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Los Lakers ahondan en la herida de Philly

Por Miguel Ángel Martín, Columnista de Sixers.com

Los Sixers perdieron la oportunidad de lograr mejorar su balance de victorias y derrotas ante los Suns, en el anterior partido en el Wells Fargo Center, y frente a los Lakers la situación no ha mejorado. El equipo angelino se ha llevado la victoria (107-104), en un encuentro tenso, en el que los dos equipos dieron el máximo, y en el que los visitantes dominaron en el marcador, prácticamente durante todo el choque.

Desde el inicio los Lakers quisieron demostrar que podían ganar en Philly y se marcharon con 7 puntos de ventaja al finalizar el primer periodo, periodo en el que se produjeron las únicas ventajas de los Sixers en todo el partido.

Los ocho puntos de ventaja, con los que los Lakers acabaron la primera parte, pronto se convirtieron en 16 puntos de renta, al poco de iniciarse la segunda mitad. Era como si los Sixers no pudieran encontrar su sitio en el partido.

Pero fue entonces que llegó la reacción de Philly, logrando colocarse muy cerca en el marcador, antes de la finalización del tercer periodo, reduciendo considerablemente la ventaja angelina, pero los visitantes reaccionaron y pusieron de nuevo la ventaja cercana a la decena de puntos (79-70 al término del tercer periodo).

De nuevo los empezaron mejor el cuarto, y se pasó de pensar que se podría igualar el marcador, a ver como los de oro y púrpura de nuevo volvían a gozar de una ventaja de 15 puntos. Fue ahí que surgió la figura de Joel Embiid, que con dos triples consecutivos, ponía a nueve puntos a los Sixers y la esperanza renació para el Wells Fargo Center.

Pero los Sixers no terminaban de remontar y los Lakers siempre mantenían ventajas que las hacían creer que al final el partido se rompería a su favor. Pero los Sixers, con un inmenso Richaun Holmes en el último cuarto logró empatar el partido, con algo más de dos minutos para el final.

Pero empatar no es remontar. Para remontar hay que lograr ponerse por delante y eso no lograron los Sixers, porque cuando hubo oportunidad los nervios se cebaron más con los Sixers que con los Lakers.

En los últimos instantes del partido, y con cinco faltas personales, Joel Embiid no pudo estar al máximo en defensa, aunque estuvo sensacional en ataque, proporcionando a Philadelphia lo que en ese momento necesitaba, bien con puntos o encontrando a Richaun Holmes, para que él también aportarse al equipo, en esos momentos delicados.

El final fue tremendo. Con empate a 104, los Lakers tenían posesión, pero una mala selección de tiro y con más de 30 segundos por delante, los Sixers dispusieron de la última posesión. Parecía que por fin nos pondríamos por delante y lograrían culminar la remontada, pero la última jugada no salió bien. El balón llegó al poste bajo, Embiid no pudo estar tan resolutivo como en otras ocasiones, Ben Simmons palmeó el balón hacia el centro de la zona y los Lakers recuperaron el balón. Su última jugada fue mucho mejor que la anterior y un triple de Brandon Ingram a falta de ocho décimas, puso el punto y final al partido.

De nada sirvió el triple-doble que logró Ben Simmons, que acabó el partido con 12 puntos (6-14 en tiros de campo), logrando además 13 rebotes y repartiendo 15 asistencias. Pero no estuvo tan acertado como en otras ocasiones y tuvo hasta cuatro pérdidas de balón (alguna de ellas en momentos importantes).

Con este triple-doble, Simmons logra su tercer partido con esta marca, lo mismo que logró Magic Johnson, en sus 23 primeros partidos, mientras que Oscar Robertson logró 7.

El mejor de los Sixers volvió a ser Joel Embiid que terminó el partido con 33 puntos y un 11-17 en tiros de campo. Lástima de última posesión, donde no pudo anotar la que podría haber sido la canasta de la victoria (dando opción al posterior triple de Ingram), pero su partido fue soberbio, sumando 7 rebotes, repartiendo 6 asistencias y colocando 5 tapones.

Del resto de jugadores titulares cabe destacar los 19 puntos de Robert Covington (7-12 en tiros de campo y 4-6 en triples), los 15 puntos de J.J. Redick (5-13 en tiros de campo, 2-7 en triples y 4 pérdidas) y los 12 puntos de Jerryd Bayless (5-9 en tiros de campo y 2-3 en triples).

Del banquillo no solo pudo anotar Richaun Holmes, que estuvo increíble y puso en pie a los fans de los Sixers con sus jugadas. Se marchó del partido con 13 puntos y un 5-8 en tiros de campo, además de con 6 rebotes.

Un lástima la derrota de los Sixers, que ya suman dos seguidas y cuatro en los últimos seis partidos. Ahora llega una gira lejos del Wells Fargo Center, con los Cavaliers, los Pelicans y los Timberwolves como rivales. Partidos difíciles, donde el equipo tendrá que demostrar estar a la altura de lo que quiere lograr esta temporada: los playoffs.

Hasta pronto desde España.