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¿Sirven los extensores de penes?

Uno de estos artilugios y un poco de perseverancia podrían transformar tu miembro normal en uno de mayor tamaño.

Puedes tener un pene más grande. Esta idea y todas sus variantes comenzaron a llegarnos a través de innumerables emails de spam y anuncios pop-up cinco minutos después que se inventara el internet. Los productos que se anuncian específicamente para los hombres incluyen pastillas, ungüentos, bombas y hasta tutoriales de una técnica árabe antigua llamada jelqing. Estos métodos variados tienen algo en común: la falta de evidencia que demuestre que provocan el aumento significativo y permanente que prometen.

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Aún así, los emails siguen llegando y los pop-ups siguen apareciendo. Tal vez sea gracias a la evidencia que demuestra que un pene más grueso y/o largo que el promedio es deseable para la mayoría de las personas.

No es que la gente no esté satisfecha con sus propios penes o los de sus parejas. De hecho, un estudio reciente mostró que el 85 por ciento de los hombres estadounidenses están satisfechos con lo que les tocó. Otro estudio mostró que exactamente la misma proporción de mujeres (86 por ciento) también están felices con el paquete de sus parejas. Pero ese mismo estudio —publicado en Psychology of Men & Masculinity— encontró que el 45 por ciento de los hombres desearían tener penes más grandes.

Me parece que la manera en la que se realizan las preguntas produce datos contradictorios cuando los comparas con los de otros estudios. Si, por ejemplo, alguien me preguntara si estoy satisfecho con el tamaño de mi pene, diría “sí.” Pero si, al contrario, me preguntaran si me gustaría tener un par de centímetros más, diría “sí, por favor”. Y no todas las razones tendrían que ver con mi opinión de que tener un pene mayor de lo normal sería grandioso.


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Investigaciones de la Universidad de California y la Universidad de New Mexico mostraron que las mujeres participantes tenían una preferencia por un pene mayor de lo normal para parejas a largo plazo (por ende el término “pito de novio”) y querían unos todavía más grandes para sus parejas casuales. Los autores del estudio notaron que “dado que las mujeres típicamente tienen experiencias más placenteras y orgásmicas en el sexo con parejas a largo plazo, tal vez prefieren los penes más grandes en parejas a corto plazo en parte para que el aumento de la sensación física compense la reducción en la conexión psicológica".

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Otras investigaciones han demostrado que, hasta cierto punto, el tamaño de los penes flácidos afecta cuán atractivo son los hombres para las mujeres. Sería lógico asumir que cualquiera que invente un método seguro, asequible y efectivo para agrandar los penes puede hacer una puta fortuna.

Bueno, resulta que esta tecnología ya se inventó desde hace tiempo. Es un dispositivo de tracción penal simple que se compone de un yugo de plástico que se conecta a la cabeza del pene y otro que se conecta a la base. Los dos palos de metal que conectan estos collares pueden ser alargados gradualmente para que se estire el pene del usuario. Su eficacia en hacer los penes más largos ha sido confirmada por varias publicaciones arbitradas, y Amazon felizmente te venderá uno por 25 dólares (470 pesos).

Pero al ver las puntuaciones de varios extensores de penes en Amazon, nadie se está volviendo rico al nivel de Bezos. Eso se me hace raro dado que a.) literalmente miles de millones de personas quieren un pene mayor de lo normal en sus vidas y b.) una de estos artilugios haría que tu pene normal se vuelva uno de mayor tamaño en un par de meses. Según la ciencia.

Por ahora, este es el único método no-quirúrgico que ha sido probado que aumenta la longitud penal. Los usuarios en un estudio publicado en la gaceta de la British Association of Urological Surgeons encontraron que, en promedio, los que usaron el extensor por cuatro horas al día durante un período de seis meses aumentaron su tamaño en 1.7 cm. Tienes razón en pensar que un pene flácido estirado tiene utilidad limitada, pero en los estudios, el tamaño estirado flácido se usa como una aproximación del tamaño del pene erecto (tal vez porque alcanzar una erección para que tu urólogo pueda medirla es tan complicado como suena).

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Otros estudios que usaron una variedad de regímenes de estiramiento replicaron estos estudios casi con exactitud. Un aumento de 1.7 cm puede sonar como poco, pero si un tipo con un pene promedio tiene 14.2 cm normalmente, eso es un aumento de casi el 12 por ciento. Si lo convertimos a una escala de altura, sería la diferencia entre medir 1.73 m y 1.93 m. Y si crees que 14.2 cm es poco basado en lo que has escuchado sobre lo que constituye el promedio, date cuenta que los investigadores llegaron a esta cifra después de hacer un meta-análisis de 15,521 penes que fueron medidos por profesionales médicos usando un método estandarizado. Resulta que las medidas de los tamaños que los propios hombres reportan normalmente son redondeadas hacia arriba porque, pues, así son los hombres.


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Todo esto nos lleva a preguntarnos por qué no hay más personas estirando sus penes, por voluntad propia o la de sus parejas. Podría ser un problema de desinformación y la gente simplemente no sabe que existe un método efectivo de aumentar sus penes. Podría ser porque la idea de usar un dispositivo que suena incómodo durante varias horas al día, diariamente, durante meses, suena muy poco atractivo.

O tal vez tiene que ver con que no aumente la circunferencia, que, según un estudio, es la dimensión mayor correlación tiene con la satisfacción femenina y la frecuencia de orgasmos. O tal vez el uso común no se ha extendido por miedo a ser considerado "un estirador". O simplemente porque, aunque tener un pene más largo sería algo bueno, como indicador de satisfacción sexual —tanto en hombres como en mujeres— no se compara con la comunicación, intimidad y conocimiento del cuerpo de tu pareja.

A pesar de que una combinación de estos razonamientos ha prevenido que considere estirarme, la idea de pasar seis meses con mi pene en tracción podría ser un artículo de seguimiento bastante interesante. Aunque las pastillas, ungüentos y bombas no produzcan los resultados deseados en los hombres y/o sus parejas, hay una oportunidad de ver si la premisa de su marketing puede —con tiempo y esfuerzo— ser demostrada.