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La cripta de la casta: el entierro de los Franco en la Almudena choca con el Vaticano
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La cripta de la casta: el entierro de los Franco en la Almudena choca con el Vaticano

El Código de Derecho Canónico prohíbe enterrar dentro de los templos. La Iglesia española hace la vista gorda para financiarse: algunos sarcófagos se han vendido por cerca de 200.000 euros

Foto: Algunas de las tumbas que acompañan a la de Carmen Franco, enterrada recientemente junto a su marido en la cripta de la Almudena. (Enrique Villarino)
Algunas de las tumbas que acompañan a la de Carmen Franco, enterrada recientemente junto a su marido en la cripta de la Almudena. (Enrique Villarino)

“Haced esto en conmemoración mía”. Una variopinta mezcla de feligreses y turistas escucha con más o menos atención las palabras del sacerdote. Estamos en la cripta de la Catedral de la Almudena buscando la tumba de Carmen Francoúnica hija del dictador, muerta estas navidades— mientras se oficia la misa de 11 la víspera de Reyes. La encontramos rodeada de coronas de flores. Carmen Franco descansa al fin junto a los restos de su marido, Cristóbal Martínez-Bordiú, marqués de Villaverde, enterrado en 1998.

No, los Franco no son los únicos notables muertos con sitio en la catedral: también están los marqueses de Cubas o los marqueses de Urquijo, entre otros muchos.

placeholder La cripta de la Almudena se encuentra en uno de los lados de la catedral, no todo el mundo conoce su existencia. (E.Villarino)
La cripta de la Almudena se encuentra en uno de los lados de la catedral, no todo el mundo conoce su existencia. (E.Villarino)

Y es que, en los suelos y paredes de la Almudena y otros templos madrileños —las familias Areces, Koplowitz y Abelló tienen nicho reservado en la cripta de San Ginés de la calle Arenal— yace una parte de la oligarquía española del siglo XX, pese a que en los remotos tiempos de Carlos III se prohibió seguir enterrando en el centro de Madrid —práctica que generaba no pocos problemas de insalubridad— para hacerlo en los cementerios. La Iglesia española, no obstante, continuó con la costumbre de enterrar bajo sus templos a unos pocos privilegiados, hasta que llegó el Vaticano y mandó parar. O casi.

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El Código de Derecho Canónico vigente —surgido tras la agitación del Concilio Vaticano II y puesto en marcha en 1983— prohibió enterrar dentro de las iglesias, en un intento por mitigar los privilegios funerarios de unos pocos, pero el veto cayó en saco roto en algunos lugares...

“El templo dispone de sarcófagos y columbarios para que las personas puedan depositar los restos de los difuntos. La adquisición de ellos cumple varios fines, siendo el mas importante que los difuntos descansan dentro de un templo en el que diariamente se pide por ellos en la Sagrada Eucaristía. La segunda finalidad es colaborar en las obras de la cripta y de la Catedral de la Archidiócesis de Madrid”, asegura la web de la cripta de la Almudena.

El trato funerario preferente a las familias nobles y ricas es una tradición histórica. El Vaticano II trató de acabar con estas prácticas, pero siguen en pie

Joaquín Iniesta, párroco de la cripta, explica cuál es el criterio de selección. “Se trata de personas que han donado dinero para la construcción de la catedral”, cuenta a El Confidencial el encargado de la parroquia de Santa María la Real de la Almudena.

Según fuentes conocedoras de los entresijos de esta particular funeraria, la palabra 'donativo' funciona a modo de eufemismo: se han llegado a pagar cerca de 200.000 euros por un sarcófago en la Almudena, aunque Iniesta asegura ahora que ya no se ofrece dicho servicio porque “no queda hueco libre”.

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placeholder (Arriba) Jaime y Carmen Martínez-Bordiú a las puertas de la Almudena con los restos de su madre, Carmen Franco (GTRES). Abajo, la tumba compartida de Carmen Franco y su marido a la espera de la serigrafía con el nombre de la hija del dictador. (Enrique Villarino)
(Arriba) Jaime y Carmen Martínez-Bordiú a las puertas de la Almudena con los restos de su madre, Carmen Franco (GTRES). Abajo, la tumba compartida de Carmen Franco y su marido a la espera de la serigrafía con el nombre de la hija del dictador. (Enrique Villarino)

¿No choca esta práctica con la ley del Vaticano? El párroco Iniesta niega la mayor: “Lo que dice el Derecho Canónico es que no se puede enterrar bajo el altar”. Pero el artículo vaticano no deja lugar a muchas dudas: “No deben enterrarse cadáveres en las iglesias, a no ser que se trate del Romano Pontífice o de sepultar en su propia iglesia a los cardenales o a los obispos diocesanos”. Punto.

Con la ley o sin ella

Llamada al Arzobispado de Madrid para salir de dudas sobre el choque con el Código de Derecho Canónico. El departamento de prensa, previa consulta a los canonistas de la casa, se justifica así:

“Hay criptas funerarias, que son lugares sagrados adosados a las iglesias, que están erigidos con la finalidad de enterrar a los fieles católicos, sean laicos, consagrados o sacerdotes. Estos espacios equivalen a un cementerio, aunque no están al aire libre, sino debajo de la iglesia o en un lateral de la misma”.

Esto no va contra los cánones del Código de Derecho Canónico, que se refieren a enterramientos en la iglesia como tal”.

placeholder Las columnas de la cripta de la Almudena se cuentan por cientos. (Enrique Villarino)
Las columnas de la cripta de la Almudena se cuentan por cientos. (Enrique Villarino)

Según el Vaticano, "no deben enterrarse cadáveres en las iglesias, a no ser que se trate del Papa o de sepultar en su propia iglesia a los cardenales"

“En el caso de la cripta de la catedral, la concesión fue realizada por el rey Alfonso XII, con el permiso del obispo diocesano, para aquellas personas que contribuyeran a la construcción de la catedral o de la misma cripta y, en el caso actual, al sostenimiento y mantenimiento de las mismas. Adquieren así un derecho de enterramiento, concedido por la Iglesia a perpetuidad”, asegura el Arzobispado.

¿Tiene sentido esta argumentación? No, según el teólogo José Manuel Vidal. “Son unas explicaciones pueriles que chocan con la realidad: la cripta de la Almudena no es solo un lugar para enterrar, hay iglesia, capilla y parroquia, y se celebra misa a diario. Es una iglesia como cualquier otra. No tiene justificación alguna”, cuenta Vidal, director de la web Religión Digital, que ha calificado los altos precios pagados por una tumba en la Almudena como “el colmo de la especulación inmobiliaria-funeraria”.

placeholder El acceso a la cripta de la Almudena se realiza por la cuesta de la Vega, al final de la calle Mayor. (Enrique Villarino)
El acceso a la cripta de la Almudena se realiza por la cuesta de la Vega, al final de la calle Mayor. (Enrique Villarino)

“El trato funerario preferente a las familias nobles y ricas es una tradición histórica de la Iglesia. El Vaticano II trató de acabar con este tipo de prácticas, pero siguen en pie. Entiendo que no es sencillo decirle a alguien que tiene que llevarse los restos de un familiar que lleva ahí enterrado mucho tiempo, pero es que en los últimos años proliferan los columbarios en las iglesias españolas, no ya para los ricos, sino para cualquier fiel que se lo pueda permitir, como una forma de financiar las iglesias. Todo está tarifado, diga lo que diga la Iglesia. Ocurre que estamos ante lo de siempre: la falta de transparencia. Es el juego de la doble moral, cuando lo mejor sería que la información fuera pública y la gente supiera a qué atenerse”, zanja Vidal.

“Haced esto en conmemoración mía”. Una variopinta mezcla de feligreses y turistas escucha con más o menos atención las palabras del sacerdote. Estamos en la cripta de la Catedral de la Almudena buscando la tumba de Carmen Francoúnica hija del dictador, muerta estas navidades— mientras se oficia la misa de 11 la víspera de Reyes. La encontramos rodeada de coronas de flores. Carmen Franco descansa al fin junto a los restos de su marido, Cristóbal Martínez-Bordiú, marqués de Villaverde, enterrado en 1998.

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