Me gusta pero no es sano, es sano pero no me gusta. ¿Existe el alimento perfecto?

Me gusta pero no es sano, es sano pero no me gusta. ¿Existe el alimento perfecto?

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Me gusta pero no es sano, es sano pero no me gusta. ¿Existe el alimento perfecto?

¿Sientes que todo aquello que te gusta está cargado de calorías y malos nutrientes? ¿Sabes que determinado alimento es muy saludable pero no te apetece nunca? Este tipo de cuestiones suelen surgir con más frecuencia de la que pensamos: "lo que me gusta no es sano y lo que es sano no me gusta". ¿Existe el alimento perfecto?

El alimento perfecto

La perfección es una cuestión subjetiva, y partiendo desde allí resulta complejo pensar en la posibilidad de que exista un alimento perfecto, pues lo que resulta desagradable al paladar de una persona puede ser el alimento más sabroso para otra.

Entonces, lo que para mi resultaría un alimento perfecto, de buena calidad nutricional y muy sabroso así como apetecible, quizá no lo sea para otra persona.

Claramente, el alimento perfecto no existe aunque pueden existir preparaciones que se acerquen mucho a serlo si pensamos que no es imposible lograr platos sabrosos y saludables como así tampoco encontrar apetecible un alimento nutritivo.

De hecho, también podemos encontrar un día apetecible un alimento sano y otro día no, por ello, aunque no existen los alimentos perfectos, sí podemos lograr buenas aproximaciones en nuestra dieta.

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Me gusta pero no es sano

Por lo general, tenemos una preferencia innata por lo dulce y un rechazo también desde que nacemos, por los sabores amargos. Y aunque a medida que crecemos esto puede modificarse, solemos siempre preferir los dulces por sobre los amargos.

Ya en la edad adulta, muchos factores influyen en nuestros gustos y preferencias alimentarias, entre los cuales se encuentran la cultura y costumbres de cada uno, el estado emocional, la condición biológica, el ambiente que nos rodea, entre otros.

Pero se ha comprobado que seguimos escogiendo los dulces para contrarrestar el estrés que solemos experimentar, ya que su ingesta reduce los niveles de cortisol en el organismo y desencandena una respuesta placentera en el organismo.

No obstante, es bien sabido que los dulces cargados de azúcares y calorías no son los alimentos más recomendables en nuestra dieta si queremos cuidar nuestra forma y la salud.

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Algo similar sucede con los alimentos o preparaciones que combinan grasas y azúcar, pues esta combinación cargada de energía fácil de almacenar y que no sacia resulta preferencial para nuestro cuerpo que busca "atesorar" calorías de manera de tener reservas para cuando falte energía o alimento.

En la actualidad, el acceso a la comida es casi universal, mientras que esta preferencia por los alimentos calóricos con grasas y azúcares, fáciles de asimilar viene en nuestros genes, pues nuestros antepasados sí comían mucho un día y su cuerpo "guardaba" porque quizá por dos o tres días no volvían a comer.

Por eso quizá, nos gustan tanto los alimentos cargados de calorías derivadas de grasas y azúcares, y éstos desencadenan en nuestro cuerpo una respuesta semejante a las drogas. De hecho, se ha probado que grasas y azúcares es la combinación perfecta para desarrollar una conducta adictiva.

Todo esto nos lleva a entender por qué la mayoría de los alimentos que realmente nos apetecen y nos resultan sabrosos no son sanos y a comprender que no es nuestra voluntad sino muchos factores los que inciden en esta preferencia.

Es sano y puede resultar muy sabroso

Seguramente aquellos alimentos que siempre te recomiendan consumir para cuidar la salud no son los que más te atraen, sin embargo, aquello sano también puede resultar muy sabroso.

Sabiendo que nos agradan las grasas y los azúcares y que éstos dos nutrientes son determinantes de la preferencia a un alimento, podemos buscar alternativas más saludables a la clásica bollería industrial, loo snackcs fritos comerciales, las galletas dulces o similares.

Por ejemplo, podemos usar en reemplazo de grasa animal o de mantequilla aguacate para lograr platos más sanos, con más antioxidantes, vitaminas y minerales e igualmente rico en grasa y sabroso.

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Con la misma lógica podemos acudir a crema de cacahuete o a tahíni o pasta de sésamo, así como a una mantequilla vegetal elaborada mediante el procesado total de diferentes frutos secos.

Para reemplazar al azúcar con calorías vacías, podemos acudir a un puré de dátiles, a plátano pisado, zumos de frutas o quizá un poco de miel, que ofrecen azúcares pero acompañados de buenos nutrientes y no sólo de calorías.

También podemos acudir a reemplazos para ahorrar calorías pero lo importante es que logremos una preparación más apetecible y sabrosa y cargada de buenos nutrientes.

Claramente, es posible lograr que lo saludable y nutritivo nos guste, porque no existe el alimento perfecto pero podemos acercarnos a éste, sin echar de menos lo poco sano que tanto nos agrada. Os dejamos algunos platillos muy tentadores, sanos y fáciles que podéis probar en casa. :

Bibliografía consultada | Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, Volume 100, Issue 6, 2015; J. Nutr. March 2009, vol. 139 no. 3 623-628
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