Desde Hal 9000 a Wall·E, pasando por Johnny 5, R2D2 o Terminator, los robots han estado presentes en el imaginario colectivo desde que la tecnología nos permitió soñar con crear seres que pudiesen estar a nuestro nivel intelectual, o incluso superarlo. Ahora, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Duisburg Essen, en Alemania, demuestra que los humanos tenemos empatía hacia los robots.

Para afirmar tal hecho, los encargados del experimento prepararon dos pruebas independientes de cuyos resultados han obtenido esta conclusión. En el primero de los estudios, 40 participantes visionaron una grabación en la cual un pequeño robot con la forma de un dinosaurio era tratado con afecto, después asustado y finalmente atacado de forma violenta. Durante el pase se midió la frecuencia cardíaca, sudoración y dilatación de las pupilas de los sujetos. Además se les preguntó acerca de sus emociones. Su actividad fisiológica fue mayor cuando el dinosaurio fue agredido, y también afirmaron sentirse peor.

En el segundo estudio, 14 sujetos se ofrecieron para someterse a una resonancia magnética mientras visionaban imágenes donde una persona, un robot con forma humanoide y un objeto inanimado eran tratados con cariño y violencia. En el caso de este último, ninguna de las dos actitudes despertó respuesta neurológica. Sin embargo, al tratarse del humano y el robot, se obtuvieron resultados similares de la actividad del sistema límbico, dónde se forman las emociones.

La conclusión de estos estudios es evidente, los humanos tenemos empatía hacia los robots. Lo que el estudio no revela es si esta implicación afectiva es algo adquirido por la sociedad como respuesta a la personificación y humanización que los robots han tenido históricamente en muchos productos culturales, o simplemente una empatía innata que todos poseemos hacia cualquier otra forma de inteligencia.

Muchos de nosotros hemos visto a Hal rogar por su vida, a Roy Batty pidiendo más tiempo, hemos leído como los robots de Asimov ponían a prueba las Tres Leyes qué el propio autor estableció y que parecían perfectas, y así tantos otros casos. Esto nos ha hecho plantearnos cuáles podrían ser los problemas de crear una Inteligencia Artificial, de pensar cuál sería nuestro grado de responsabilidad con nuestra creación, antes de que esta misma exista siquiera. La conclusión del estudio parece refrendada socialmente pero, ¿deberíamos los humanos tener empatía hacia los robots?

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