El LG G5 no cumplió expectativas, y no fue noticia. Tras las decepciones o semidecepciones del LG G3 y LG G4, se esperaba, por fin, un producto redondo que reafirmara que la compañía podía seguir compitiendo por estar más en la carrera de Samsung y Apple que en la de la incipiente Huawei. Pero no fue así. Y LG parece haber aprendido la lección y haberse acercado más a lo que una compañía con móviles lejos del sobresaliente debe intentar. Esto es todo lo que el LG G6 mejora a su predecesor.

El LG G6 es mejor simplemente porque es normal

La modularidad del LG G5 fue considerada por gran parte de la prensa como innovadora y arriesgada. Y desde el punto de vista de servidor, ni se trató de innovación real; ni el riesgo, que existía, era meritorio. Se han vivido momentos en los que un fabricante podía presentar locuras para probar, y se puede seguir haciendo a modo de experimento, como Samsung hizo con el Note Edge y probablemente haga con un teléfono plegable.

Pero comprometer a un producto estrella, porque eso es lo que produjo la modularidad en el LG G5, sí, es absurdamente arriesgado. El LG G5 perdió autonomía respecto a sus competidores, perdió acabados (el hueco entre la parte fija y la extraíble para insertar los módulos fue un error garrafal) perdió ligereza, y no añadió nada. Y sí, podría argumentarse que audiófilos y amantes de llevar un altavoz potente pegado a un smartphone salieron ganando, pero ese no es ni será el público de LG, si acaso un 1%.

La innovación debe ser arriesgada, pero debe ser innovación, y si no aporta, no lo es. El LG G6 tampoco se puede considerar pionero ni innovador por sus marcos, si acaso lo fue el LG G2 y ahora es un elemento que va a ser commodity. Pero, a priori, es lo que el mercado demanda, una pantalla grande, cómoda en el agarre y en un cuerpo que con 3300 mAh puede ofrecer por fin una buena autonomía. La próxima gran revolución llegará, pero no a costa deshacer la comodidad que el smartphone moderno ofrece a día de hoy.

Materiales: LG por fin es premium, o lo que sea que eso signifique en 2017

Todos los terminales de LG han adolecido de llegar con materiales mucho peores que lo mejor del momento, y aunque parecía que el LG G5 sería distinto por el uso del aluminio, no lo fue. Aquello era aluminio, pero tremendamente tosco, y recordaba más a móviles económicos que lo emplean por marketing que al usado por Apple o Samsung.

Este LG G6 sí tiene un feeling premium gracias a un cómodo aluminio en la mano y a un cristal trasero que forma una pequeña curva para mejorar el agarre. Como crítica en este sentido, cabe decir que el cristal delantero del LG G6 no es (o no parece ser después de un rato) 2.5D, con lo que la unión del aluminio con el cristal sí puede ser algo tosca en comparación con terminales existentes desde 2014.

Tamaño, marcos y la tendencia necesaria

El público ha abrazado las pantallas grandes, es un hecho. Pero las ha abrazado casi por imposición, asumiendo un mayor grado de incomodidad. Había soluciones para mejorar este aspecto, y LG lo sabía desde 2013. Sin embargo, en el LG G5 pareció olvidar que el aprovechamiento del frontal con la pantalla debía ser una prioridad, y la ratio fue inferior al mismísimo LG G2 (70.1% vs 75.9%), algo decepcionante tras 3 años.

Las 5.7" del LG G6 dejan en una muy mala posición a las 5.5" del iPhone 6s y 7 Plus.

El LG G6 cambia eso, y en un tamaño más pequeño a lo largo y a lo ancho que el G5 (ellos dicen cuerpo equivalente a 5.2") han integrado un panel de 5.7". Realmente impresionante, aunque sea una tendencia que todas las marcas van a tener en este 2017. Sólo hay que observar las fotos frente al iPhone para ver cómo la industria va a moverse este año, y lo desfasado que va a quedar lo anterior.

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