Corrupción

Los caídos de Mariano Rajoy

Ser apoyado por Mariano Rajoy tras un escándalo de corrupción es un mal augurio. Y es que la dimisión de la ministra de Sanidad, Ana Mato, es tan sólo la última de una larga lista de primeros espadas del PP que tuvieron que abandonar sus cargos tras verse involucrados en diferentes irregularidades y ser defendidos por el ahora presidente del Gobierno.

"No quiero, bajo ningún concepto, que mi permanencia en esta responsabilidad pueda ser utilizada para perjudicar al Gobierno de España, a su presidente ni tampoco al Partido Popular". Así ha justificado Mato su dimisión tras haber sido considerada por el juez Pablo Ruz "partícipe a título lucrativo" de las actividades de su exmarido, el exalcalde de Pozuelo de Alarcón Jesús Sepúlveda, imputado en el caso Gürtel.

La ya exministra de Sanidad siempre había rechazado estar relacionada con las actuaciones de su antiguo cónyuge, pero eso no ha sido óbice para su presunta corrupción se la haya llevado por delante. Algo que también les pasó a los Francisco Camps, Jaume Matas, Carlos Fabra o Luis Bárcenas, que tuvieron que abandonar los cargos que ocupaban tras verse involucrados en investigaciones judiciales que, en algunos de los casos, dieron con sus huesos en la cárcel tras haber alabado Rajoy su labor.

Francisco Camps, el "político honrado"

El expresidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, dimitió el 20 de julio de 2011 tras haber sido abierto juicio oral contra él por el llamado caso de los trajes, un escándalo por el cuál la trama Gürtel habría regalado, entre otras prendas, trajes al mandatario por un valor de 30.000 euros. Los argumentos de Camps para justificar su dimisión fueron entonces muy similares a los de Mato: ofrecía "voluntariamente" su "sacrificio" para que no perjudicar a Rajoy y que este fuera "el próximo presidente del Gobierno".

Los problemas para Camps, no obstante, se remontan a marzo de 2009, cuando el entonces juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón derivó parte del caso Gürtel al Tribunal Superior de Justicia de Valencia (TSJCV) al encontrar indicios de responsabilidad penal en el presidente de la Generalitat y otros cargos del PP. Un par de meses más tarde, el tribunal decidía imputar a Camps por un presunto delito de cohecho, una acusación de la que saldría absuelto en enero de 2012 tras la polémica decisión de un tribunal popular, que falló la inocencia del expresidente valenciano por 5 votos a 4.

Durante todo el proceso, todo el PP y especialmente Rajoy apoyaron a Camps. El día de su dimisión el líder del partido calificó la renuncia de "muy dura" y aseguró que este la había tomado "pensando en el beneficio de las instituciones y de los ciudadanos de su comunidad". Pero los pronunciamientos de Rajoy en los meses anteriores a la imputación del mandatario valenciano habían ido por otro lado. Aseguró en varias ocasiones que Camps era un "político honrado" y un "extraordinario dirigente", e incluso llegó a decir que ambos eran "parecidos". "Yo creo en ti. Y estaré detrás de ti, delante o al lado, me da igual", afirmó.

Jaume Matas, el modelo de rajoy

"Vamos a intentar hacer en España lo que Jaume y todos vosotros hicisteis en Baleares". Así proclamaba Rajoy en 2004 su admiración por la labor de Jaume Matas, entonces presidente autonómico, Pero la suerte no ha sonreído al mandatario, que ahora mismo se encuentra cumpliendo nueve meses de prisión tras haber sido condenado por tráfico de influencias y que está imputado en una veintena de causas: desde el caso Noós hasta la supuesta financiación ilegal del PP balear.

Matas fue condenado en marzo de 2012 a seis años de prisión por delitos de malversación, prevaricación, falsedad documental, fraude a la Administración y tráfico de influencias por haber entregado casi medio millón de euros a las empresas del que era columnista de El Mundo Antonio Alemany, un periodista que también le escribía los discursos y que después los alababa en los medios. En julio de 2013 el Tribunal Supremo redujo la pena a tan sólo nueve meses, lo que no impidió que el expresidente balear entrase en prisión a finales de julio de 2014 tras rechazar el Gobierno su indulto. Matas sigue cumpliendo condena, pese a que ha intentado conseguir el tercer grado sin éxito.

Rajoy intentó distanciarse del exmandatario en año 2006, fecha en la que estalló caso Andratx, la primera gran causa de corrupción urbanística en Mallorca. Sin mencionarle directamente, el presidente del Gobierno ya avisó entonces de que no iba a "aceptar, de ninguna manera, que tres, cuatro, cinco o diecisiete emponzoñen la labor de un partido". En 2010, cuando Matas ya se encontraba involucrado en varios casos de corrupción, Rajoy pidió que "si se demuestra que alguien no ha hecho las cosas bien, que no siga en política". Años atrás, no obstante, era mucho más condescendiente. "Jaume Matas es un amigo. Tiene personalidad, coraje, determinación y valentía", dijo de él en 2003.

Carlos Fabra, el "ciudadano ejemplar"

El expresidente de la Diputación de Castellón y del PP de la provincia es uno de los últimos condenados por corrupción. Fabra tendrá que ingresar en los próximos días en prisión tras haber sido condenado en noviembre de 2013 a cuatro años por haber defraudado 700.000 euros a Hacienda en el contexto del llamado caso Naranjax. La resolución del caso tardo en resolverse prácticamente una década, desde que en 2003 el empresario Vicente Vilar denunció al exdirigente por cobrarle cantidades millonarias a cambio de mediar para legalizar los productos fitosanitarios que comercializaba.

No obstante, pese a sus problemas con la justicia, Fabra se mantuvo en su cargo de presidente de la Diputación hasta el año 2011, cuando abandonó de motu proprio la institución tras no presentarse a las elecciones. El exmandatario sí que permaneció, sin embargo, en la presidencia de la sociedad promotora del aeropuerto sin aviones de Castellón (Aerocas) hasta marzo de 2013, momento en el que dimitió al conocerse que tendría que sentarse en el banquillo de los acusados.

Fabra, no obstante, fue un hombre afortunado. Y es que, además de haber recibido siete premios de lotería desde el año 2000 por un valor de 2,2 millones de euros –cantidad superior a los 1,4 millones con los que fue multado en su condena judicial–, el expresidente de la Diputación de Castellón mantuvo en todo momento el apoyo de Rajoy, que en el año 2008 lo calificó de "ciudadano y político ejemplar para el PP" y "también para los ciudadanos de Castellón". "Creo que los votos sirven para demostrar el aprecio de la gente a una persona, y luego los tribunales toman decisiones sobre los asuntos que les llegan", aseguró entonces.

Luis Bárcenas

"Estoy seguro de que nadie podrá probar que no son inocentes". Palabra de Rajoy en abril de 2009, en referencia tanto a Luis Bárcenas, extesorero del PP, como a Gerardo Galeote, antiguo eurodiputado de la formación. Su confianza era tal que el antiguo responsable de las cuentas del partido mantuvo su secretaria, despacho y coche oficial pagados por el PP incluso después de que saltara el escándalo de los llamados papeles de Bárcenas, la supuesta contabilidad B de la formación que ha llevado al extesorero a ser encarcelado de manera preventiva.

Bárcenas se encuentra imputado tanto en el caso Gürtel –lo que le llevo a dimitir en julio de 2009 como tesorero del PP–como en la pieza separada que investiga la supuesta financiación irregular del partido. El extesorero está en prisión desde junio de 2013 para evitar su fuga o que destruya pruebas del procedimiento en el que se le acusa de cohecho, varios delitos contra la Hacienda Pública, un delito continuado de blanqueo de capitales, otro de falsedad documental y de estafa en grado de tentativa. Y es que Bárcenas habría llegado a mantener más de 48 millones de euros en sus cuentas suizas ocultas al fisco.

Pero el apoyo de Rajoy al extesorero no sólo fue público. En privado, el presidente del Gobierno también mandó ánimos a Bárcenas a través de unos mensajes SMS que fueron publicados por el diario El Mundo. "Luis, nada es fácil, pero hacemos lo que podemos. Ánimo", decía Rajoy en 2012. Y en 2013, al publicarse que el PP habría repartido sobresueldos en B a sus dirigentes durante años, el presidente mandó ánimos a Bárcenas. "Luis, lo entiendo. Sé fuerte. Mañana te llamaré", señaló.

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