Este mes se estrenó Ant-Man (El hombre Hormiga) marcando el final de la llamada segunda fase del universo Marvel. En agosto llega de la mano de estudios Fox la nueva pelicula de los 4 Fantásticos, y el año que viene tendremos un año muy movido con Doctor Strange, Captain America: Civil War, Batman Vs. Superman: Dawn of Justice, X-men: Apocalypse y Gambit. Parecería que Hollywood se ha cuenta dado de la mina de oro que representan las películas de hombres y mujeres (pocas, pero por algún lado se empieza) enmascarados que enfrentan situaciones imposibles con poderes extraordinarios. Y es que hay muchas razones por las que amamos a los superhéroes.

Son historias Universales

Por universalidad quiero dar a entender la noción de que las historias de superhéroes pueden ser contadas en una infinidad de contextos sin que su esencia pierda la vinculación emocional con el espectador o que su mensaje pierda su impacto. Esto se debe a que los temas centrales de las historias de comics son tan antiguos como la tradición narrativa occidental, y de alguna u otra forma tocan y exploran las dinámicas inconscientes de la humanidad. Una y otra vez nos encontramos con temas como: el enfrentamiento entre opuestos (Thor y Loki, Batman y el Joker), el hubris y la redención (Iron-man y Spiderman), la lucha contra lo imposible (Avengers, Liga de la justicia), y el viaje del héroe. En pocas palabras, los héroes de hoy son nuestras epopeyas griegas, Batman, Black Panther, Moon Knight y Green Arrow son nuestro Odiseo de tiempos modernos, enfrentando con ingenio y heroísmo al Cíclope (el villano de turno) en su viaje a Itaca (la tierra prometida, en el caso de nuestros héroes, un mundo de paz).

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Por ejemplo, la primera aventura de los Avengers en los años 60s reunía a Hulk, Wasp, Ant-man, Thor y Iron-Man, para enfrentar a Loki, el dios del engaño, una premisa muy similar a la historia contada por el filme del mismo nombre estrenada en el 2009; esto es porque al final del día, da lo mismo que los personajes usen radios o celulares, tengan o no acceso a Internet, usen colores brillantes o trajes opacos, que peleen en una ciudad ambientada en los 60 o en el siglo XXI, la esencia de la historia es la lucha entre un grupo de individuos con un sentido del deber y una amenaza que viene a representar el engaño, la envidia y en mayor o menor medida, la locura.

Ahora, esta es la razón por la que pueden existir infinitas variaciones en la historia de estos personajes, múltiples orígenes, e incluso personalidades alternativas, y sin embargo, sigue siendo una historia sobre ese héroe. Porque al final Clark Kent no es Superman, Bruce Wayne no es Batman, y Peter Parker no es Spiderman, son personajes que portan la máscara de ese héroe, pero aun cuando Peter muere y Miles Morales ocupa su lugar, Spiderman sigue allí, la esencia de su historia sigue presente.

Mito e Historias

El psicólogo Jerome Bruner en su libro, Actos de Significado (1991) nos dice los seres humanos somos criaturas literarias, en otras palabras, organizamos y damos sentidos a nuestro mundo a través de la narrativa, utilizando las historias y los cuentos para alinear nuestras experiencias con la psicología popular, entendida esta, como la historia compartida por los miembros de una comunidad.

Ahora, ¿qué tiene que ver esto con las aventuras de Tony Stark o del Capitán Rogers?, para Bruner, una narrativa es una forma de dar sentido al mundo, y las historias de superhéroes están profundamente imbricadas con la psicología popular de los países occidentales, por ejemplo, históricamente hemos rechazado al bully (brabucón), la persona con poder que abusa del mismo para hacerse de lo que quiere. Y el Capitán América es precisamente un hombre que no solo usa su poder para salvar, sino también para enfrentar a los brabucones (de hecho, lo dice en la primera película), considera por un momento que en nuestro dia a dia rechazamos vehementemente al policía corrupto que abusa de su poder y aplaudimos al policía heroica que pone su vida en riesgo para salvar a una persona, la semejanza es obvia.

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En el caso de Tony Stark (en el universo cinematográfico de Marvel), tenemos otro tema que subyace a nuestra psicología cultural, asumir con responsabilidad nuestros errores y solucionarlos. Cuando Stark reta a los terroristas en Iron Man 3 o cuando crea a Ultron, está cayendo en el hubris característico del personaje, y lo que sigue es una lucha por arreglar las cosas, para nada distinto a lo que ocurre en nuestra cotidianidad cuando un amigo nos queda mal y esperamos que enmiende su falta, en el caso de no hacerlo y de caer en errores similares comenzamos a distanciarnos o por lo menos a cambiar nuestra percepción de esa persona.

Una persona mucho más critica que yo diría que esto es evidencia de la propagación de valores ajenos a nuestras comunidades en los procesos de dominación cultural imperialistas, y quizás tenga razón, las historia de superhéroes suelen ser un reflejo de valores y tradiciones norteamericanas. Sin embargo, fuera de este debate político, lo cierto es que estas historias enmarcadas en el reino de la fantasía y la ciencia ficción abordan problemáticas que resuenan en una enorme cantidad de comunidades a lo largo y ancho del planeta.

Finalmente, y aunque sea trillado, las historias de superhéroes son fantasías de poder, otro de los temas centrales de las culturas occidentales. Desde que nacemos se crea la expectativa de que alcanzaremos un cierto estatus dentro de nuestra sociedad, de que seremos más que nuestros padres y nuestros hijos serán más que nosotros, una de las grandes narrativas de nuestra cultura moderna es que somos especiales, todos y cada uno tenemos un talento que nos hace únicos. Cuando nos sentamos en la butaca del cine o abrimos las páginas de un comic nos sumergimos justamente en esa narrativa, el héroe como individuo especial y único con herramientas para solventar problemas que solo él puede atacar, el ingenio, la fuerza, la destreza y el carisma están a la orden del día cuando nos conectamos con las historias de superhéroes y quizás de algún u otro modo proyectamos nuestros deseos sobre ellos.

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Son historias divertidas

Las historias de superhéroes siempre han estado allí, plasmadas en los comics o en las caricaturas, sin embargo, han tenido que luchar contra el estigma del infantilismo, aunque, como cualquier persona que haya leído Watchman o The Dark Knight Returns puede atestiguar, los comics nos presentan en muchas ocasiones los mismos dilemas morales y conflictos humanos que están presentes en la cinematografía dramática, el cine independiente o los Oscar Bait (películas diseñadas específicamente para ganarse una estatuilla). Afortunadamente, con el avance de la tecnología, las escenas de acción características de estas historias han podido ser plasmadas en la pantalla grande, permitiendo a nuestros héroes deslindarse de esa noción de infantilidad de la que es presa la historieta, exponiendo a nuevas audiencias a un trabajo de calidad de grandes artistas y escritores (Alan Moore, Jack Kirby, Stan Lee).

Son historias de acción, pero también dramas, dilemas morales, comedia y horror, enmarcado en una temática de fantasía o ciencia ficción. Si algo le tenemos que agradecer a esta nueva era de películas de superhéroes es que han demostrado que una historieta de Frank Miller o la historia de Daredevil es igual de disfrutable que un drama policial como The Shield, que estas son buenas historias que no tiene fecha de expiración, y que con o sin mascara, son historias de seres humanos (o kryptonianos) con las mismas preocupaciones y angustias de cada uno de nosotros.

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