abril de 1961, por un bombardeo sobre los aeródromos militares cubanos, supuestamente efectuado por desertores del ejército castrista: en realidad, eran aviones norteamericanos con bandera cubana en el fuselaje. El éxito del bombardeo fue escaso y el montaje se descubrió enseguida. Así las cosas, Kennedy canceló otras acciones y casi abandonó a su suerte a las tropas invasoras, que iniciaron el desembarco en Playa Girón y Playa Larga (Bahía de Cochinos, Cuba) en la madrugada del 17 de abril y, menos de 70 horas después, el 19 de abril, se rindieron tras ser aplastadas por las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias). Murieron más de 100 asaltantes y fueron capturados otros 1.200, lo que supuso un triunfo para Fidel y el primer revés para JFK.