Tras la revolución producida en el ámbito fotográfico de los smartphones, las cámaras compactas han empezado a dejar de ser útiles para aquellos usuarios que buscaban una foto instantánea y de una calidad mínimamente decente. Los avances en las cámaras de nuestros móviles han provocado que esa necesidad ya se vea cumplida con un dispositivo que normalmente siempre solemos llevar con nosotros. Por esta razón, el público objetivo de las cámaras compactas se ha modificado, ahora son usuarios más profesionales los que buscan compactas de gama alta transportables y de muy poco tamaño para realizar fotografías de gran calidad en cualquier momento. En definitiva, las cámaras compactas no han muerto, es su público el que se ha modificado.

La Fujifilm X30 es un modelo que viene para renovar la gama de cámaras analógicas con diseño retro de Fujifilm. Con una buena construcción y un diseño muy apropiado para los más nostálgicos de la fotografía, esta cámara se corresponde a la tercera generación. Su antecesora, la Fuji X20 ya causó buenas sensaciones entre los usuarios, principalmente gracias a su rápido enfoque o visor óptico.

Pero, ¿es la Fujifilm X30 una actualización necesaria? Debemos anticipar que posee aspectos comunes (como el sensor) pero también algunas diferencias con respecto al modelo anterior, como una nueva pantalla abatible y un anillo de control situado en la base del objetivo, el cual nos permitirá modificar rápidamente diferentes opciones para para ajustar correctamente nuestra exposición.

En otros análisis indican la Panasonic LX100 como alternativa a la Fuji X30, algo que no sé si es del todo correcto, ya que estamos comparando una cámara digital de 899€ con otra de 550€, una diferencia que se va a notar, sobretodo en la calidad de la lente. Aun así, la cámara de Fuji tiene un precio bastante asequible (en comparación con otras) y algunas particularidades que la convierten en una cámara única.

¿Es una cámara analógica?

El diseño de la Fujifilm X30 es lo que más llama la atención. Realmente, podría pasar por una cámara analógica de no ser por la pantalla trasera. Al sostenerla, su superficie rugosa y los detalles en aluminio nos transportan varias décadas atrás, en donde para hacer una fotografía aún debíamos rebobinar antes nuestro carrete. La sensación al utilizarla es de tener un dispositivo robusto y muy bien construido, no existe ninguna pieza que se tambalee lo más mínimo, sino que tenemos un gran bloque construido de plástico y aluminio. Incluso la tapa para el objetivo tiene un estilo de aluminio para ser atractivo. A grandes rasgos, podemos decir que su diseño es un híbrido entre lo análogo y lo digital que reúne lo mejor de cada ámbito.

La cámara se enciende girando el anillo de la distancia focal, algo que resulta muy práctico, pero que es un problema en el caso de que únicamente queramos encenderla para ver alguna fotografía, estamos entonces obligados a extender la lente del dispositivo para realizar cualquier función con él.

Fuji 5

La Fuji X30 es algo más gruesa y alta que su antecesora, pero este aumento de tamaño y peso se encuentra justificado por aspectos como la nueva pantalla, más grande (de 3 pulgadas) y abatible, la cual tiene una resolución de 920.000 píxeles. Otra de las principales novedades es un anillo de control situado justo en la base de la lente, que puede ser configurado para modificar rápidamente la ISO, el equilibrio de blancos, la simulación de una película fotográfica o el modo de disparo. También debemos señalar que se ha suprimido el visor óptico de la X20 y se ha sustituido por un visor electrónico de 2.360K puntos, algo que ha sido criticado por aquellos usuarios más nostálgicos, ya que un visor electrónico puede darnos diferentes sensaciones si estamos habituados a utilizar uno óptico. Pero quizás, también es acostumbrarse a ellos.

Asimismo, la cámara posee un dial en la parte trasera que nos permitirá cambiar rápidamente la velocidad de obturación o el diafragma. Para alternar entre estas dos opciones disponemos de un pequeño botón circular en la parte delantera del dispositivo, un aspecto que me parece muy bien pensado por parte de Fuji, ya que empleando el dial trasero junto al anillo de enfoque para configurar la ISO se puede ajustar la exposición de una forma bastante cómoda y veloz.

Disponemos de dos grips para ayudarnos a sujetar la cámara en el momento del disparo: uno trasero para apoyar el dedo pulgar, y un delantero para sujetar la cámara. Aunque se agradece la intención de ofrecer más ergonomía, lo cierto es que la Fujifilm X30 no es una cámara pensada para ser sujetada durante demasiado tiempo, principalmente debido a que la hendidura del grip frontal resulta algo insuficiente para poder agarrarla de forma cómoda, una incomodidad que se va acrecentando cuanto más tiempo la tenemos en nuestras manos.

fuji 4

En la parte superior tenemos dos diales construidos de aluminio, uno correspondiente a los modos y otro a la compensación de la exposición, el cual quizás habría sido más indicado cambiar por otro que tuviese una función de mayor utilidad, tales como la ISO o los diferentes modos de disparo.

En esta ocasión, Fuji ha decidido obviar el típico cargador para batería e incluye un adaptador para corriente que conectaremos a la cámara por un puerto mini USB. La desventaja de esto es que cada vez que queramos cargar la cámara tendremos que tener la batería dentro de ella, algo que resulta muy poco práctico si tenemos varias baterías y queremos alternar entre ellas.

Su interior

En cuanto a sus aspectos técnicos, debemos decir que no muestra demasiadas novedades con respecto a la Fuji X20. Se mantiene el sensor de 2/3 X-Trans CMOS II sin filtro de paso de 12 megapíxeles. El procesador EXR II también se mantiene, el cual permite encender la cámara en 0’5 segundos y un disparo continuo en modo ráfaga de hasta 12fps. Además, su lente posee una distancia focal de 28-112mm y una apertura máxima de f/2.0-2.8

Uno de sus puntos positivos es la capacidad para tener rápidamente en foco a nuestro objeto, algo debido a su autoenfoque por detección de fase, una función que es más propia de cámaras réflex que de compactas. Así, se nos permite enfocar de una forma bastante rápida incluso en zonas bastante oscuras. También contamos con una opción de modo súper macro para enfocar a objetos situados únicamente a 1 centímetro de distancia.

1/25. f/2.5. ISO 800
1/25. f/2.5. ISO 800

La batería se ha mejorado con respecto al modelo anterior, ahora podemos tomar 470 fotos con una sola carga, aumentando considerablemente la vida de la batería con respecto a las 270 fotos disponibles para la Fuji X20. Además, en esta ocasión también se le ha añadido WiFi para poder así conectar la cámara con nuestro smartphone mediante la app Fujifilm Camera Remote, pudiendo entonces realizar el disparo remoto con nuestro móvil.

El rendimiento

La sensibilidad disponible es de 100 hasta 3200 en RAW y hasta 12800 en JPEG. Lo cierto es que para estar ante una cámara con un sensor de 2/3, el ruido mostrado es muy aceptable. Podemos decir que en situaciones nocturnas empezamos a experimentar grandes problemas a partir de 2500, donde ya muestra un ruido más agresivo, artefactos y colores más empastados. Frente a eso, la propia cámara incluye un ajuste para aplicar automáticamente un filtro de reducción de ruido a nuestra fotografía.

Prueba Iso Fuji La imagen superior se encuentra ampliada al 100%, podéis fijaros especialmente en el cielo, cómo a partir de 2500 de ISO se empieza a notar mayor ruido y falta de nitidez en los objetos en la imagen.

En las opciones podemos seleccionar diferentes simulaciones de película, aplicándose así a nuestra imagen un ajuste automático que resultarán adecuados según el motivo con el que nos encontremos. Lo cierto es que los modos añadidos son demasiado similares entre sí, variando levemente el contraste o los colores, por lo que no resulta una opción interesante para aquellos amantes de los filtros.

Dentro del menú existe un intervalómetro, lo que resulta bastante ideal para crear timelapses. Podemos variar el tiempo durante el que la cámara se encontrará disparando imágenes de forma continua y el número de fotos que queremos durante ese periodo. Una herramienta sencilla pero que cumple perfectamente con su cometido.

Se nos permite configurar los grados kelvin del balance de blancos para ajustar el más correcto a nuestra escena, o directamente elegir un ajuste preestablecido. Normalmente, cuando disparamos RAW solemos establecer el balance de blancos en automático, el problema de este modo es que tiende a ofrecer unos colores excesivamente amarillos, algo que posteriormente podemos arreglar en la edición, pero que se podría haber solucionado incorporando un sistema de balance con más calidad.

1/125. f/2.8. ISO 3200
1/125. f/2.8. ISO 3200

El modo de vídeo, aunque nos permite grabar a 60fps en 1080p, tiene una serie de inconvenientes. El primero de ellos es que debemos tener en cuenta los fps a los que vamos a grabar, porque la cámara inicia automáticamente la grabación sin ofrecer ninguna previsualización de cómo sería nuestro vídeo. Otro aspecto negativo es que la ISO de la cámara no se corresponde con la que se aplica en el modo de vídeo, por lo que si deseamos modificar la sensibilidad, tenemos que entrar dentro del menú de la cámara, posteriormente en el correspondiente al de los modos de disparos, allí seleccionar la configuración de vídeo, y por último ajustar la ISO del vídeo. Un proceso que resulta muy poco intuitivo.

Conclusión

Fuji ha intentado justificar el salto de generación paliando algunos de los errores mostrados en la Fuji X20. Sobre todo, han tenido en cuenta muchos aspectos del diseño añadiendo interesantes funcionalidades como la pantalla abatible o el nuevo anillo de control, pero también haciendo una buena labor en cuanto a la miniaturización del dispositivo, ya que tenemos una cámara con una ergonomía muy similar a la anterior pero con nuevas posibilidades.

Pero lo cierto, es que si yo fuese un usuario de una Fuji X20, no vería demasiados incentivos para adquirir el nuevo modelo. Precisamente porque su interior casi no ofrece novedades con respecto a su predecesora. Podemos decir que los 3 pilares que componen una cámara son su procesador, la lente y el sensor, y concretamente en esos 3 aspectos no se ha innovado nada. Es cierto que se han añadido nuevas funciones como el WiFi o mejorado el rendimiento de la batería, pero creo que son novedades que pueden interesar a un nuevo comprador más que motivar un cambio generacional para personas que ya adquirían una Fuji.

En definitiva, estamos ante una cámara compacta de gama alta con un gran diseño y con unas funcionalidades capaces de satisfacer a un usuario medio. Posee interesantes novedades en cuanto a su diseño, pero quizás habría estado bien incorporar un nuevo modelo de sensor y no reciclar el que ya existía en el anterior, algo que sin ninguna duda, nos habría permitido aumentar aún más sus posibilidades.

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