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El director de la Fundéu: "Un país que todavía se cuestiona la filosofía como asignatura, tiene que tener algún fallo"

Imagen de recurso tomada durante la entrevista

Cree que el principal problema de un país radica en el mal uso del lenguaje. Y considera que con una buena base educativa y un poco de clase -y gusto- al hablar, cualquier idioma está salvado. Le preocupa el suyo, que es el nuestro, y le cuesta entender por qué hablamos de spoiler si podemos recurrir al clásico "destripar el final". No es que quiera renunciar a lo nuevo, es que quiere proteger un idioma que, en su opinión, "es variado y lleno de matices que no deben perderse". No en vano, Joaquín Muller-Thyssen Bergareche es el director de la Fundación del Español Urgente (Fundéu), que responde a centenares de preguntas anualmente, resuelve dudas de periodistas de todos los países de habla hispana, y su página web www.Fundeu.es recibe miles de consultas a diario.

¿Cómo es el día a día de las personas que componen el equipo Fundéu?

Es un día bastante normal. Empieza con una reunión muy de mañana en la que se analiza la actualidad. Ponemos en común los temas que ocupan el panorama informativo y empezamos a pensar qué problemas lingüísticos pueden surgir a lo largo del día. Por ejemplo, si la noticia es el descubrimiento de un cometa o un atentado en una región desconocida, estamos muy pendientes de las dudas nominales que las personas y los medios puedan tener. A veces, cuando hay alguna última hora muy relevante, tenemos que enviar algún comunicado urgente para los periodistas que lo solicitan. 

Los anglicismos están de moda ¿se hace un uso excesivo de ellos?

Cada día entran con más fuerza. Pero el problema no está en los anglicismos que entran derivados de acciones nuevas. El gran error es recurrir a extranjerismos para definir algo que ya existe en el Español. Hay un ejemplo muy claro en estos días y es el uso de la palabra "Spoiler". Utilizar este término cuando ya tenemos expresiones como "reventar una película" o "destripar el final", es absurdo. Y lo preocupante es que un niño de 10 ó 12 años, probablemente sepa qué es un spoiler y no conozca otros términos realmente interesantes de su lengua. En el caso de la nominación de palabras tecnológicas, de términos que no tienen un equivalente en español, entiendo que se recurra a la ayuda extrajera. Pero, por ejemplo, si hablamos de games, digamos mejor juegos. Es triste tener que recordarlo. En el español tenemos expresiones perfectas, gráficas y llenas de matices y no tenemos por qué recurrir a algo que viene de fuera. Eso empobrece indudablemente el idioma. 

Durante la entrevista

¿Utilizamos bien nuestro lenguaje?

Yo creo que en cualquier lengua todo responde a una buena construcción de la misma. Todo está ligado a la formación y pensamiento de cada uno. Nuestro lenguaje es bueno, rico, variado, preciso, pero debemos cuidarlo un poco más. 

¿Cuáles son los errores idiomáticos que se cometen con mayor frecuencia?

Hay muchos problemas de concordancia. También hay una utilización desmedida de anglicismos y una asociación de significados a términos que no corresponden. Pero, en resumen, todo radica en los mismo: el nivel de formación.

Y los periodistas, ¿lo hacen bien?

Depende. Por un lado está el nivel de la calidad lingüística de la profesión. Hay periodistas magníficos y perfectamente formados. Pero hay otros que tienen un interés dudoso por formarse y, por lo tanto, su capacidad para expresarse y construir información, también es dudosa. En cuanto al uso del lenguaje como arma para sesgar la información, es también un reflejo del nivel educativo de cada uno. Hay sesgos machistas, políticos... de pensamiento, en general. 

Imagen de recurso tomada durante la entrevista

Las redes sociales ¿ayuda o problema para el lenguaje?

Las redes sociales tienen un problema: el usuario tiene que saber dónde escribe. Además, la manera de escribir en redes tiene que ser diferente a la que se emplea al hacer un ensayo o trabajo. No debemos confundir el lenguaje taquigráfico, los códigos nuevos que permiten las redes -que pueden ser también una fuente riqueza- o el lenguaje oral con el escrito. Eso sí que puede ser un problema. 

¿Cuál es, entonces, la base del problema?

Es una cuestión de educación y formación. El lenguaje evoluciona y en la calle puedes entender y hablar los códigos de la gente de muchas maneras. No es correcto ir de "academicoparlante" siempre, pero hay que saber diferenciar entre lo que se habla y lo que se escribe.

¿Cuál es, para ti, el escritor o periodista que mejor se ajusta a la norma?

Me gustan muchos. Pero Manuel Vicent me llega al alma. Es un periodista con una limpieza y una precisión en el uso del lenguaje envidiable. Siempre he leído su producción y siempre me ha maravillado cómo fluye su discurso. 

Joaquín Müller-Thyssen Bergareche, director general en Fundación del Español Urgente.

En los colegios se sigue impartiendo la asignatura de Lengua y Literatura, pero ¿se hace de manera correcta?

Creo que nuestro modelo educativo debería experimentar un cambio radical. Hay unos fallos de principios tremendos. Un país que todavía se cuestiona la filosofía como asignatura, tiene que tener algún fallo. En las clases no existe la oratoria, no estamos acostumbrados a exponer entre compañeros...

¿Vamos a peor?

Yo no puedo decir que mi experiencia escolar fuera buena. Por eso tampoco puedo decir si ahora vamos a mejor o peor. Creo que hay mayor información. No sería justo decir que la España del 2017 está peor formada que las de 1960. Pero considero que estamos más expuestos a todo y eso no siempre es bueno. Hay menor pudor. Si te equivocas, si escribes con faltas de ortografía, hay un halo de ego y narcisismo que te ampara. Eso antes no existía y las redes sociales tienen mucho que ver. 

No sería justo decir que la España del 2017 está peor formada que las de 1960. Pero considero que estamos más expuestos a todo y eso no siempre es bueno.

¿Dejamos algún día de comer muffins y volveremos a las magdalenas? Es, innegable, que se trata de una moda. 

 Así es. Hay una relación causa-efecto. No se sabe qué fue antes, si el huevo o la gallina. La realidad es que la globalización de los productos que entran con un nombre en inglés tiene cada vez más peso. No sé qué pasará. Pero te diré que ojalá regresen las magdalenas. 

En la Fundéu tenéis una palabra ganadora cada año. La de este ha sido populismo. ¡No podía haber sido otra!

Un claro reflejo de la sociedad. En realidad, todas las palabras tenían relación con el plano políticos. Pero populismo estaba más que en auge por la vida política nacional e internacional. 

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