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Márquez se pasa de frenada

Honda intenta corregir las interminables derrapadas del español con un nuevo basculante

Nadia Tronchoni
Marc Márquez, en plena aceleración en Le Mans.
Marc Márquez, en plena aceleración en Le Mans.STEPHANE MAHE (REUTERS)

A Márquez le encantan las derrapadas. Cuando llegó a MotoGP quiso una moto que le permitiera conservar algo del estilo que lució en Moto2. Y un año después, con los galones del título, pidió una máquina imperfecta (así lo explicaba él), maleable, que pudiera pilotar a su antojo. Y Honda dio en el clavo. Tanto que fue inalcanzable en la primera parte de la temporada (sumó diez victorias consecutivas) y no tuvo rival para volver a ganar el Mundial. La historia ha cambiado este curso. En el 2015 cada moto tiene sus pros y sus contras, la Honda ya no es la mejor máquina de la parrilla; la Yamaha es más regular y frena mejor; y la Ducati, potentísima, además toma bien las curvas, de modo que las tres marcas optan a la victoria cada domingo y al triunfo final en el mes de noviembre. Y el gran problema al que se enfrenta Márquez en cada circuito es que su moto patina demasiado.

“Derrapar me sigue gustando, sigue siendo mi estilo y uno de mis puntos fuertes, pero ahora cuando quiero que la derrapada acabe no puedo hacerlo. Cuesta meter la moto en la línea que toca”, explica el piloto del equipo Repsol Honda. “Ya se sabe cuál es el estilo de Marc, le gusta derrapar a la entrada de las curvas, pero aún así, necesita cierta estabilidad y que la moto le dé buena información procedente de los neumáticos, del chasis...”, confirma Takeo Yokoyama, director técnico de HRC y el ingeniero responsable del proyecto de la RC213V.

Físicamente estoy mejor que el año pasado, pero acabo más cansado las carreras. Si la moto se mueve tú tienes que hacer más fuerza” Marc Márquez, piloto del Repsol Honda Team

El japonés busca soluciones a ese patinar descontrolado. Y para ganar estabilidad –y para mejorar las sensaciones del piloto con la moto– llevó al test de Jerez, el lunes después de la carrera, un basculante nuevo que Márquez lleva en sus dos motos desde el primer día del GP de Francia. La única diferencia con el anterior, asegura el ingeniero, radica en la rigidez del mismo. “El conflicto reside en que él quiere derrapar, pero también quiere parar la moto en un punto. Estamos trabajando en la presión de la frenada, la deceleración y el ángulo de la trazada. No es fácil encontrar ese compromiso”, añade Yokoyama, que sabe cuál es la causa de este cambio: “El año pasado la parte delantera de la moto no era muy buena, necesitábamos mejorarla. Y lo hicimos. El problema es que si el tren trasero sigue igual que antes eso limita la evolución de la moto. Ahora nos toca ponerlo al mismo nivel que el delantero”.

Las derrapadas sin control le están complicando la vida a Márquez, pues le impiden pilotar como desea: “Estos años siempre pilotaba como quería, hacía lo que quería con la moto, y ahora estoy otra vez adaptando mi estilo a la máquina. Con la otra moto yo creaba la derrapada cuando quería y ahora es al revés: la moto la crea y yo intento que no derrape tanto”, concede. Una mala entrada condiciona también la salida de la curva, de manera que como entra mal también tiene una mala aceleración. Todo ello, además, agota: “Físicamente estoy mejor que el año pasado, pero acabo más cansado las carreras. Si la moto se mueve, tú tienes que hacer más fuerza”, sentencia el campeón del mundo, que pese a todos sus problemas logró la pole y saldrá primero en la carrera de este domingo (a las 14.00, en MovistarTV; a las 18.00, en diferido, en Telecinco). Junto a él, Dovizioso y un Lorenzo que ha exhibido un gran ritmo en Le Mans.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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