WHO
© Imagen

Virus de Zika

8 de diciembre de 2022

Datos y cifras

  • El virus de Zika se transmite principalmente a través de mosquitos del género Aedes, que pican sobre todo durante el día.
  • La mayoría de las personas infectadas por el virus de Zika son asintomáticas; quienes sí presentan síntomas suelen manifestar erupciones cutáneas, fiebre, conjuntivitis, dolores musculares y articulares, malestar general y cefaleas, que duran entre 2 y 7 días.
  • La infección por el virus de Zika durante el embarazo puede causar microcefalia y otras malformaciones congénitas, así como partos prematuros y abortos espontáneos.
  • La infección se asocia en niños y adultos a un aumento del riesgo de complicaciones neurológicas, como el síndrome de Guillain-Barré, la neuropatía y la mielitis.
  • En febrero de 2016, la OMS declaró la microcefalia relacionada con el virus de Zika emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII), y se confirmó la relación causal entre el virus y las malformaciones congénitas. En noviembre de ese mismo año, la OMS declaró el fin de la emergencia.
  • Aunque los casos de enfermedad por el virus de Zika disminuyeron a partir de 2017 en todo el mundo, la transmisión persiste a niveles bajos en varios países de las Américas y otras regiones endémicas.

Panorama general

El virus de Zika es un virus transmitido por mosquitos que se identificó por primera vez en Uganda en 1947 en un mono macaco Rhesus; posteriormente, en la década de 1950, se encontraron pruebas de infección y enfermedad en seres humanos en otros países africanos.

Entre las décadas de 1960 y 1980 se detectaron infecciones humanas esporádicas en África y Asia. Sin embargo, desde 2007 se han registrado brotes de enfermedad por el virus de Zika en África, las Américas, Asia y el Pacífico.

En los brotes registrados en el último decenio, la infección por el virus de Zika se ha asociado a una mayor incidencia del síndrome de Guillain-Barré. Cuando surgió el virus de Zika en las Américas, con una gran epidemia en el Brasil en 2015, se describió por primera vez una asociación entre la infección por el virus de Zika y la microcefalia (tamaño de la cabeza más pequeño de lo normal); tras una revisión retrospectiva, se constataron hallazgos similares en la Polinesia Francesa. De febrero a noviembre de 2016, la OMS declaró una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII) en relación con la microcefalia, otros trastornos neurológicos y el virus de Zika, y pronto se confirmó la relación causal entre el virus y las malformaciones congénitas (1,2). Se detectaron brotes de enfermedad por el virus de Zika en la mayor parte de las Américas y en otras regiones donde había mosquitos Aedes aegypti establecidos. También se detectaron infecciones en viajeros procedentes de zonas de transmisión activa y se confirmó la transmisión sexual como vía alternativa de infección.

Aunque los casos de enfermedad por el virus de Zika disminuyeron a partir de 2017 en todo el mundo, la transmisión del virus persiste a niveles bajos en varios países de las Américas y otras regiones endémicas. Además, en 2019 se notificaron los primeros casos locales de enfermedad por el virus de Zika transmitida por mosquitos en Europa y en 2021 se detectaron brotes epidémicos en la India. Hasta la fecha, un total de 89 países y territorios han notificado casos de infección por el virus de Zika transmitida por mosquitos; sin embargo, la vigilancia sigue siendo escasa a nivel mundial. 

Síntomas

La mayoría de las personas infectadas por el virus de Zika son asintomáticas. Entre quienes presentan síntomas, éstos suelen comenzar entre 3 y 14 días después de la infección, son generalmente leves, por ejemplo erupciones cutáneas, fiebre, conjuntivitis, dolores musculares y articulares, malestar general y cefaleas, y suelen durar entre 2 y 7 días. Estos síntomas son comunes a otras enfermedades arbovirales y no arbovirales, por lo que el diagnóstico de infección por el virus de Zika requiere confirmación de laboratorio.

Complicaciones

La infección por el virus de Zika durante el embarazo es causa de microcefalia y otras malformaciones congénitas del bebé, como contracturas de las extremidades, un tono muscular elevado, anomalías oculares y pérdida de audición. Estas manifestaciones clínicas se conocen como síndrome congénito por el virus de Zika.

El riesgo de malformaciones congénitas tras la infección durante el embarazo sigue siendo desconocido; se estima que entre el 5% y el 15% de los bebés nacidos de mujeres infectadas por el virus de Zika durante el embarazo presentan complicaciones relacionadas con el virus (3). Las malformaciones congénitas se producen tanto tras una infección sintomática como asintomática. La infección por el virus de Zika durante el embarazo también puede causar complicaciones como muerte intrauterina, muerte prenatal y parto prematuro.  

La infección es también un desencadenante del síndrome de Guillain-Barré, de neuropatías y mielitis, sobre todo en adultos y niños mayores.

Se están investigando el riesgo y los efectos de la infección por el virus de Zika en los resultados del embarazo, así como las estrategias de prevención y control y los efectos de la infección en otros trastornos neurológicos en niños y adultos.

Transmisión

El virus de Zika se transmite principalmente a través de la picadura de mosquitos infectados del género Aedes (Stegomyia), principalmente Aedes aegypti, en las regiones tropicales y subtropicales. Los mosquitos Aedes suelen picar durante el día, y son los mismos que transmiten el dengue, la fiebre chikungunya y la fiebre amarilla.

Además, el virus se transmite de la madre al feto durante el embarazo, así como por contacto sexual, transfusiones de sangre y productos sanguíneos, y, posiblemente, a través de trasplantes de órganos.

Diagnóstico

Puede sospecharse de infección por el virus de Zika a partir de los síntomas de personas que residen en zonas donde haya transmisión del virus y/o mosquitos vectores (Aedes) o que viajen a esas zonas. El diagnóstico de la infección por el virus de Zika solo puede confirmarse mediante el análisis de laboratorio de muestras de sangre o de otros líquidos corporales, y debe diferenciarse de la infección por flavivirus afines que presentan reacciones cruzadas, como el virus del dengue, a los que puede que el paciente haya estado expuesto o contra los que podría estar vacunado.

Tratamiento

No existe un tratamiento para la infección por el virus de Zika ni para las enfermedades a las que se asocia.

Las personas con síntomas como erupción cutánea, fiebre o dolor articular deben guardar mucho reposo, beber líquidos y tratar los síntomas con antipiréticos o analgésicos. Deben evitarse los antiinflamatorios no esteroideos hasta que no se haya descartado la posibilidad de infección por el virus del dengue, debido al riesgo de hemorragia. Si los síntomas empeoran, los pacientes deben buscar atención y consejo médico.

Las mujeres embarazadas que vivan en zonas donde haya transmisión del virus de Zika o que presenten síntomas de infección por el virus de Zika deben acudir al médico para realizar pruebas de laboratorio, recibir información y asesoramiento y atención clínica de otro tipo.  

Prevención

Aunque todavía no se dispone de una vacuna para prevenir o tratar la infección por el virus de Zika, se sigue investigando activamente en el desarrollo de una vacuna contra la enfermedad.

Picaduras de mosquitos

La protección contra las picaduras de mosquitos durante el día y al anochecer es fundamental para prevenir la infección por el virus de Zika, especialmente entre las mujeres embarazadas, las mujeres en edad reproductiva y los niños pequeños.

Las medidas de protección personal consisten en utilizar ropa (preferiblemente de colores claros) que cubra la mayor parte posible del cuerpo, instalar barreras físicas como mosquiteros en las ventanas, mantener puertas y ventanas cerradas, y aplicar repelentes de insectos sobre la piel o la ropa que contengan DEET, IR3535 o icaridina, siguiendo las instrucciones de la etiqueta del producto.

Los niños pequeños y las mujeres embarazadas deben dormir bajo mosquiteros si duermen durante el día y al anochecer. Los residentes en zonas afectadas y quienes viajen a ellas deben tomar las mismas precauciones básicas mencionadas anteriormente para protegerse de las picaduras de mosquitos.

Los mosquitos del género Aedes se crían en pequeñas acumulaciones de agua alrededor de las casas, escuelas y lugares de trabajo. Es importante eliminar esos criaderos cubriendo los depósitos de agua, evacuando el agua residual de floreros y macetas y retirando la basura y los neumáticos usados. Las iniciativas de la comunidad son esenciales para ayudar a los gobiernos locales y a los programas de salud pública a reducir los criaderos de mosquitos. Las autoridades de salud también pueden recomendar el uso de larvicidas e insecticidas para reducir las poblaciones de mosquitos y la propagación de la enfermedad.

Prevención de la transmisión sexual

En zonas donde haya transmisión activa del virus, todas las personas infectadas y sus parejas sexuales (en particular las embarazadas) deben recibir información sobre los riesgos de transmisión del virus por vía sexual.

La OMS recomienda que se preste asesoramiento a los hombres y mujeres sexualmente activos y se les ofrezca una gama completa de métodos anticonceptivos para que puedan decidir con conocimiento de causa si desean un embarazo y cuándo, a fin de prevenir posibles resultados adversos para el embarazo y el feto.

Las mujeres que tengan relaciones sexuales sin protección y no deseen quedarse embarazadas por temor a la infección por el virus de Zika deben tener fácil acceso a servicios anticonceptivos de urgencia y asesoramiento. Las mujeres embarazadas deben tener prácticas sexuales seguras (en particular utilizando correcta y sistemáticamente preservativos) o abstenerse de tener relaciones sexuales, al menos mientras dure el embarazo.

En zonas donde no haya transmisión activa del virus, la OMS recomienda que los hombres y mujeres que regresen de zonas donde se sepa que hay transmisión del virus adopten prácticas sexuales seguras o se abstengan de mantener relaciones sexuales durante un periodo de tres meses en el caso de los hombres y dos meses en el de las mujeres después de su retorno para evitar la transmisión de la infección a sus parejas sexuales. Las parejas sexuales de las mujeres embarazadas que vivan o regresen de zonas donde se produce la transmisión local del virus de Zika deben mantener prácticas sexuales menos peligrosas o abstenerse de mantener relaciones sexuales durante todo el embarazo.

Respuesta de la OMS

La OMS colabora con los países en la vigilancia y el control de los arbovirus mediante la Iniciativa Mundial sobre Arbovirus, que está en consonancia con las recomendaciones formuladas en el Plan de Respuesta Estratégica al Zika, las cuales amplía.

En su respuesta a la enfermedad por el virus de Zika, la OMS:

  • apoya a los países para que confirmen los brotes por medio de la red de laboratorios colaboradores;
  • brinda apoyo técnico y orientación a los países para controlar eficazmente los brotes de enfermedades transmitidas por mosquitos;
  • examina la puesta en marcha de nuevas herramientas, como productos insecticidas y la tecnología necesaria para su aplicación;
  • formula planes, políticas y estrategias basados en datos científicos para combatir los brotes;
  • proporciona apoyo técnico y orientación a los países para que gestionen eficazmente los casos y los brotes;
  • presta apoyo a los países para que mejoren sus sistemas de notificación;
  • junto con algunos de sus centros colaboradores, ofrece capacitación sobre el tratamiento clínico, el diagnóstico y la lucha antivectorial en el plano regional; y
  • publica directrices y manuales para los Estados Miembros sobre vigilancia epidemiológica, diagnóstico en laboratorio, atención clínica a los enfermos y lucha antivectorial.

 


Referencias

  1. de Araújo TVB, Ximenes RA de A, Miranda-Filho D de B, et al. Association between microcephaly, Zika virus infection, and other risk factors in Brazil: Final report of a case-control study. Lancet Infect Dis. 3099(17)30727-2
  2. Krauer F, Riesen M, Reveiz L, et al. Zika Virus Infection as a Cause of Congenital Brain Abnormalities and Guillain–Barré Syndrome: Systematic Review. PLoS Med. 2017;14(1). doi:10.1371/journal.pmed.10022
  3. Musso D, Ko AI, Baud D. Zika Virus Infection – After the Pandemic. N Engl J Med. 2019;381(15). doi:10.1056/nejmra1808246