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Un artista chino está reinterpretando a Miró, Koons y Ai Weiwei de forma surrealista

Abstracciones escultóricas y digitales dan un nuevo significado a los objetos.

Luz y oscuridad, flujo y reflujo, cóncavo y convexo, línea y color, forma y fantasía son elementos que descubren las infinitas variaciones del mundo del arte. A través de imágenes fascinantes, Yu Honglei nos introduce en los secretos del subconsciente. Este artista chino evoca elementos icónicos del arte y, simultáneamente, lo fantástico, abstrayendo formas y objetos de su cotidianidad habitual.

Tomando como medio el video y la escultura, Yu busca resucitar objetos de arte, recreándolos y situándolos en nuevas composiciones que transforman su función original. Ya sea The Endless Column de Constantin Brancusi, The Farm de Joan Miró o The Ballon Dog de Jeff Koons, Yu hace referencias visuales a la obra de estos artistas logrando una obra colmada de matices surrealistas.

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Yu explora la posibilidad de los objetos, convirtiéndolos en una creación; en otra tentativa, efecto de la alianza de la sensación y el pensamiento. Su aproximación a estos objetos los abstrae de su uso convencional e incluso de su olvido, reavivándolos como imágenes digitales a través del uso del video, o transformándolos y fabricándolos nuevamente como esculturas.

Así, objetos futurísticos perfectamente fabricados y un video híper estilizado son expresiones del arte donde converge la tradición e historia de China y, también, la disidencia política. Yu ofrece una actualización de lo cotidiano, de los términos visuales y conceptuales que en última instancia, sutilmente y sin pretensiones, subvierte los juegos de poder y jerarquía que han llegado a dominar del arte contemporáneo.

Recuerdos de infancia, los colores del paisaje y la contemplación del atardecer son experiencias que se mezclan en sus esculturas de una manera abstracta. El secreto de la exuberancia creativa e inventiva de este artista está en la sinceridad con que plasma las configuraciones simbólicas de sus aventuras visuales. Para Yu lo importante es la manera en que se asocian las cosas, entender el mundo es una de sus preocupaciones principales. Su esculturas no son articulaciones mecánicas, sino son objetos múltiples que interactúan de manera independiente con el espectador, las cosas y el espacio.

Aún cuando su obra se vincula con cierta delicadeza y sensibilidad post-internet, para este artista este atributo no es más que una categoría de arte muy general y demasiado etiquetada. Para Yu, el trabajo y la práctica del artista deben ser diversos, por ello no niega la importancia de Internet que es una herramienta que supera las barreras geográficas para generar una nueva forma de diálogo.

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Ejemplo de ello lo podemos apreciar en The Farm (2013), un ritornelo visual que nos sumerge en las autorreflexiones pastorales de Joan Miró. Esta animación se basa en la pintura epónima de Joan Miró de 1922, en la que se representa su casa en la campiña española. En su versión digital, Yu, por medio de zooms a varios detalles, recrea una narrativa de la vida cotidiana del pintor, que incluye referencias anecdóticas a la conexión de Miró con artistas como Man Ray, Max Ernst y Pablo Picasso. Por medio de esta obra, el artista crea un espacio que exige al espectador reflexionar acerca de la manera en que la historia del arte occidental se ha extendido a nivel mundial a través de Internet.

Yu es un observador penetrante en las traducciones, transiciones y circulaciones de imágenes a través del arte a lo largo del tiempo. Las formas de estos momentos en la historia del arte aparecen en su práctica escultórica como formas intensas que albergan recuerdos e impresiones de la cultura. Yu es un escultor en el sentido más profundo, su obra se basa en la lógica compositiva de la pintura y en los dispositivos de montaje de la cultura digital para recrear objetos y espacios.

Así en Take a Walk (2014), video de dos canales, expone cien obras de arte de diferentes autores, tales como: Jeff Koons, Mark Manders o Ai Weiwie. En esta pieza digital impregnada de tonos surreales, el dispositivo óptico opera como un órgano polivalente que traza una disnarración, o más bien una narración histérica, a partir del movimiento de la cámara, transmitiendo relaciones entre objetos y el espacio. La narrativa del video sigue la dinámica del tiempo, pero también, la estática de las imágenes, generando un híbrido en donde los textos y las imágenes se describen entre sí.

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Ya sea en China o en Occidente, para Yu el arte contemporáneo revela las infinitas posibilidades de las cosas. No hay nada concluido, en el arte aún existen ideas esperando ser descubiertas. En la obra de este artista tanto objetos digitales como físicos pertenecen a la misma categoría de imágenes. Una categoría increíblemente importante, que constituye el campo de acción en una esfera inundada por los medios de comunicación del arte contemporáneo y la producción cultural actual. Para Yu el arte es vida, el arte está en la vida, porque la vida tiene lugar dentro de las imágenes.

Adéntrate en el mágico mundo de los objetos y conoce más sobre la obra de este singular artista aquí.

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