Unos desconocidos arrojaron hace unos pocos días un cordero negro agonizante al patio de la residencia del alcalde de Alaró, Guillem Balboa. Este es el hecho probado y constatable. Las razones y los objetivos del autor o autores se desconocen. Puede tratarse de una agresión xenófoba, fascista, o simplemente una gamberrada, aunque de muy mal gusto.

El caso es que arrojaron un cordero negro moribundo, tras ser salvajemente golpeado, al patio del primer alcalde negro de un municipio de les Illes Balears.

Todo sucedió después de las fiestas patronales de Alaró, cuando Guillem Balboa decidió tomarse unos días de vacaciones y emprendió un breve viaje con su esposa. Fue a la vuelta cuando al entrar en su casa, de noche, se apercibió de un fuerte olor a putrefacción.

El alcalde encendió las luces miró en el interior de la casa pero se dio cuenta que el olor provenía del patio. Al salir al exterior se encontró con el macabro hallazgo. El cordero se encontraba ya descomponiéndose por lo que exhalaba el característico y nauseabundo olor de la carne putrefacta. Tenía el estómago enormemente hinchado por los gases producto de la acción bacteriana.

Herida

Tenía un golpe con una visible herida abierta en el cráneo. El responsable municipal se apercibió inmediatamente de que animal había sufrido un evidente maltrato pues fue arrojado, presuntamente, aún vivo por encima de la tapia que separa el patio del exterior. Balboa observó como el cordero se había arrastrado y había dejado regueros de sangre.

El responsable municipal presentó una denuncia ante la Guardia Civil aunque en principio no pretendía prestar atención a los hechos, "precisamente para que quienes los llevaron a cabo no se sintieran importantes", afirmó.

"Si es una broma la encuentro salvaje, no porque me pueda ofender, sino por el trato dispensado al pobre animal. Si es una crítica política es incomprensible puesto que cualquiera puede venir al Ayuntamiento y decirme lo que piensa, o en muchos otros foros", dijo ayer Balboa. Lo que lamenta el alcalde es que se viole la intimidad de las personas para protestar. "Lo recibo como un mensaje de rechazo, pero lo que ha conseguido es animarme más a seguir trabajando por mi pueblo", dice.