martes, mayo 31, 2011

Los jets de Centaurus A


Los jets o chorros de plasma expulsados por el agujero negro central de la masiva galaxia espiral Centaurus A son el tema principal de esta imagen (clic en la imagen para ampliarla a 900 x 750 píxeles o verla aún más grande).

Los jets de Cen A superan el millón de años-luz de longitud. El mecanismo por el cual el agujero negro central expulsa una parte de la materia que cae en su interior es aún desconocido.

Sin embargo, una vez que sobrepasan la galaxia, los jets inflan extensas burbujas que emiten en radio (en la imagen de la derecha), una emisión que continuará probablemente durante millones de años. Si son excitadas por un frente pasante, las burbujas de radio pueden reiniciar la emisión mil millones de años después de haberse formado.

En la composición en falso color mostrada arriba, la radiación en rayos X (*) se representa en azul, mientras que la radiación en microondas se muestra en naranja. El recuadro presenta nuevas imágenes de emisiones de radio, con detalles inéditos del primer año-luz del chorro central.

Centaurus A. Cen A es la galaxia activa más cercana a la Tierra, por cuanto se encuentra a sólo 11 millones de años-luz de distancia. Esta extraña galaxia elíptica, también conocida como NGC 5128, cubre un campo de más de 60 mil años-luz de extensión. Aparentemente Centaurus A es el resultado de una colisión de dos galaxias por lo demás normales, que tuvo como secuela una fantástica mezcolanza de cúmulos estelares e imponentes bandas de polvo oscuro. Cerca del núcleo de la galaxia, un agujero negro central con la masa de mil millones de soles consume a ritmo regular el exceso de escombros cósmicos. Como sucede en otras galaxias activas, es probable que este proceso genere la energía de radio, rayos X y gamma irradiada por Centaurus A (clic en la imagen para ampliarla). Leer la entrada completa.

Vía Foto astronómica del día correspondiente al 31 de mayo de 2011. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito: ESO/WFI (visible); MPIfR/ESO/APEX/A. Weiss et al. (microondas); NASA/CXC/CfA/R. Kraft et al. (rayos X); recuadro: NASA/TANAMI/C. Müller et al. (radio).


(*) Rayos X: otra forma de luz

En 1895 el físico alemán Wilhelm Roentgen descubrió una nueva forma de radiación. La llamó radiación X para denotar su naturaleza desconocida. Esta radiación misteriosa tenía la capacidad de pasar a través de muchos materiales que absorben la luz visible. Los rayos X también tienen la capacidad de arrancar los electrones que se encuentran en los orbitales exteriores de los átomos. Desde su descubrimiento, estas propiedades excepcionales de los rayos X han sido de gran utilidad en muchos campos, como la medicina y la investigación de la naturaleza del átomo.

Ulteriormente se descubrió que los rayos X eran otra forma de luz. La luz es el resultado de la constante agitación y vibración de la materia.

Tal como un perrito juguetón, la materia no puede quedarse quieta. La silla en la que están sentados puede parecer inmóvil y sentirse de esa manera. Pero si pudiésemos observar el comportamiento de la materia en el nivel atómico, veríamos que los átomos y las moléculas vibran a cientos de billones de veces por segundo, chocando unas con otras, mientras que los electrones se mueven a velocidades que rozan el millón de kilómetros por hora.

Cuando las partículas cargadas chocan –o experimentan cambios bruscos en su movimiento— se generan paquetes de energía, llamados fotones, que se alejan de la escena del accidente a la velocidad de la luz (en la imagen de la derecha). De hecho, son luz o, para utilizar el término técnico, radiación electromagnética. Puesto que los electrones son las partículas cargadas conocidas más ligeras, son también las partículas más movedizas y, por lo tanto, las responsables de la producción de la mayor parte de los fotones del universo.

La luz puede tomar muchas formas: ondas de radio, microondas, infrarroja, visible u óptica, ultravioleta, rayos X y radiación gamma. Todas estas ondas son diferentes formas de luz.

La energía del fotón establece de qué clase de luz se trata. Las ondas de radio se componen de fotones de baja energía. Los fotones ópticos —los únicos fotones que podemos ver— son un millón de veces más energéticos que el típico fotón de radio. La energía de los fotones de los rayos X es desde cientos hasta miles de veces más elevada que la energía de los fotones ópticos.


El espectro electromagnético. La longitud de onda de la radiación producida por un objeto se relaciona generalmente con su temperatura (clic en la imagen para ampliarla).

La velocidad de las partículas cuando chocan o vibran impone un límite a la energía del fotón. La velocidad es también una medida de la temperatura. De esta manera, las partículas del aire se mueven en un día cálido a mayor velocidad que en un día frío.

Las temperaturas muy bajas (centenares de grados por debajo de cero) producen fotones de radio de baja energía y microondas, mientras que los cuerpos fríos como los nuestros (cerca de 37 grados centígrados) generan radiación infrarroja. Las temperaturas muy altas (millones de grados centígrados) generan rayos X. Más información (en inglés).


Nota: Estas y otras noticias sobre el universo y mi mundo, en astrosofista (Twitter).