Quizá merece la pena considerar los primeros vuelos de la mañana la próxima vez que viajes. Levantarte para llegar a ese vuelo de las 6 de la mañana es duro, pero Travel and Leisure sugiere que solamente deberías volar a esas horas. ¿La razón? Es mucho más probable que llegues sin problemas a tu destino.
En comparación con los vuelos de tarde y noche, hay menos posibilidades de que los vuelos de primera hora experimenten retrasos. Los retrasos suelen empezar alrededor de las 8 de la mañana cada día y empeoran hasta que llega la hora punta, o las 6 de la tarde. La razón es el tráfico aéreo. En la madrugada, es menos probable que haya mucho tráfico ya que todos los vuelos de la noche anterior habrán aterrizado.
Y aún mejor, no hay tanta turbulencia cuando vuelas temprano porque las tormentas y el aire inestable que viene con ellas suelen ocurrir por la tarde.
Además, a menudo los vuelos a primera hora son más baratos que otros porque las personas prefieren dormir que irse al aeropuerto al amanecer. Eso es una buena noticia para ti porque las colas en seguridad y en la puerta de embarque tendrán menos gente. ¿Otro beneficio? Puedes utilizar el dinero que ahorraste en tu billete para comprarte un café demasiado caro en el Starbucks del aeropuerto.