Los centros escolares gallegos tienen cámaras, pero solo para evitar robos y actos vandálicos

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro RIBEIRA / LA VOZ

GALICIA

CARMELA QUEIJEIRO

La lucha contra el botellón o los desperfectos que sucedían fuera del horario lectivo llevó a más de un colegio e instituto a instalar sistemas de videovigilancia

07 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Cámaras en los centros de enseñanza gallegos? Las hay, tal y como apuntaba el Conselleiro de Educación, Román Rodríguez, aunque la mayor parte se conjuran en contra de los daños materiales a las instalaciones, más que como prevención del acoso escolar. La lucha contra el botellón y ciertos actos vandálicos que sucedían fuera del horario lectivo llevó a más de un colegio e instituto a instalar sistemas de videovigilancia en el exterior. Este fue uno de los motivos que hizo que el centro ribeirense Heroínas de Sálvora decidiera poner esta tecnología en su patio como fórmula disuasoria. Explican que es una medida de seguridad, dirigida a controlar sus instalaciones.

Cansados de ver cómo cada lunes amanecía el instituto con los restos del botellón, en el IES Campo de San Alberto de Noia creen que esta es la mejor fórmula para cortar las alas a los intrusos. El centro acaba de solicitar a Inspección la habilitación de «dúas ou tres» cámaras que vigilen la entrada y la parte de atrás. Su intención tampoco es controlar al alumnado, sino que la zona cubierta del patio deje de ser en invierno un lugar de encuentro en horario nocturno. Hace más de un lustro que cuentan con este sistema en el colegio Cernadas de Castro de Lousame. Tienen nueve cámaras en el perímetro externo vigilando el aparcamiento que utilizan los profesores y los patios. Una vez más, la instalación responde al control de bienes materiales.

En Viveiro hay una cámara que controla el acceso por la puerta principal al IES Vilar Ponte. Funciona como una webcam conectada a conserjería para controlar quién accede al centro. En Pontevedra no hay constancia de cámaras en colegios públicos, ni en patios ni comedores. El único caso que conoce la federación de AMPAS es una cámara de la policía que está en la acera y capta parte del patio del colegio Álvarez Limeses, pero es externa.

El instituto San Mamede, de Maceda, instaló hace más de seis años una cámara en el exterior del edificio después de sufrir varios robos y pintadas agresivas contra una profesora. Las cámaras tienen como único fin la seguridad y, en combinación con el videoportero, facilitan el control de la puerta de acceso.

El colegio Virxe da Saleta, de San Cristovo de Cea, instaló cámaras tras el incendio sufrido en el 2010 y varios actos vandálicos en el 2011. Se conectan cuando no hay actividad y solo por cuestiones de seguridad. El instituto de Vilamarín vivió una intensa polémica a cuenta de las cámaras. En octubre de 2014 varios trabajadores presentaron una denuncia ante la Agencia Española de Protección de Datos por su instalación, años atrás, en el centro sin respaldo, aseguraban, de la comunidad educativa. Advertían que en ningún lugar se informaba de su presencia y que eran innecesarias. También cuestionaban su ubicación en un aula multiusos utilizada por los alumnos internos en su tiempo libre y no en secretaría. Las cámaras fueron retiradas a finales del 2014, indica uno de los denunciantes. En A Coruña, los centros que cuentan con cámara solo enfocan accesos. En Ferrol no hay cámaras.

Elaborada con las aportaciones de B. Abelairas, M. G. Balseiro, M. Pérez, A. Lorenzo y C. Barral