El Hospital Infanta Leonor de Vallecas, inaugurado en 2008, abrió sin licencia de primera ocupación y funcionamiento y sigue sin ella

El Área de Disciplina Urbanística del Ayuntamiento advierte de que puede «cesar» su actividad

El Hospital Universitario Infanta Leonor de Vallecas sigue sin disponer de licencia de primera ocupación y funcionamiento casi nueve años después de que lo inaugurara la entonces presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre (PP). Ya entonces, en 2008, la falta de licencia fue puesta en cuestión cuando se abrió con demasiada rapidez «por motivos electorales», según denunciaron los sindicatos.

El que era consejero de Sanidad, Juan José Güemes, aseguró en su día que el hospital tenía todas las licencias menos la de funcionamiento, cuya competencia para otorgarla correspondía al Ayuntamiento de Madrid, pero que se iba «agilizar al máximo la licencia definitiva», según prometió. Lejos de agilizarse su tramitación, esta nunca se concedió porque el edificio no contaba con todas las exigencias requeridas para ser puesto en marcha. Aun así, ha seguido funcionando.

Según un informe de la Dirección General de Control de Edificación del Ayuntamiento de Madrid al que ha tenido acceso este periódico, la licencia fue denegada el 9 de octubre de 2009, y tres meses después, el recurso interpuesto por la empresa concesionaria del hospital, Hospital de Vallecas S.A., fue desestimado. Desde entonces, precisa el informe, del 7 de noviembre de 2016, no ha habido ninguna solicitud nueva de licencia de primera ocupación, por lo que «el hospital ejerce su actividad sin licencia de funcionamiento».

Por ello, desde el Área de Disciplina Urbanística del Consistorio capitalino se advirtió a la concesionaria, en su día encargada de la construcción del hospital y ahora de su explotación, en un requerimiento del 27 de diciembre, del posible «cese de actividad» del centro dado que se está incumpliendo la ordenanza municipal de tramitación de licencias urbanísticas, en concreto la disposición adicional primera del apartado 2. En ese mismo documento, el Ayuntamiento dio de plazo 15 días para que se presentaran los documentos y alegaciones que la concesionaria considerara pertinentes, algo que no se ha realizado hasta la fecha. Una portavoz municipal confirmó ayer la falta de licencia del hospital.

Fuentes del centro sanitario dijeron por su parte a este diario que la «licencia definitiva depende de que se ejecute un acceso que debería haberse construido para unir la zona de rotonda de consultas externas con la Avenida de la democracia, según figuraba en el plan funcional original». Asimismo, precisaron que todavía «no se ha dirimido quién es el encargado de ejecutar ese ramal» y añadieron que es la concesionaria, que sigue «en conversaciones con el Ayuntamiento», la encargada «de estos trámites».

Para Rosa Muelas, portavoz de Sanidad de CCOO, la falta de licencia del hospital «dice bien claro por qué se abrieron» tanto este centro como los otros cinco centros sanitarios público-privados que inauguró Aguirre. «Fue por un interés totalmente electoralista», subraya.

Muelas recuerda que desde el sindicato pusieron una denuncia ante Inspección de Trabajo «porque los abrieron cargándose toda la normativa y legislación a cuenta de la prevención de riesgos laborales». «No les importaba la salud ni la calidad de la atención», subraya Muelas: «Era construir hospitales sin importales cómo estaban cuando se ponían a funcionar».

La portavoz de CCOO recuerda que al tratarse de un hospital debería «exigirse mayores niveles de prevención y seguridad que a cualquier otra empresa». «Hablamos de un sitio donde todos vamos a acabar tarde o temprano y los niveles de cumplimiento de la normativa tienen que ser excelentes».

Por su parte, a Ángela Hernández, portavoz de AMYTS y presidenta de atención hospitalaria del sindicato, le parece «increíble», además de una «falta de seriedad tremenda», ya que uno se espera que al ser un hospital se «hagan las cosas bien». Hernández recuerda que «no había un plan» a medio y largo plazo para «estos hospitales abiertos con fines electorales», sólo el del consejero de Sanidad, Javier Fernández Lasquetty, que quería que «las empresas privadas se lucraran de ellos». «La sensación que tenemos los profesionales es que no había claro un plan de ruta», precisa la portavoz sanitaria, que señala que a nivel sanitario esa descoordinación se observa en el Hospital del Sureste, el de Parla (Infanta Cristina), o el del Tajo, «que está abandonado a la mano de Dios».

Para Quique Villalobos, presidente de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), es «sorprendente» que el hospital no tenga la licencia, al igual que lo es que «no tenga los accesos terminados». «Solo hay un acceso de los tres que tenía que tener. Es algo a lo que se comprometió la Comunidad de Madrid para 2017 y no se ha cumplido», dice Villalobos.

Esta falta de accesos, de los que se deriva la falta de licencia, obliga a los vecinos del cercano barrio de Santa Eugenia a «tener que dar un rodeo enorme» para ir al hospital. A eso se suma que el hospital, que tendría que ser un hospital de referencia, se ha quedado a medio camino entre un hospital grande y un centro de especialidades». Villalobos plantea su temor ante cuáles son las carencias del edificio: «A ver en qué consiste la falta de condiciones para que no tengan licencia».