En el año en que la palabra weareable o tecnología que podemos vestir parece que arrasará, el avance realizado por Yong Zhu su equipo en la North Carolina State University en 2012 consistente en un sensor metálico capaz de ser doblado sin problemas cobra más sentido.
Con este desarrollo han conseguido construir sensores basados en pequeños condensadores cuyos conductores se encargan de variar la carga eléctrica cuando se doblan o se tocan. Esta flexibilidad los hace ideales para montar sensores de lo más variados, ya sea en articulaciones, en pantallas táctiles flexibles o incluso en partes de un robot a las que dotar de sensibilidad.
La fabricación de estos sensores, según sus creadores, es sencilla y además económica, por lo que resultan sobre el papel muy adecuados para equipar a esas prendas y dispositivos que están por llegar de forma masiva al mercado.
Este equipo también ha avanzado en la implementación de cadenas de sensores capaces de configurar una especie de mapa de presión donde la respuesta casi en tiempo real permite conocer la presión o el esfuerzo al que se somete una determinada zona de forma continuada.
Más información | NC State (gracias Is321)
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