Análisis: PES 2016

Escrito por en Análisis - 10 marzo, 2016

Podría haber optado por criticar recetas del Cooking Mama o parloteado sobre todos los videojuegacos que me he pateado durante mi larga ausencia por esta gloriosa casa; pero me he dicho “qué cojones, PES ha cumplido 20 años y eso ya es una buena excusa”. Tras el salto, mi opinión sobre la entrega de este año. Por cierto: Hola a todos, un placer muy burro escribir de nuevo en EPI.

Demos un repaso fugaz a la historia reciente para situarnos antes del kick off: PES 2013 supuso el final de la fórmula iniciada con el motor gráfico de los años gloriosos. Tras siete ediciones muy cacapotas, finalmente Konami había dado en la tecla para que algo muy dopado de PS2 rulase correctamente en PS3. Al año siguiente los de Osaka comenzaron a trabajar para recuperar la pasta el cariño de la descomunal masa gamer -pasada y presente- que había ido perdido en favor de una competencia cada vez más guapa, rica y poderosa. Presentaron su flamante Fox Engine como eje de la remontada y sacaron al mercado (con tres meses de retraso) un PES 2014 que vendría a ser algo así como la fase alfa del PES que hoy analizamos. 2015 sería la beta. Tal cómo suena. No es chiste o hipérbole, es Konami y la cruda realidad (*).

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Con PES 2016 nos ha caído al fin un producto acabado, pulido y aseado (**). Tiene sus cosillas como todos, pero al menos la amplia mayoría permanecen fuera del rectángulo verde. El fútbol, lo que es el fútbol consolero (esto me viene al dedo para comentar que una vez más la versión de PC es un port tirando a mierder, según cuentan numerosos gordospeseros), lo borda: Ritmo de partido superlativo, controles y respuesta gratificantes y equilibrados en cuanto a accesibilidad y profundidad, animaciones y réplicas (de futbolistas) fetén, IA con la mejor respuesta táctica que he visto en un juego de fútbol… todo fluye como Bruce Lee y el agua.

Los modos online de este año se ejecutan bastante mejor que los anteriores. He leído hasta la saciedad que los porteros en el modo My club cantan como Pavarotti y los centrales dejan huecos más tochos que la Plaza Roja de Moscú. Sí, porteros y centrales -y todo el conjunto- fallan como escopetas de feria… cuando la química de equipo es baja. Dicho de otra manera: cuanto más bajo sea el valor de nuestra química, más bajo será el nivel de dificultad (juvenil, profesional, etcétera) que emplee la IA de nuestro equipo. Es el único modo de juego que se rige bajo este patrón. El resto NO. ¿Fácil, eh? Lo digo porque hay mucho andoba listo y de gatillo fácil que reniega de todo al ver resultados abultados tipo 8-5 en las primeras partidas de My club y extrapolan la experiencia negativa a todo el conjunto. No.

traitor OK peq

De todas formas, el online no es su fuerte. Nunca lo ha sido, ni lo debería ser (aunque ya se sabe: nunca digas este cura no es mi padre). Es una IP más, abocada y arrastrada hacia éste al parecer indispensable requisito del juego en línea. Pese a su correcta puesta al día en la red, la genética del Pro todavía indica que cómo mejor se explota es fuera de ella. Adaptar el modo ultimate de El Otro, con todo ese rollo de las bolas negras y doradas -parece que hayamos pasado de una pesshop a una sexshop-, fue una jugada muy pobre por parte de Konami; muy «colgando el balón en la olla por si suena la flauta». Este año pinta mejor, pero sigo pensando que no es la mejor forma de disfrutar del Pro.

A mi modo de ver la piedra angular de un buen PES es su editor. Si esta saga ha sobrevivido a una debacle total es en gran parte gracias esa bendita herramienta (una importante legión de frikifans siguen editando PES 5, 6 y 2013). Ignoro el motivo real de su implementación en tiempos de N64, pero fue un movimiento con el que a la postre PES haría de su flaqueza uno de sus puntos fuertes. Es decir, no tiene las licencias de El Otro; pero te permite crearlas y mantenerlas actualizadas. De allí una gran porción de su éxito y longevidad. Un fan del Pro lo compra todos los años y, si no le gusta, sigue editando y jugando a su favorito. Amor verdadero.

madrid galactico

A estos frikifans PES 2016 les ofrecerá muchos motivos para elegirlo como Pro titular e invertir en él chorrecientas horas alterando stats, tácticas, caras, kits y demás. Hablando de eso, cómo ya viene siendo pan nuestro -a los peseros como yo me remito- de cada año, recalibrar stats y organizar tácticas es casi obligado si se pretende exprimir al máximo el reto de hacer eso que hacemos todos los gamers futboleros offline: jugar con el fin de emular que simulamos disputar y dirigir temporadas reales. Lo sé; me habría liado menos si hubiese escrito «jugar a imitar la realidad» o «a ser dioses del fútbol», pero no es lo mismo. «Jugar con el fin de emular que simulamos disputar y dirigir temporadas reales» me suena mejor para describir un sentimiento tan elevado y profundo.

¿Por qué decía lo de los stats y las tácticas? Los futbolistas más conocidos disponen de unos sets de stats bastante acertados –que tampoco-, pero los más modestos son un desastre. Es decir que por el mero hecho de pertenecer a Peñarol, Almería o al Blackburn Rovers, a un futbolista le pondrán 60 sobre 100 en control de balón aunque su homólogo real sea un Maradona de bolsillo con imán en las botas. Para aumentar el reto y adaptar la verosimilitud de los resultados –tanto propios como simulados por la CPU en diversos torneos- recomiendo fervientemente cambiar los stats de todos los jugadores por aquellos que indica la comunidad pesstatsdatabase o bien haceros con alguna option file currada. Recalibrado el juego mejora hasta niveles insospechados. Insisto, vale la pena.

Totti selfie

En lo que respecta a las tácticas y estrategias de cada equipo, Konami ha realizado un trabajo de base bastante decente; de manera que cada equipo manejado por la CPU juega de una forma similar a la de su contrapartida en el mundo de los vivos. Dicho esto, comento también que aún así os invito a invertir un buen número de horas en adaptar manualmente las tácticas de cada equipo. Sí, de todos; o al menos las de aquellos contra las que vayáis a competir.

¿Por qué motivo si de entrada ya están más o menos correctamente editadas? Por las tácticas fluidas, darling. Si durante un campeonato nuestro equipo tiene activada dicha opción (muy recomendable) y el resto de rivales manejados no, el resultado será un paseo militar. Si por el contrario todos los equipos tienen habilitada -y editada- la táctica fluida, el nivel de disputa aumentará considerablemente.

pes2016 bra fra

Todo esto os puede sonar a majaderías -que también-, pero la diferencia entre jugar a un PES 2016 virgen o a uno editado y calibrado, es la misma que existe entre escuchar al gitano random del organillo y la cabra o a Mozart. Enfrentarse a la CPU con todo editado en condiciones y palpar cómo combina, desmarca y presiona, es como ver a un perro tocar el piano.

Llegados aquí tan sólo me queda decir, para aquellos que busquen una nota, que sí; que se trata de un buen Pro. El mejor desde el seis (eso, según cómo se interprete, acojona. Acojona y te da la medida de lo que es el mundillo actual del fútbol en los videojuegos). ¿Podemos esperar más y mejor en un futuro? El olfato me insinúa que la respuesta la encontraremos en el próximo DLC gratuito que sacarán con motivo de la Eurocopa 2016. Si nos encontramos con un añadido realizado con mimo, me atrevería a anticipar que veremos más PES los años venideros. Si no es así, puede que estemos ante uno de las últimas entregas en formato tradicional. ¿Free to play, móviles, pachinko? Con Konami nunca se sabe.

Unos brico-consejos por la sideburn

El sistema de pases automático es más competente que otros años, pero jugad siempre en manual. Lo mismo digo de los disparos. Con el resto de opciones haced lo que queráis, pero poned estas dos en Full manual y el mundo os parecerá un lugar mejor. Es una puta pura delicia. En lo que respecta a la velocidad de partido, el timming de las cosas me encaja mejor en -1. Por otro lado, no os mováis de las dificultades Estrella y Leyenda. Alternad a profesional sólo si sóis la hostia de malos o bien durante un par de partidas si no os acabáis de hacer con los chutes manuales.

20 years OK

Estrella plantea una CPU con una buen juego posicional en defensa (en general y según los equipos), pero cuyos individuos no ofrecen una oposición seria en el regate en corto. Dicho de otra manera, suele regalar pocos espacios pero es relativamente accesible crearlos mediante futbolistas habilidosos. En ataque, realiza buenas combinaciones, pero no suele abusar de las típicas jugadas frenéticas en las que todo se te viene encima; eso que llaman scripting o efecto marca de la casa.

La dificultad top tiene más enjundia. Las defensas contrarias se tiran al barro. En el primer intento de dribbling compruebas en seco que si en estrella jugabas a ser Neymar, ahora no te queda otra que ser Joselu. Los ataques orquestados por la CPU son más a cara de perro. La gran noticia es que -si sabes defender y no eres de los que va alternando de jugador compulsivamente y machacando el gatillo del sprint como pollo sin cabeza- nunca llegas a romper el mando te genera frustración y sentimientos de injusticia fuera de los límites razonables. Si sigues a tus marcas, tendrás una o dos oportunidades para defender con éxito cada ataque en el que la CPU ejecute la Orden 66 (aka efecto Konami).

little msn

(*) PES 2014 o 2016 alfa me brindó un sinfín de risas durante la escasa veintena de partidos que resistió mi mandíbula. No lo digo por bugs graciosos o nada por el estilo. Lo comento por la elección de Nessun Dorma como tema principal del juego. No me gusta ser estafado, claro; pero cuando el timo está ejecutado con humor y estilo… ¡Olé tú! Hay que ser muy agudo y cultivado para elegir que sea Puccini y su aria más épica quien te recuerde que has gastado 50 pavos en algo -un prototipo al 30 por ciento; al 50 con parches- que no habrías querido gratis. La beta del 2015 ya vino mejor formada. Lució lagunas del tamaño de L’Estany de Banyoles -ausencia de motor de colisión entre futbolistas y algunas penurias más que ahora no urge mencionar-, pero lograba revivir sensaciones pasadas; por momentos y a trompicones. Nunca llegó a aportarme vicio del bueno en un grado superlativo o digno de mención.

(**) En sentido figurado. Han sido muchos años tragando sapos y PES 2016 saca un sobresaliente en lo esencial: lo que sucede en la cancha (leedlo con acento rosarino). En otro orden, el de los acabados, no está demasiado pulido. Tal vez lo que más clame al cielo sea que sigan empleando los mismos menús que hace doce años ya se veían cebolletas; o la especie de diálogo de patio de manicomio en el que se han convertido los comentarios de Martínez y Maldini. Por no hablar del escasísimo número de estadios disponibles o la dejadez de Konami y su petardeo a la hora de actualizar las plantillas. Pero vaya, en lo importante PES 2016 no sólo ha subido a primera división, sino que tiene todo lo que hay que tener para pelear por la Champions o el Mundial.

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